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La última carta a mi amor

Allí estabas, enfrente de un grandioso mural realizado con la técnica del óleo; representaba un muchacho, casi desnudo, que yacía sobre una cama de cabezal de hierro, rodeado de sábanas blancas y muchos cojines. Sobre sus blancas y bellas nalgas, apenas tapándole las caderas, una camiseta de seda color hueso, con muchos bolsillos, que le llegaba hasta las rodillas. Posición fetal de un bello durmiente.