Capítulo 1: De hombre a muñequita (1–15 de noviembre)

Día 1 – Viernes 1 de Noviembre
Te despertaste con una sensación rara. No era deseo… era una especie de necesidad. Algo dentro de ti quería tocarse… pero no donde siempre. Tu mano bajó, tímida, y terminó en tu hoyito. Y cuando lo presionaste suavemente con un dedito… tu pene apenas reaccionó. Solo soltó una gotita. Transparente. Cálida.

Ese fue el momento exacto en el que empezaste a cambiar, aunque aún no lo sabías. Desde la ventana, tu vecino te observaba.

Día 2
Tocaron a la puerta. Era él. Miró directo a tus ojos y no dijo nada al principio. Solo bajó la mirada a tu pantalón… manchado. Te preguntó si ya sabías lo que eras. Tú balbuceaste algo, confundido, y él te dijo en voz baja:

“Tú no eres un hombre… pero te voy a llevar al lugar donde te van a enseñar a ser lo que siempre fuiste.”

Día 3 y 4
Te hizo entrar en su casa. Había lencería. Tacones. Una caja con tu nombre. Dentro: panties, un corset suave, y un par de medias rosas.

Cuando te las pusiste, por curiosidad, algo dentro de ti se calmó. Era como si te hubieras encontrado a ti misma.

Él lo notó. Te acarició el mentón y dijo:

“Estás lista para tu nueva vida, Susy.”

Día 5 y 6
Te puso una jaula de castidad metálica. Sentiste el frío del acero y el ardor de la humillación. Ya no eras dueño de tu nepe.

Te preparó una maleta: una muda femenina, bloqueador solar, un diario… y un boleto de avión.

“Vamos a una isla. Ahí conocerás a Lili. Y al Dr. Vector. Y ahí… te van a volver real.”

Día 7 – Jueves 7 de Noviembre
Llegaron en lancha a una isla privada, paradisíaca. El agua turquesa, la arena blanca… y en el muelle, parada como una estatua de autoridad, Lili.

Alta, elegante, ojos fríos. Vestida de blanco, con un cinturón fino.

“Tú eres Susy… Desde hoy, tu entrenamiento comienza.”

Día 8 – Viernes 8 de Noviembre
Lili te llevó a la clínica. Ahí conociste al Dr. Vector: un hombre maduro, con bata blanca y una sonrisa clínica.

“Vamos a borrar la testosterona… y a sembrar feminidad.”

Te puso el primer parche bloqueador y te frotó gel de estrógenos en los muslos. Tus pezones reaccionaron al instante.

Día 9 y 10
Tu pene no se despertaba. Solo goteaba suavemente cuando te excitabas.

Tu piel comenzaba a suavizarse. Tus emociones cambiaban. Y Lili… te llevó a caminar por la playa, en bikini, sin esconderte.

Día 11 al 13
Tu entrenamiento empezó en serio:

• Sentarte con las piernas cruzadas.
• Hablar suave.
• Caminar en tacones.

Lili no aceptaba errores. Cada error tenía un castigo.

“¿Quieres ser mujer? Entonces compórtate como una…”

Día 14 y 15
Te tomó medidas. Tus caderas habían cambiado. Tus pezones estaban más sensibles. Y el Dr. Vector dijo con orgullo:

“Ya estás respondiendo. Ya no hay marcha atrás.”

Lili te puso un vestidito negro con cuello blanco… tacones altos… y te sentó en una banca.

Ahí fue cuando te tomaron la foto.
Tu primer retrato como niña obediente.

Pierna arriba, mirada provocadora… como una muñequita entrenada.

Y tú… te sentiste hermosa.

Por primera vez en tu vida… te gustó lo que veías.