Unas vacaciones con su hermano Christian I

I Brandi desnuda su cuerpo en la playa con su hermano Christian y Mónica.

Brandi aceptó encantado la invitación de su hermano Christian de pasar aquellas vacaciones de verano en el apartamento de su propiedad en compañía de su novia Mónica.

Hacía ya más de un año que Brandi no veía a su hermano mayor y le ilusionaba compartir las vacaciones con él.

Brandi acababa de cumplir hacía unos meses 17 años y se llevaba con su hermano cinco años, por tanto, Christian tenía 20.

Brandi lamentó el día que su hermano decidió independizarse e irse a vivir con su novia Mónica. Su hermano siempre se había portado con ella magníficamente, recibiendo muchas atenciones y regalos.

El avión en el que viajaba Brandi llegó puntualmente a su destino.

La aguardaban su hermano Christian y Mónica.

Al encontrarse Brandi, feliz, se abrazó fuertemente a su hermano y le besó en los labios con cariño.

Vaya, hermanita. Hacía casi dos años que no te veía y te has convertido en una chica preciosa.

Gracias, Christian. Tenía muchas ganas de verte, sabes. ¡Qué bien! Creo que pasaré un verano estupendo. Hola, Mónica.

Hola, Brandi. Me alegro que estés aquí.

Me apetece tanto ya ir a la playa. Este año todavía no he ido y, fíjate, estoy tan pálida.

Bueno, Brandi, nuestro chalet está en primera línea de mar y se encuentra junto a una cala magnífica. Ya verás, además es muy tranquila.

Después de veinte minutos en coche, los jóvenes llegaron al chalet.

Brandi, dichosa, se apresuró a coger sus cosas y entrar en el apartamento.

Christian se lo mostró. De hecho, se trataba de un pequeño apartamento, tan solo tenía un dormitorio, aunque muy acogedor.

Qué, hermanita. ¿Te gusta mi apartamento? Pues, sí, hermanito. Es muy bonito. ¡Qué bien! Tiene una vista maravillosa, se ve la playa y el cielo tan azul. ¿Donde dejo mis cosas? Déjalo donde quieras, Brandi.

Ay, me apetece ya ir a la playa, hermano.

Ves con Mónica. Yo tengo que visitar a un vecino y en seguida estaré con vosotras.

Mónica esperó a que Brandi tomara un bikini blanco, y juntas marcharon a la playa. Apenas había bañistas y podían disfrutar en toda plenitud del sol y de la arena. Junto a unas rocas se detuvieron y estiraron sus toallas.

Mónica quedó gratamente impresionada cuando contempló a su futura cuñada en bikini, exhibiendo un escultural y generoso cuerpo a pesar de tener recién cumplidos 17 años.

Se sorprendió al apreciar sus grandes tetas, redondas y firmes.

Sabes, Brandi, eres una chica muy atractiva Gracias, Mónica.

¿Tienes, novio, Brandi? Pues, no, la verdad.

Tengo amigos pero nada más, solo son amigos. Aunque, lo cierto, es que tengo bastante éxito con los chicos.

Siempre están mimándome y no dejan de querer ligar conmigo. Supongo que debo estar bien.

Bueno, Brandi, no me extraña que los chicos vayan detrás de ti. Tienes un cuerpo estupendo. Chica, ¡vaya tetas! Sí, la verdad es que constantemente sorprendo a los chicos mirándome las tetas.

¿Te apetece tomar el sol completamente desnuda? A mi me encanta. ¿Te animas? No hay mucha gente.

Pues…no sé. Pero, luego vendrá mi hermano Christian.

¿Te da vergüenza que tu hermano te vea desnuda? Bueno, yo. Siempre he mantenido una relación muy cariñosa con mi hermano, pero, no sé, eso de que me vea totalmente desnuda me da un poco de corte.

Creo que me moriría de vergüenza. Mi hermano nunca me ha visto desnuda, sabes.

No seas tonta, Brandi, si no pasa nada. Conoces a mi hermano Paul, verdad.

Pues, mi hermano está acostumbrado a verme desnuda.

Cuando vivíamos en casa de mis padres no existía apuro alguno por vernos desnudos.

En ocasiones mi hermano Paul entraba en el cuarto de baño mientras yo me estaba duchando y no pasaba nada. Incluso solíamos ducharnos juntos.

