No había espuma de jabón. Me recibió con una sonrisa, como preguntando mi opinión, mientras impulsaba el elemento con su manos y brazos como intentando apartarla. El cuerpo sonrosado de ella sobresalía en el oscuro fondo, aunque se difundía en el fragor del movimiento del agua. La observé con curiosidad y ansiedad tratando de adivinar como era en todo su forma oculta.
Después de una relación tía recatada sobrino, sucede una nueva relación tía-hijo bajo un pequeño engaño.
Una vez instalados la recordaba la obligación de mantener las piernas separadas y claro yo elegía los emplazamientos y siempre coincidían con grupos de parejas o incluso solo tíos, que sin cortarse un pelo se fijaban bien en ella y en su brillante sexo entre abierto.
Al respirar profundo, me sentía bien, verdaderamente en paz, había dejado atrás la relación con mi hermano, el estaba en España con su mujer y yo encontrada con mi cuerpo, si bien no era una máquina de sexo, mis cosas tenía.
Dicho esto salió de la habitación dando un portazo, así que el angelito porfin había sacado las uñas, me levanté del suelo y me dirigí al baño me vi en el espejo y revise el corte que tenía en el labio inferior pero no solo mi cuerpo estaba roto sino también mi corazón.
¿Qué le hace tener en el corazón la convicción de que yo soy distinta de todas? No lo sé. Claudio es un ser que me rebasa en muchas cosas, sobre todo en comprensión. Soy su más linda sierva, adepta, Diosa, compañera, cómplice, musa, puta, soy su puente, soy sus ojos celeste y miel.
Pronto otro par de manos se unieron a las caricias, mientras las caderas subían y bajaban, al mismo tiempo que Yolanda trataba de endurecer la lengua para penetrar en la cueva de donde manaba sin cesar los jugos que ya corrían por la comisura de sus labios hasta el cuello.
Llegué a la estación que queda cerca de la productora, que es la estación Insurgentes. Bajé la escalera hacia el subterráneo, el andén no importaba, la dirección no importaba, llegaría a casa tarde que temprano y por pronto que fuese sería de todas formas una eternidad.
Ninguno de sus poros merecía menos, y por ello los atendía a todos por igual. Su dureza y su calor eran casi visibles. Conforma mis manos y boca se movían, hacían una sinfonía celeste, era como alzar la vista y ver las constelaciones.
Lo poco que sabía era que en México no era permitido producir pornografía, sin embargo era obvio que el negocio en que Aura trabajaba al margen de leyes y permisos nacionales, la cajita decía "Para su venta exclusiva fuera de la República Mexicana".
Luego de media hora de ser el gato de su ventana, vi que dentro de la habitación surgía una chispa, y mientras pensaba ensimismado que así debió haber sido la chispa que dio inicio al universo y que hube quedado en trance con la flama, me dio por alzar la vista y me encontré con sus ojos, fijos, inclementes, abrasivos.
Cuando alzó su mirada yo ya había tenido tiempo de serenar un poco mi respiración luego del esfuerzo atlético de brincar de andén a andén, mi respiración era agitada, pero un esfuerzo de las mandíbulas me hacía lucir normal, y el sudor ya me lo había secado de prisa con un pañuelo que siempre cargo.
Todo eso me calentó más y empecé a gemir y gritar. La verga de Rafael entraba y salía de mi concha mojada, empujaba cada vez más fuerte. Sus manos me sujetaban por los hombros para que yo no pudiera moverme, me empujaban hacia abajo y así recibía todo el impacto cuando me clavaba a fondo.
Te he visto muchas veces dormir, pero hoy cada vez que te miro me pareces aún más guapa, me gustas más, me atraes más, será que debo estar hoy aún más enamorada de ti que ayer, pero seguro menos que mañana.
Por fin, permitió a Eunice tumbarse sobre su cuerpo, y ambos se abrazaron estrechamente, mientras de nuevo las bocas se unían en un beso ansioso; su miembro se introdujo totalmente en su interior, y los movimientos acompasados de ambos incrementaron en deliciosas oleadas el placer de los dos sexos fundidos.
Me lo follé, me lo follé sin piedad durante una hora, tal vez más, no permití que se librara de mí pese que nos corrimos varias veces, siempre en su culo, siempre en la alfombra, mientras mi madre seguía a nuestras espaldas, follando mi culo.
La bestia continuo con su labor, cogiéndose a la chica sin misericordia, impulsando con furia sus largos é interminables apéndices dentro de ese cuerpo semejante al humano. En tanto su víctima había dejado de luchar y ahora se abandonaba a las sensaciones que le producía su violación.
Marga es mi novia desde hace seis meses y esta imponente; de cara es preciosa y su largo pelo castaño y sus ojos verdes me vuelven loco, del resto del cuerpo mejor ni comentarlo, mide 1,68 m. y tiene un tipazo.
Me quedo un rato observando esa deseada zona humedecida. Acerco mi rostro como para observar mejor, la miro a los ojos y le sonrío- No solo se ve lindo, también huele muy rico. Me mira un poco desconcertada, incomoda pero sigo sin moverme de allí, hablándole, relajándola.
Su clítoris está erecto y resulta imposible pasarlo por alto, me entretengo con él, lo beso y succiono delicadamente, lo coloco entre mis labios y procedo a hacerle una paja con ellos, esto la lleva rápidamente a su orgasmo que la hace temblar de pies a cabeza, sus jugos me resbalan por la boca, mojando todo mi cuello y pecho.