Hola cielo.

He hecho que mi marido te viole.

Sé que lo hablamos hace mucho tiempo, y que ya no te acuerdas. Pero sospecho que eso no desaparece así como así.

He pasado cuatro años dando vueltas a esto. El primer problema era evidente: cómo hacer que eso ocurra a alguien que desea que ocurra. Sin que sea un roleplay ni una experiencia desagradable. Esa era tu duda y también la mía. Un agresor común se enfrenta a problemas logísticos, pero yo, además, tenía que enfrentar un problema conceptual.

Pero había más problemas. Si no debía ser un roleplay, y, por supuesto, había que maximizar las posibilidades de que te gustase, no podía buscar a un random sin tu aprobación. En primer lugar, es arriesgado. Y en segundo te morirías de vergüenza o algo peor.

Así que hacer algo así con seguridad se me antojaba imposible. O es roleplay o es un problema. Y si no es ninguna tampoco podía ser lo que tú fantaseabas.

Así que tenía que ser alguien que te gustase. Y sé que Marco te pone cerdita 🙂

Faltaría más, cariño, claro que lo sé. Siempre lo he sabido. Desde que lo conociste, cuando eras básicamente una niña, has estado deshecha con él. Has buscado ocasiones constantemente para estar con él a solas y has enseñado hasta el alma a la mínima ocasión. Cuando eras niña le contabas todo a tu hermana mayor. Desde que conociste a Marco, mientras te ibas haciendo mujercita, sólo él sabía con quién andabas y con quién te liabas. Él tenía acceso a tu cuenta de Twitter con fotos subiditas de tono. Le diste acceso con la excusa de una conversación, pero sabías lo que hacías. Yo no sabía de tu obsesión por Lolita, de tus aventuritas orgiásticas ni de tus grupos de “putillas lesbianas”… Como lo llamabas, para poder establecer esa comunicación con él. Nunca supe de tu multiorgasmia ni del fuck boy al que te quería “chingar”.

Y no pasa nada, está bien. De hecho, me producía cierta molestia. Pero terminé más que apreciándolo. Verle tan cachondo me acabó por encender. Procurar ocasiones para que te exhibieras pensando que tú las urdías me puso cada vez más cachonda. No había nada de inocente por mi parte en hacerte probar bikinis y mostrárselos. Ni llevarte de hoteles con él y ausentarme con excusas. Siempre supe cuándo ibas a sacarte las tetas para ponérsela gorda. Acabé chupándosela y pidiéndole que pensase en rellenarte el chochito de leche.

Como lo tienes ahora.

Casi de inmediato, la primera vez que pensé “venga, quiero que se la folle”… me acordé, y me di cuenta de que no podía ser. A buen seguro hubiese conseguido que tanto él como tú estuvieseis seguros de que era lo que yo quería, y os hubieseis reventado a polvos enseguida. Hasta te hubiese puesto a comerme el coño a mí. Tú lo sabes y yo lo sé, hermanita querida. Pero no podía ser, porque si te follaba ya no iba a poder paladear tu violación. No de la misma forma.

Tenía que ser una violación, no un jueguecito.

Así que me lo tomé con calma. Permití que tú lo pusieses enfermo. Después lo puse yo más. Cultivé con esmero su delirio desde cero.

Pasé año y medio investigando y haciendo pruebas, hasta que encontré el cóctel perfecto de sustancias. Las que darte a ti, anoche, para que perdieses la conciencia pero aún así pudieses responder levemente. Incluso me aseguré de que lubricases bien. Para que no te hiciese daño. Para que tu cuerpecito de zorra preciosa sólo obtuviese placer, separado por unas horas de tu mente. Y aún así recibieses ahora el impacto de saber que te ha violado.

Él estaba bastante fuera de sí, aunque no se daba cuenta de por qué. La dosis leve de éxtasis, la más seria de alcohol, y tres cositas más, incluyendo tadalafilo, lo volvieron loco.

