Capítulo 2

Capítulos de la serie:

Tras lo ocurrido en el relato de ‘El pueblo I‘, al día siguiente quedamos después de comer para ir a bañarnos al río, hacía un calor horrible y era la mejor forma que teníamos de refrescarnos.

Cogimos nuestras bicicletas, una mochila con la merienda y bebidas frescas y una toalla y nos fuimos a una pequeña playa que se forma en el río a unos 3km. Es un buen sitio para bañarse porque cubre lo suficiente para poder mojarte entero pero no en exceso para poder jugar a algo y luego tumbarse en la arena para secarte al sol.

Aquella tarde íbamos Lucía, Pedro, mi prima Noemí, Carlos, Carolina y yo. No éramos muchos aún al ser principios de verano pero sabíamos pasar una tarde entretenida y para mi, ver a Lucía en bañador era todo lo que necesitaba para que el tiempo pasara volando. De camino ya me iba preparando para capturar su imagen en mi mente y utilizarla en mi paja de antes de dormir.

Cuando llegamos, extendimos las toallas en la arena y dejamos las mochilas encima para que no se volaran, nos empezamos a quitar la ropa para quedarnos con el bañador y lo hacíamos con un poco de vergüenza, los jóvenes somos muy bobos y estamos todo el día comparando músculos, altura, pechos y el tamaño de todo, ya sabéis.

Lucía llevaba una camiseta muy larga y parecía que no llevaba nada debajo, mi imaginación volaba pero volví a la realidad cuando se la quitó y vi que tenía bañador, eso sí, era como tenerla en ropa interior delante mía, tenía un bikini que tapaba poco y a mí se me caía la baba.

Nos metimos todos al agua, estaba un poco fría pero era un día de mucho calor, así que se agradecía. Estuvimos jugando con la pelota al voley y luego a Marco polo.

Primero se la ligo mi prima Noe que iba buscando la voz de Pedro, le persiguió hasta que Pedro se dejó coger y ella, que no es tonta, hizo que se caía encima de él por llevar los ojos cerrados y alguna mano vi que iba donde no debía.

Pedro era alto y deportista, no tardó en pillar a Carlos que luego fue buscado a Carolina, quien no puso mucha resistencia. Ella fue a por mí y yo luego a por Lucía, claro. Me costó cogerla pero cuando lo hice me sorprendió que había puesto sus tetas delante de mis manos para que fuese lo primero en tocar. Los demás se reían y habían silbidos sexys mientras ella riéndose y con voz picara me decía que no abusase, que las manos Iban al pan. Cuando abrí los ojos ella tenía una sonrisa picantona y los cerró empezando a contar.

Yo me quedé un poco cortado pero seguí jugando, intenté alejarme lo más posible porque quería un poco de tiempo ya que eso me había calentado y me daba vergüenza que me cogiese en ese estado.

No sé cómo pero Lucía consiguió arrinconarnos a Carlos y a mí y de un salto nos cogió a los dos, los tres caímos al agua y nos pegamos un buen revolcón. Noté que algo me tocaba el paquete y rezaba para que no fuese Carlos sin querer, menuda vergüenza.

Cuando conseguí sacar la cabeza y quitarme el agua de la cara vi a la Lucía mordiéndose el labio con cara de pilla y diciendo que se iba a secar, que ya tenía frío. En ese momento vi que debía ser verdad porque se le notaban mucho los pezones y eso me terminé de excitar.

Pero no me di cuenta de que el agua cubría poco, solo hasta poco más de las rodillas y con el bañador pegado se me notaba toda la excitación.

Mi prima se empezó a reír muchísimo señalándome y claro, todos se dieron cuenta.

Yo me senté en el agua muerto de vergüenza mientras todos salieron del agua a secarse y merendar. Me quedé un poco más en el agua para que me bajara antes pero fui objeto de las burlas durante un buen rato.