A mi hermano Paul siempre le ha fascinado tocarme las tetas y cuando nos duchábamos no paraba de sobármelas divertido. Siempre ha sido un granuja. Yo le quiero mucho y, claro, le dejo que me meta mano.

Ya, pero supongo os habéis acostumbrado a veros desnudos.

Sí, lo cierto es que recuerdo que mi madre nos bañaba a los dos juntos.

Cuando tomaba un baño nunca me he preocupado por cerrar la puerta, sin preocuparme que mi padre o bien mi hermano me vieran desnuda tomando un baño.

Siempre he encontrado como lo más natural que mi propio hermano me vea desnuda. Incluso, mi hermano tiene fotos mías totalmente desnuda. Le encantaba hacerme fotos desnuda y luego se las enseñaba a sus amigos y presumía de hermana.

No sé, Mónica. Creo que no sabría cómo comportarme. Eso de que mi propio hermano mirara mis tetas, no sé, y que pudiera verme el coño.

Me sentiría muy incómoda y ruborizada. ¡Qué vergüenza! No seas tonta, chica.

Olvídate de la vergüenza. No tiene importancia que tu hermano te vea desnuda.

Además, verás, tu hermano se quedará sorprendido al verte desnuda y seguramente se pondrá nervioso sin saber donde mirar.

No me atrevo, Mónica.

¡Qué vergonzosa eres, Brandi! Mónica comenzó a desvestirse, se quitó los pantalones, continuó con su blusa y se desprendió del bikini que llevaba puesto.

Sonrió a Brandi. Mónica era rubia, dotada de un magnífico cuerpo, sinuoso y generoso, que complacida le encantaba exhibir.

Eres muy hermosa, Mónica.

Gracias, Brandi. Tú hermano se siente fascinado con mi cuerpo, sabes. En casa siempre quiere que esté desnuda, no para de meterme mano y finalmente acaba follándome. Le encanta follarme.

Es un chico muy apasionado y prácticamente todos los días me folla. Le encanta exhibirme a sus amigos.

Nunca me avisa cuando trae algún amigo a casa, así que, me pillan desnuda haciendo la comida en la cocina o en cualquier otro lugar de la casa.

A mi me divierte ser centro de las miradas de sus amigos, y por eso dejo que contemplen mi cuerpo desnudo.

Me siento estupendamente desnuda y regalando la visión de mi cuerpo desnudo. Algún amigo suyo se permite incluso pellizcarme el culo o las tetas.

Yo, claro, les dejo que me metan mano.

Cualquier día de estos me pide que alguno de sus amigos me folle.

De hecho, a veces he fantaseado con la posibilidad de que varios chicos me follen al mismo tiempo, y si Christian lo deseara estaría dispuesta a que me follaran sus amigos a la vez.

A mi todavía ningún chico me ha follado.

Bueno, Brandi, tú todavía eres muy joven. Aunque yo a tu edad ya me habían follado bastantes veces.

Me parece, Mónica, que me voy a animar a tomar el sol desnuda. Espero no morirme de vergüenza cuando aparezca mi hermano.

No sé si seré capaz de comportarme con naturalidad. Eso sí, se llevará una sorpresa. Siempre he sido una chica vergonzosa.

Tienes que perder la vergüenza. Tienes que ser más descarada. Además, piensa que se trata de tu hermano, no de ningún extraño.

Está bien, Mónica. Me has convencido. Ya veré cuando mi hermano llegue y yo me vea totalmente desnuda delante de él.

Brandi, titubeante, procedió a desnudarse. Se despojó de su ceñida camiseta y sus grandes y poderosas tetas pugnaban por escapar del encierro del bikini.

Con una cándida sonrisa en sus labios Brandi descubrió sus magníficas tetas, desafiantes a las leyes de la gravedad.

Chica, vaya tetas, eh.

Son grandes, verdad, Mónica.

Luego Brandi bajó la cremallera de sus tejanos y con serenidad sus pantalones resbalaron por sus esbeltas piernas.

Finalmente, Brandi con arrojo se quitó la parte inferior de su bikini. Brandi estaba en posesión de un cuerpo impresionante, generoso y pleno de curvas enloquecedoras y desafiantes.

Contrastaba la inocencia que provenía de su rostro con la rotundidad y provocación de sus formas. Destacaba sus exuberantes tetas, rotundas y apetecibles, y su culo respingón y generoso.

Bueno, ya está, en pelotas.

Sabes, Brandi, tienes diecisiete años pero tienes un cuerpo imponente. Estás buenísima.

