Excursión en la foresta con un encuentro imprevisto.
Las sensaciones se hicieron más intensas y nuestras pelvis se agitaban cada vez más, no se quien comenzó primero, pero casi lo logramos nuestros orgasmos comenzaron a fluir, con cada ves mas intensidad, con nuestras bocas pegadas al clit de nuestra compañera y ese dedo travieso deslizándose una y otra vez dentro de nuestro anillito que cada vez lo apretaba más como para no dejarlo salir.
Un joven llega al paraíso cuando la chica a la que ama en secreto se mete en su cama del hotel.