Una vez fuera del agua estuvimos jugando a Puta, como lo llamábamos nosotros, ese en el que se reparten las cartas, uno es el caco, que mata guiñando un ojo, la puta que resucita tirando un beso y el poli, que debe adivinar quién es el caco. Yo soy muy malo jugando a las cartas y tarde en darme cuenta de que los besos y los guiños de Lucía no siempre se correspondían con la carta que tenía.

Cuando empezó a irse el sol, Carlos y Carolina se fueron a casa a cenar pero nosotros nos quedamos un rato más. Al ser menos tuvimos que cambiar de juego.

Pedro propuso jugar al mus, pero no todos sabíamos, Noe propuso el cinquillo pero Lucía dijo:

– Joer, vaya unos sosos que sois, ¿Por qué no jugamos a algo entretenido de verdad?

– Como qué?, dijo Pedro.

– Pues a algo más picante.

– Que propones?

– Por qué no jugamos al ‘Yo nunca’?

– Pero es que eso sin bebidas no tiene emoción…

– Bueno, no os preocupéis, para eso tengo solución.

Lucía cogió su mochila y sacó de debajo de los hielos de enfriar bebidas un par de cartones de vino.

– Con esto os vale?

– Ala! De dónde lo has sacado? Dijo Noe.

– Venga, no preguntes tanto y vamos a jugar. Empiezo yo que para eso he traído la bebida. A ver… Yo me nunca he hecho pis en una piscina.

Todos bebimos menos ella, que dijo:

– Pero bueno!, menuda panda de guarros ehh jaja, venga Pedro, te toca.

– Pues a ver… Yo nunca he suspendido un examen.

– Vaya un empollón!

– Venga venga, que sé que bebéis todos jaja, va Noe, te toca.

– Yo nunca me he fijado en las tetas de Lucía.

Los chicos nos avergonzamos un poco, Noe se reía a carcajadas y Lucía se quejó de que sacara sus tetas a relucir, pero todos bebimos sin saber bien cómo iba a reaccionar Lucía.

– Pero Noe, tú también? Dijo haciéndose la indignada Lucía.

– Jaja, joer tía, es que con esos pedazo de bultos para no fijarse ehh.

Antes de que se liara más ese tema, quise cambiarlo.

– Va, me toca. Yo nunca me he bañado desnudo en la playa.

Noe y Lucía bebieron y luego dijo Noe.

– ¿Te acuerdas de la cara que pusieron los viejos esos cuando nos vieron salir desnudas del agua el año pasado en Benidorm? Jaja

– Si, y lo bien que nos vino el baño para pasar la borrachera, fue genial!

Mi imaginación voló e imaginó esa escena enseguida y empezó a subirme un poco de calor por el cuerpo.

– Venga va, vamos a subir un poco el nivel en la segunda ronda, dijo Lucía. Yo nunca he visto una porno acompañada.

Pedro y yo bebimos a la vez y nos echamos a reír.

– Pero qué guarros sois los tíos! Espetó mi prima.

– Jaja, si es que los chicos somos así prima, los amigos hacemos cualquier cosa juntos sin problema. Además que vosotras os veis en pelotas en la playa y no os parece raro, no?

– Ya ya, pero no es lo mismo, que luego a saber lo que hacéis…

– No no, solo vemos, luego cada uno sus cosas.

Todos reímos, le tocaba el turno a Pedro.

– Yo nunca he besado a nadie del mismo sexo.

Lucía y Noe se volvieron a mirar, brindaron, se dieron un pico y bebieron.

– Veis? Nosotras, en lugar de ver porno juntas, nos damos picos, que es mucho más sano jaja

– Ya pensaríais raro de nosotros si lo hiciéramos dos chicos, dijo Pedro.

– Que va, nosotros somos muy abiertas de mente, no pasa nada porque dos amigos se den un beso, dijo Noe.

– Venga, daos uno verás como no pasa nada, dijo Lucía.

– Estáis chaladas las dos, dije yo. Bueno, venga deja el tema y dale, que te toca Noe.

– Yo nunca me he excitado en un río.