Gracias, Mónica. Supongo que tienes razón. Los chicos del instituto me miman mucho y seguro que desean mi cuerpo.

Al cabo de un cuarto de hora llegó Christian. Directamente se dirigió al rincón de la playa donde acostumbraban a tomar el sol.

Al hallarse junto a las dos jóvenes, Christian no pudo evitar sorprenderse al encontrar a su propia hermana Brandi, desnuda, tomando el sol boca abajo.

Miró con adoración su hermoso y atractivo culo, que dibujaba una perfecta circunferencia, forjándose unas generosas nalgas.

Su hermana que apoyaba sus brazos en la arena permitía la contemplación lateral de sus tetas.

Christian, incrédulo, no podía esconder una grata sorpresa al contemplar a su hermana completamente desnuda. Brandi, en silencio, percibía la atención insolente que recibía la desnudez de su cuerpo.

Era consciente que su hermano miraba su cuerpo con deseo y deleite, disfrutando con la visión de su hermoso culo.

Brandi trató de alejar de su mente su pudor, y miró a su hermano con ternura y con una clara sonrisa, y, ciertamente, se sintió halagada por el interés que despertaba su cuerpo desnudo.

La sonrisa a su hermano evidenciaba esa sensación.

Vaya, hermanita. ¡Qué sorpresa tan agradable! Tu novia me convenció, pero no me mires con tanto descaro, que me da vergüenza.

Ay, no sé Mónica, creí que sería capaz de estar desnuda ante mi hermano con naturalidad, pero me estoy poniendo muy nerviosa. Me muero de vergüenza.

¡Cualquiera se levanta y le muestra la parte frontal de mi cuerpo! Brandi permaneció tumbada sobre la toalla, ruborizada, consciente que su hermano miraba su prominente culo con emoción y descaro.

No sabía como escapar de la situación de incomodidad. Pero quería calmar su ansiedad ante todo.

Deseaba ser natural, enterrar su aprensión a la desnudez de su glorioso cuerpo.

Se sentía ligera en su desnudez, fresca al no recibir roce alguno de ropa en su cuerpo. Su hermano Christian estaba eufórico al tener ocasión de contemplarla totalmente desnuda.

Vaya, vaya. Bueno, hermanita, con un cuerpo tan prodigioso supongo que los chicos irán constantemente detrás tuyo.

¿Cómo vas de novios? No tengo novio, amigos muchos, pero nada más. Todos los chicos buscan lo mismo. Cuando llevo ropa algo provocativa los ojos de los chicos no se apartan de mi cuerpo. Me siento observada y desnudada con la mirada.

Bueno, hermanita. No me extraña, ciertamente.

Estás buenísima, sabes. En éstos últimos años has dado un salto espectacular. Tus formas se han redondeado y desarrollado. Ya no eres una niña, eres una auténtica hembra.

Ay, hermano, no me digas esas cosas. Voy a ruborizarme, si sigues piropeando mi cuerpo. Me siento muy cortada.

Christian no podía dejar de mirar el fascinante culo de su hermana, respingón y espléndido, que brillaba en todo su esplendor.

Le apetecía manosear el culo de su hermana, pero Christian trató de contener sus impulsos obscenos con evidente dificultad.

De pronto, Brandi, se dio la vuelta. Fue un acto instintivo, inconsciente, natural, sin reflexionar que la parte frontal de su cuerpo quedaría a expensas de las miradas indiscretas de su hermano.

Y así fue. La mirada de Christian enseguida se concentró en las hermosas y abundantes tetas de su hermana Brandi, y con emoción e incredulidad miró su apetitoso coño. Estaba tan sorprendido y maravillado, se sentía tan gozoso y resultaba tan chocante poder contemplar el vello púbico de su hermana.

Joder, ¡Qué buena estás, Brandi! Ay, hermano, no me digas esas cosas. Me da mucho corte.

Es cierto, Brandi. Estás buenísima. Serás mi hermana, pero tienes un cuerpo prodigioso. No te sientas cortada, pero me fascina mirarte desnuda, hermanita. Resulta tan chocante.

Bueno, procuraré no tener vergüenza, pero, deja de mirarme el coño de esa manera, hermanito.

Ay, Brandi. Perdona, pero estoy tan fascinado.

Ya, ya, pero me miras de una manera como si fueras a devorarme con la mirada.

Me da corte sentir tu mirada descarada sobre mis partes íntimas, hermanito. Intenta no ser tan descarado y creo que podré pasar por alto que estoy desnuda y no darle importancia.