Saber, o pensar, que yo estaría tan noqueada que jamás podría despertarme, le dejó la excusa a la pequeña parte de conciencia y voluntad que permití que quedase en él.

Cuando, entre dientes, le dije que ayudase a mi hermana arriba, que había bebido mucho, y caí dormida, pude ver su cara descompuesta.

La verdad es que anoche te esmeraste, cuando aún sólo estabas inadvertidamente de éxtasis y alcohol. Casi me jodes el plan restregándole las tetas por la puta cara. Me sentí tentada de indicaros que lo hicieseis en buenas facultades mentales. Pero no. Llevaba demasiado tiempo rumiando y preparando.

Me masturbé viéndolo a través de la cámara oculta. Lo tengo grabado para que puedas verlo tú.

Llegó y, al principio, intentó controlarse. Daba vueltas por la habitación. Te quitó la ropa y salió de nuevo.

Pero volvió, claro. Duro como un caballo. Y comprobó que no te despertabas, aunque le sonreías.

Y no pudo evitar tocar tus tetas. Supongo que quería continuar haciéndolo con suavidad, pero enseguida empezó a chuparlas y morderlas. Y tú suspirabas.

Me empecé a masturbar y me corrí cuando te restregó la polla por la boca y las tetas. Cuando te la metió en la boca fue espectacular, cariño.

Después de eso balbuceabas “no” y te reías.

Y buff…. Estoy escribiendo mientras vuelvo a ver el momento en que te abrió de piernas y empezó a restregarse la polla. Pronto vio que lubricadas con facilidad y eso le encendió. Para él, tu coño estaba pidiendo rabo también.

Pero tenía que ser así, cielo, espero que lo entiendas. Quería que tuvieses tu violación. Ahora que ya has tenido durante horas su leche en tu coño y en tu boca hay confianza y dejaré que te folle más a menudo.

En el vídeo se ve su culo empujando y empujando en tu coño, descontrolado, con tus tetazas botando, cielo. Es espectacular. Te va a encantar.

Te cogió de la cabeza para meterte la lengua en la boca y te lamió la cara como un cerdo. Fue precioso.

Te dio la vuelta. Pensaba que iba a follarte el culo, pero siguió dándote en el conejito hasta que se corrió, agarrándote del pelo.

Ese momento lo tenía todo, cariño. Yo era la responsable, te estaban dando lo tuyo, ambos disfrutabais físicamente pero no era como ninguno de los dos hubiera querido. Tú no podías elegir nada, no podías cazar ni poner trampas de zorrilla adolescente para cuñados cachondos.

Así que te hice este regalito. Ya tienes tu violación.

Él se sintió fatal hasta que me levanté haciéndome la borrachilla y le di el brebaje para apagarlo. En cinco minutos roncaba en el sofá.

Vi el vídeo con él ahí. Y no pude reprimirme, ni tenía por qué. Le chupé la polla mojada de tus flujos hasta que se corrió de nuevo.

Subí a la habitación y te azoté la cara y las tetas. Te comí ese chochito precioso lleno de leche. Me senté en tu cara y te restregué el coño por la cara hasta que me corrí en ella. Si te pica el culo es porque también te lo azoté, mientras nos follaba a ambas con la polla doble junto a la que te has despertado.

El plug también te lo metí yo.

Perdona si me olvido de algún detalle importante, pero estoy escribiendo un poco deprisa. Necesito dormir un ratito, aunque no sé si la emoción de una noche tan redonda y tan anticipada me lo permitirá..

Os espero en la terraza de abajo. Os oiré removeros un rato antes de que os despertéis del todo, así que contad con café calentito 🙂

¡Un besito!


Gracias por leerme, y valóralo si te ha gustado! Si quieres conocerme más a fondo, mira mi perfil aquí en Relatos.cam y todos mis links 😉

Puedes seguirme gratuitamente en Patreon, Telegram y X, visitar mi página de autor de Amazon, o suscribirte a cualquiera de mis redes para relatos exclusivos e ilustrados, con mis fotos, vídeos y otros combos muy perversos.