Paz es una mujer morena y curvilínea con enormes tetas, era la esposa de Luis Manuel. También era la madre de dos jóvenes jugadores de fútbol americano, Isaac y Joseph. El equipo estaba perdiendo el torneo nacional juvenil y Paz decidió tomar medidas drásticas para motivar a los jugadores.
Por fin llegó el día, unas vacaciones familiares son el remedio perfecto para el agobio y la rutina del trabajo en el hospital. Y que mejor para esros días de calor, que pasar el rato en un balneario natural, el rio es una zona muy con urrida últimamente.
La tarde caía sobre Colima, un calor sofocante que se pegaba a la piel como una segunda capa. Lupita, la novia de David, miraba el reloj, la impaciencia carcomiéndole por dentro.
Memo era un niño inquieto de 5 años, lleno de vida y con una imaginación desbordante que le hacía ver aventuras en cada esquina de su hogar. Su mamá, Isela, era una hermosa mujer que se reía a carcajadas con la sencillez de un niño, y su papá, Guillermo, un gran aficionado al fútbol...
El pequeño Memo duerme tranquilo de saberse amado por sus padres, aún que Guillermo, su padre estaba de viaje por trabajo, el sabía que era algo rutinario, su papá salía de viaje con mucha frecuencia, se iba por 2 o 3 días y regresaba con regalos para el.
El ardiente sol calentaba las aceras. Los pájaros cantaban en el cielo despejado, y la vida parecía transcurrir con la rutina de la mañana.
Héctor era un gigante de un hombre, su piel tostada por el sol y un bigote que le daba un aire de brusca masculinidad.
Betty, la secretaria gordita y atractiva de 40 años, se miraba al espejo mientras se ponía su traje de baño más ajustado. Su piel blanca contrastaba con el negro del traje, que apenas contenía sus enormes nalgas gelatinosas. Con una sonrisa pícara, se ajustó el cabello rizado y salió de su casa.
Invitados a una gran fiesta, la fiesta de las fiestas.