Es la primera vez que estoy totalmente desnuda delante tuyo, hermanito y, claro, eso de enseñarte mis tetas y, sobre todo, mi coño me da cierto apuro.

Está bien, hermanita, procuraré no ser tan descarado, pero me cuesta tanto no dejar de mirar tu coño.

No cada día tienes la oportunidad de mirar el coño de tu propia hermana. Tienes cantidad de vello púbico y me encanta. Es fascinante poder mirarte el coño, querida hermanita. Me entusiasma la idea.

II Brandi ve desnudo a su hermano Christian y consiente que la meta mano.

Brandi, sin ánimo de ello, en sus movimientos ingenuos lograba excitar a su hermano a través de sus eróticas posturas.

Recostada sobre un costado, una de sus apetitosas tetas adquiría toda su magna dimensión al descansar sobre la toalla, y sin reparar en la provocación que suscitaba, separaba y juntaba sus esbeltas piernas, atrayendo la mirada confusa de su hermano hacia su ansiado coño.

Christian no trató de disimular en absoluto su voluntad de mirar el coño de su hermana con total desfachatez.

Bueno, cariño, tú también te quitarás el bañador, verdad. Tú hermana se sentirá fascinada al tener la oportunidad de apreciar tu gran polla.

Christian se sintió excitado por la sugerencia recibida de su novia Mónica y gozoso se despojó de su bañador.

Suspiraba por comprobar la reacción que le provocaría en su inocente hermana la contemplación de su gran polla, si su cándida mirada buscaría o se apartaría de ella.

Se retiró el bañador con intencionada lentitud, a la espera de la posible reacción de su hermana.

Sonrió al observar que su hermana Brandi, lejos de sentirse abochornada y apartar su mirada, contempló su polla con naturalidad.

Para Brandi era la primera ocasión que veía la polla de un chico, y sentía sana curiosidad.

A Brandi le pareció grande la polla de su hermano y sonrió pícara e inocente, mirándola con inusitada atención e interés.

Bueno, Brandi. ¿Qué te parece la polla de tu hermano? Ay, Mónica, no sé. ¡Ay que ver como sois los dos! Me apetece bañarme Brandi, coqueta, corrió jovial hacia la orilla de la playa. Una vez allí, después de mojar sus pies, se adentró y se lanzó sobre el agua del mar.

Comenzó a nadar con placidez. Mientras, su hermano Christian y Mónica la miraban.

Tu hermana está buena, eh. ¿Te gusta, verdad? Bueno. Tengo que reconocer que mi hermana Brandi está dotada de un cuerpo impresionante.

No pensaba que estuviera tan buena, realmente.

Estoy muy sorprendido. Claro, yo siempre la he visto sólo como mi hermana Además estoy encantado con poder ver a mi querida hermanita en pelotas, sus grandes tetas, su culo respingón e incluso su chocho. Ha sido toda una sorpresa.

Dime la verdad. ¿Deseas su cuerpo? Eso de que sea tu hermana y tenga tan solo diecisiete años, ¿te excita, verdad?. ¿A que te gustaría follártela? Pero que dices, Mónica. Mi hermana me parece una chica muy atrayente y que la miro con deseo, pero de ahí a pensar que me gustaría follármela va un abismo.

A mi no me importaría, Christian, que desearas follarte a tu hermana.

Incluso te animo a ello. Creo que sería fabuloso para ti poder follarte a tu propia hermana. En estas vacaciones tienes la ocasión de ello, y creo yo que a pesar de su inocencia podrías conseguir que estuviera dispuesta a que te la follaras.

Estás loca, Mónica. ¡Cómo voy a follarme a mi propia hermana! Eres una pervertida. Déjate de historias y corramos a acompañarla en el agua.

Christian y Mónica fueron al encuentro de Brandi en el agua.

La temperatura del agua era espléndida y el estado era de calma, lo que permitía nadar con complacencia.

Christian se acercó a su hermana Brandi que yacía relajada de espalda sobre el agua, dejando que la débil corriente la llevara.

Christian, sonriente, admiró la hermosura sublime de su cuerpo desnudo y mojado, que lograba vislumbrarse a través de las transparentes aguas.

Brandi tenía los ojos cerrados y al abrirlos sonrió con candor a su hermano.

Hermanito, el agua está buenísima.