– Que cabrona, ésta te la guardo. Dije yo sabiendo qué iba por mi mientras todos se reían. Para su sorpresa, Pedro y Lucía también bebieron y Noe les miró como sin entenderlo.

– Bueno chica, que quieres, no controlamos aún bien nuestros cuerpos, cosas que pasan jaja.

– Va, venga, me toca la venganza. Yo nunca he masturbado a otra persona.

– Noe puso cara de entre enfado y vergüenza y fue la única que no bebió. Yo sabía que está me la iba a devolver con creces.

Justo entonces sonó el teléfono de Pedro y nos dijo que se tenía que ir corriendo, que le iba a caer bronca, no nos habíamos dado cuenta de que se había hecho un poco tarde y se tenía que ir a cenar con su familia temprano. Nos despedimos de Pedro hasta después de la cena y decidimos quedarnos un poco más.

– A ver, qué es eso de que no has masturbado nuca a nadie? Dijo Lucía. Con lo que hemos hablado y siempre me ha dado la sensación de que sí tía.

– Ya, no se, es que me daba vergüenza, ya sabes, no tener experiencia…

– Claro prima, no tienes de que avergonzarte, ya llegará el momento, además con nosotros hay confianza.

– Venga va, ya arreglaremos eso más pronto que tarde, ya verás, dijo Lucía, otra ronda?

El juego iba subiendo de tono sin darnos cuenta y empezó fuerte Lucía.

– Yo nunca he tenido fantasías con alguien del grupo. Todos bebimos pero no dijimos mucho más. Cada uno teníamos en mente nuestras fantasías pero había mucha cara de complicidad.

– Noe dijo, yo nunca me he excitado delante de dos personas del sexo contrario.

Al principio no entendí nada, pero después de un segundo de silencio las dos me miraron el paquete, se empezaron a partir de risa y yo me di cuenta de que se me notaba demasiado mi excitación, incluso se notaba una pequeña zona del bañador húmeda, tener en mente mis fantasías me habían jugado una mala pasada.

Me puse super rojo de la vergüenza y no sabía dónde meterme e intenté taparme un poco.

– Jaja no te preocupes primo, si con nosotras hay confianza jajaj, dijo mi prima vengándose de mi anterior jugarreta.

Lucía le dijo algo al oído a Noe mientras me miraba, Noe asintió pero sin mucha convicción y Lucía empezó con su juego.

– Sabes qué? Dijo. Creo que no es justo y hay que igualar la balanza. Esperad un momento.

Lucía se levantó y trajo un cubo con agua, se echó un poco por las tetas y se empezaron a notar como se marcaban los pezones.

– A los chicos se os nota mucho cuando estáis excitados pero a nosotras no y ya que nosotras te vemos así, tú tienes que saber cómo estamos nosotras.

Yo no podía creer lo que estaba viendo y se me estaba poniendo más dura aún.

– Ves?. Dijo echándole también un poco de agua a Noe. Si se notan los pezones normalmente es que estamos excitadas, cómo nos ves?

– Bueno, pues un poco excitadas si que parece, o quizá pueda ser por el agua fría… Dije yo sin dejar de poder mirar las tetas a ambas pero recreándome en Lucía.

– Bueno, otro signo es que se endurecen un poco, acércate Noe, que nos tiene que palpar.

Noe se acercó un poco indecisa, al final era su primo y no estaba segura de querer dejar que le tocara las tetas pero al final era un juego y había confianza, así que lo hizo.

Yo no me podía creer que Lucía me dejase tocarla de esa manera y además con mi prima presente, eso hizo que se me pusiera más dura que nunca y mi pene comenzó a estar empapado.

– Bueno, vas a tocarnos para saber cómo estamos o no? Dijo Lucía poniendo cara de picarona.

– Si, claro. Dije palpando con un par de dedos intentando no parecer un aprovechado.

– Aii hijo, usa toda la mano, que es una teta, no un cocodrilo, no te va a morder. Apuntó Noe siguiendo el juego.

– Bueno, parecen duras, pero es la primera vez que la toco y siempre me las he imaginado así, la verdad.

