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La tarde que no olvidaré

No podía parar, aquella tarde estaba para grandes cosas, entraba y salía de ella a piachere, ella entregaba todo, ya no daba más, yo lo quería todo, seguí y seguí ella pidió tregua me pedía que parara yo le daba con todo, hasta que sentí como si se desvanecía, me asusté, ella era la cuarta vez que acababa me confesó.

Rosita

Cuando me vio venir por el fondo de su calle y me reconoció, de inmediato salió de su casa tan a la chita callando como lo había hecho yo instantes antes, mas para evitar ser descubiertos por alguno de sus familiares, caminó hacia la esquina y dio vuelta, obligándome a mí a seguirla.

Mi cuñado me da lechita III

Bese sus pechos, lamí sus tetitas, me dirigí hacia su axila, aspire su aroma de hombre, hummm, que rico hueles Jorge, y le bese ahí, le chupe y continúe por su brazo, lentamente me dirigí hasta su mano, bese cada uno de sus dedos, se los chupe y levante la mirada, después él me diría que parecía una gata en celo, una puta dándole gusto a su hombre), chupe su ombligito y me deslice hasta donde se encontraba su verga...