… ‘La tenemos a punto, es toda nuestra’ _Dijo Tocho arrodillado mientras metía y sacaba sus enormes dedos por el culito de mi novia, mientras con su perversa sonrisa seguía mirándome...
El camarero se puso delante de Melisa y con gran suavidad le acarició los pezones. Melisa abrió su boca y gimió. Le acarició su polla sobre los pantalones, dándole un pequeño mordisquito. el camero apretó uno de sus pezones y dándose la vuelta, partió hacia la cocina.
Mi sirvienta me llevó para ser usada. No lo dudé un segundo, me arrodillé entre sus piernas y me rendí ante esa polla, adorándola con mi lengua y con mi boca. Empecé lamiendo esos gordos huevos que se aventuraban bien cargados.
Elena apretó fuerte la cabeza de Pablo contra su coño a la vez que movía la pelvis para meter y sacar su dedo. El orgasmo venía sin remedio y ella agarrando fuerte su cabeza la posó sobre su clítoris y esperó que llegase el orgasmo.
Estaba deseando tocar esos pechos, comerme esos pezones y atravesar ese culo que me pajeaba deliciosamente. ¿A qué te dedicas? - me preguntó
Soy asesor financiero y corredor de bolsa.
Muy bien putita, te diré lo que vamos a hacer. Tengo un local bastante exclusivo, donde mis putitas realizan trabajos para la comunidad. Digamos, que, si eres buena, en poco tiempo podrás saldar tu deuda ¿y quién sabe? Igual te gusta y te quedas.
Tranquila hija, déjame terminar. Me han contado bajo confesión que así es y que algunas veces, estas pobres chicas abandonan el monasterio por esta razón.
Verá padre, eso es mentira, yo nunca me aprovecharía de mi situación para eso. Dudo que lo hiciera aun siendo consentido.
Una niña inocente es introducida en el tema del sexo anal sin darse cuenta se verá envuelta de si realmente le gusta o no...
*"Recordar que esto es meramente Ficción, o quizás si sea real? Se los dejo a la imaginación*"
Veo el hambre y el deseo crudo en su mirada. Por un momento, me perdí en mis pensamientos. Estaba absorto en los recuerdos de como “Ella” siempre dió la imagen de ser un dulce e inocente corderito. Una niña muy tranquila y ejemplar, quien se suponía que crecería para casarse con un hombre...
Dilo, hija, cuéntame lo que sientes. ¿Te gusta tocarla? Claro padre, tan gorda, tan caliente, tan palpitante, es preciosa. Nunca habías tocado una. ¿No?
No nunca. - añadió y le salió una risa floja.
Eso espero. La veré esta noche. ¿Esta noche volverás al despacho de la madre superiora? Si padre, me dijo que lo hiciera a las diez y que fuese totalmente rasurada. Me dio un hábito nuevo y algo más justo y me despidió con un azote hasta hoy.
Para que veais que esto es una historia real, aquí os muestro una de las tantas conversaciones que tenemos mi señor y yo. Para ser exactos esta conversación la tuvimos mientras yo viajaba en tren,
Puse a Carmen a cuatro patas encima de la cama mientras Unsinn ponía su coño cerca de su boca. Dejé que Carmen empezase a comer el coño de Unsinn, para ir poco a poco acelerando el ritmo hasta conseguir una fenomenal corrida de Carmen con la boca llena de los jugos de Unsinn.
Mi vecino se concentra en mis pezones, les pasa los dedos luego las uñas, los toma, comprueba su dureza, los aprieta, los retuerce, quiera que sienta el dolor. Me excito más, me siento una gata viciosa usada y me doy cuenta de que de pura cachonda estoy casi a punto y …
En la Roma antigua, bajo el imperio de Nerón, la bella y poderosa Diana Marcia Vespia descubrirá que su nuevo esclavo bárbaro es mucho más que un muchacho insolente. Pronto perderá el control de su vida y de su cuerpo, para sentir un placer desconocido.
Elena empezó a correrse una y otra vez intentando salirse de la polla del negro, pero era imposible, este la sujetaba con todas sus fuerzas sin dejar que se apartara de su polla.
Oliver preparó dos copas y le acercó una a ella. Le sentó en el sofá, se postro ante ella, abrió sus piernas y muy lento caminó con su lengua hasta llegar a su sexo. Con sus dos pulgares separó los labios y dejó a la vista su clítoris
Volvió a tragar una buena porción de mi dilatada verga y sentir aquella boca y esas palabras casi me hacen venirme, por lo que agarrando su pelo tiré de él, para liberar de esa insaciable boca.
La oigo suspirar profundamente con su boca casi pegada en la pared. Sujeto su cuello por debajo y pongo mi cuerpo medio flexionado, para de un solo movimiento clavársela hasta el fondo de sus entrañas con golpes secos e intensos.
¡Hey, tíos... esta rubia quiere un traje! - gritó Juan, soltando los últimos goterones en la frente de la rubia. Los otros hermanos seguían dale que te pego follando a sus respectivas chicas y Helena gritaba de gusto, mientras se sentía llena a tope con esa polla en su culo.