– Así que te has imaginado qué tacto tienen mis tetas? Dijo Lucía picarona.

– Si, bueno, nooo, bueno, un poco. Acerté a balbucear.

Ambas se rieron al saber que eso me avergonzaba.

– Bueno primo, a mí sí que me has visto desnuda muchas veces, a ver si se ve ahora alguna diferencia, dijo Noe quitándose la camiseta.

– Pues si que se notan con el pezón más grande y con más forma de limón, estás cachonda primita? Dije intentando entrar en el juego.

– Lucía empezó a tocar las tetas de Noe y dijo: uyy estos limoncitos no se pueden dejar así, ya están listos para comer. Y empezó a chuparla los pezones.

Yo no sabía muy bien que hacer mientras veía como Noe cerraba los ojos y cambiaba la respiración mientras disfrutaba de la comida de tetas de Lucía hasta que dijo:

– Venga, que tú prima tiene 2 pezones y no me lo voy a comer yo todo.

Eso hizo que los dos nos miráramos con sorpresa pero ya estábamos metidos en faena y no íbamos a parar ahora, comencé a tocar el pezón duro de Noe mientras mi pantalón comenzaba a notarse mojado por qué mi excitación no dejaba de echar fluidos.

Al poco, mi prima estaba igual, tan cachonda que se notaba su humedad de lejos.

– Pero bueno chicos, dijo Lucía riéndose tras darse cuenta ella también. ¿Aún no os habéis secado el baño o qué pasa? Vamos a tener que tender eso para que se seque, así que venga, dádmelo que la cuelgo.

Cómo de costumbre, los dos nos quedamos indecisos.

– Venga, qué os pasa? Pero si ya os habéis visto desnudos estando excitados no? Ahora os va a dar vergüenza?

Cómo siempre, tenía razón, así que asentimos con un poco más de decisión y convencidos de que ya no había vuelta atrás y nos quitamos la parte inferior de la ropa y se la dimos.

– Así me gusta, vamos a dejar esto por aquí…. Muy bien, veamos que tenemos. Bonitas vistas de ambos jajaj.

– Oye, no te rías tú tanto de nosotros ehh que es fácil no tener vergüenza estando vestida maja. Dijo Noe.

– Tranquila que no tardaré mucho en quedarme igual que vosotros, pero hay confianza, así que no quiero más vergüenza ehh.

La verdad que ya llegáis a este punto la habíamos pedido casi del todo y solo teníamos ganas de seguir y de expulsar toda esta tensión sexual que teníamos.

Lucía nos dijo que nos acercarnos y nos sentamos uno al lado del otro, los dos de cintura para abajo desnudos, Noe desnuda completamente, yo bien empalmado y mi prima con las piernas entre abiertas y con su coñito bien brillante de lo mojado que estaba y sus pequeñas tetas de punta, a mí me escurría una gota de líquido preseminal bajando por la polla. Lucía se puso de rodillas delante nuestro y fue acariciando con sus manos nuestras piernas, una de cada uno, hasta que llegó a nuestros sexos.

A mi me acaricio la polla llevándose de camino alguna de esas gotas que caían y con la otra sentía la humedad de mi prima que respiraba de forma acelerada.

Lucía también estaba disfrutando mucho y se mordía y mojada los labios, no sabía que fuese tan lanzada pero eso hacía que me gustase más, seguro que en el futuro disfrutare mucho con ella.

Cogió mi polla con toda la mano y empezó a masturbarme y al poco dijo.

– Ven Noe, no decías que nunca habías masturbado a nadie? Hoy es el día, yo te enseño.

Noe se levantó y se puso delante mía, junto a Lucía, yo también me incorpore un poco y me puse de rodillas, para que fuese más fácil para las dos.

– Mira ven, acerca la mano, cógela así. No, sin rigidez pero con firmeza. Eso es, así va bien, venga ahora vete haciendo un movimiento de vaivén.

Se notaba que Noe no tenía mucha experiencia pero aprendía rápido y yo disfrutando de aquella situación que no había imaginado ni en mis mejores fantasías.

– Venga, tu sigue, que ya es mi turno.

Lucía comenzó a desnudarse hasta quedarse desnuda y mi sueño se cumplió, verla como vino al mundo. Era algo más rellenita que mi prima pero era espectacular, un culo bien formado, el vientre casi plano donde se intuían los músculos pero sin marcarse y un coñito con un monte de venus espectacular con una fila de pelito que indicaba el camino a su clítoris.

Hasta Noe se la quedó mirando y la dijo.

– Hija de puta, si es que estás buenísima, te follaba hasta yo.

– Bueno bueno, no descartemos nada por ahora. Dijo Lucía con su sonrisa picantona.

– Va bien la paja no? Preguntó Lucía.

– Si si, no te preocupes que ya voy diciendo yo lo que tiene que ir haciendo para ir mejorando. Dije yo.

– Perfecto, entonces yo me voy a entretener un poco con otra cosa.

Lucía se tumbó en el suelo, reptó para poner su cabeza entre las piernas de Noe, que miró para abajo sin entender muy bien qué quería hacer hasta que Lucía comenzó a pasar su lengua por el coño de mi prima.

Noe gimió, se acomodó un poco para facilitar la postura y cerró los ojos disfrutando de aquello mientras yo también disfrutaba viéndolo.

Cuando Lucía tenía toda la cara empapada del flujo de Noe se levantó y dijo que ya había practicado bastante lo de hacer pajas, que ahora tocaba otra cosa.

Se acercó a su bolsa y sacó un condón, se agachó para ponérmelo y le dijo a Noe que se fijara bien.

Se puso cerca de mi cabeza y la empujó para acercarla hasta su coño, yo empecé a comérselo, Lucía estaba súper mojada y yo no podía estar más cachondo.

Al poco Lucía se agachó y se sentó encima mía, que caí sentado al suelo y con la polla entre sus piernas. Ordenó a Noe que se pusiera entre los dos y tras obedecer, me ordenó a mi que la enseñará cómo se come un coño mientras ella colocaba mi polla para sentarse encima y que la penetrara.

Lucía comenzó a cabalgarme y yo estaba en el cielo, tenía un coño muy húmedo y caliente y la penetración era muy suave pese a que se notaba que el agujero era estrecho. En un momento noté un pequeño gemido y mucha más humedad, lo que delataba que Lucía había tenido un orgasmo pero siguió follándome sin parar más de 2 segundos.

Mientras Noe comenzaba también a acelerar su respiración, estaba cerca del orgasmo y yo me concentré más en su clítoris para que llegará, me di cuenta de que lo conseguí cuando un chorro de líquido inundó mi boca, empapó mi pecho y sus piernas comenzaron a temblar y a quedarse sin fuerzas.

Entre Lucía y yo la tuvimos que sujetar para que no se cayese encima nuestro y nos entró la risa al ver la cara de placer que tenía mientras intentaba recuperar la respiración y un poco de la vergüenza de haberme empapado así.

Yo la dije que no pasaba nada, que era algo normal y que me gustaba eso porque significaba que había conseguido dar mucho placer y que ojalá les pasará igual a todas las chicas.

Lucía dijo a Noe que se acercara, que le iba a enseñar una última cosa, las dos se pusieron de rodillas y me dijo que me levantará.

Lucía comenzó a recorrer mi polla con su lengua ante la atenta mirada de Noe que hizo lo mismo cuando Lucía se retiro un poco.

Luego Lucía se volvió a unir y las dos lenguas recorrían mi miembro, una por cada lado.

Yo ya no podía más y estaba a punto de correrme, las avisé y Lucía colocó a Noe delante mía y se juntó a ella, las dos comenzaron a masturbarme hasta que me corrí mientras Lucía apuntaba mi polla a sus caras que acabaron llenas de semen.

Los tres estábamos exhaustos y nos quedamos tumbados intentando recuperar la respiración disfrutando de aquella tarde que nunca íbamos a olvidar.

Continúa la serie