Sabes, creí que me moriría de vergüenza cuando me vieras totalmente desnuda delante tuyo, pero lo cierto es que me siento bien ahora.

Me encuentro cómoda y es estupendo nadar y sentir mi cuerpo desnudo suelto y fresco en el agua.

Creo que ya se me ha pasado la vergüenza de estar desnuda delante tuyo, hermanito.

Estoy más tranquila y despreocupada ahora. No tengo que darle mayor importancia a que me veas desnuda, hermanito. Resulta curioso y muy gracioso al ser hermanos.

Me alegro, Brandi. Me encanta verte desnuda, hermanita. Tienes unas tetas magníficas y un culito tan respingón.

Y es fenomenal que no te dé nada de vergüenza mostrarte desnuda. Me siento eufórico y muy afortunado.

Bueno, tu novia me convenció. Y lo cierto es que me está gustando la idea de enseñarte mi cuerpo desnudo, hermanito.

Bien pensado resulta gracioso notar cómo me miras las tetas y mi coño, sabiendo que es mi propio hermanito quien mira mis partes íntimas. ¿Tiene gracia, verdad, hermanito? Yo aquí, desnuda, y tú, hermanito, mirando mis encantos.

Así que no te molesta que mire tu cuerpo desnudo con descaro.

Claro que no, hermanito. En un principio me espantaba la idea de estar desnuda ante ti, pero ahora ya te digo, creo que debo mostrarme natural y no darle importancia a estar completamente desnuda delante tuyo, hermano.

¿No crees? Creo que a partir de ahora deberíamos mostrarnos más naturales y no darle importancia a la desnudez.

Sabes, no sé, pero me ha gustado verte la polla, hermanito. Resulta curioso que una hermana pueda verle la polla a su querido hermanito. Suena bien, verdad, poder verle la polla a tu hermanito y la tienes tan grande. Me ha dado ilusión verte la polla, hermanito.

Es estupendo, Brandi. ¿Y que te ha parecido, eh, hermanita? Bueno, no sé, creo que tienes una polla muy hermosa. No entiendo mucho, pero creo, hermanito, que tienes una polla muy grande. Sabes, pienso contarles a mis amigas que te he visto la polla, hermano. Me divierte tanto todo esto.

Me alegra poder verte la polla, hermanito. Así que, hermanito, crees que estoy buena. ¡Que bien! Estoy muy contenta de que te guste mi cuerpo.

Supongo que mis tetas te parecerán estupendas o quizás, ¿no serán demasiado grandes? Lo cierto es que me divierte enseñarte las tetas, hermano.

Que va, Brandi. Tus tetas son perfectas.

Ay, gracias, hermanito.

Bueno, hermanita, me estaba preguntando si me dejarías manosearte las tetas.

Me haría gracia palpar las tetas de mi propia hermanita. ¿Qué, me dejas, Brandi? Pues, no sé, Christian.

Es que, hermanita, estás delante mío, desnuda, mojada, y tus voluminosas tetas desafiantes tan cerca de mi que, no sé, me cuesta trabajo no sobártelas.

Venga, déjame, Brandi, déjame tocarte las tetas, sé buena, hermanita.

Ay que ver cómo eres. Está bien, hermanito, te dejaré tocarme las tetas.

Supongo que no hay que darle importancia. No creo que sea pecado ni nada malo. Y bueno, supongo, que me gustaría sentir tus manos, hermano, magreando mis tetas.

Christian, emocionado, condujo sus manos hacia las tetas de su hermana y las acarició con dulzura y ternura, percibiendo su agradable suavidad y calor y con ambas manos comenzó a amasarlas con evidente deleite.

Sus manos se resbalaban a través de su piel mojada, y pellizcaba sus adorables pezones rosados y le provocaba un sentimiento de placer desconocido y especial.

Era una sensación chocante.

Se encontraba frente a su hermana, totalmente desnuda, y percibía una extraña sensación.

Aquella piel tan suave, tan tersa, que manoseaba con desparpajo y frescura resultaban ser las tetas de su propia hermana.

Sus manos magreaban las tetas de su hermana con total desfachatez y frescura. Brandi sonrió pícara y se escabulló al cabo de unos instantes, breves en el tiempo real pero intensos en cuanto a los sentimientos de emoción que provocaba en su hermano Christian.

Luego, Brandi, juguetona e inocentona, trató de sujetar a su hermano agarrándolo por la espalda con el claro propósito de tumbarlo e introducir su cabeza bajo el agua.

En el divertido forcejeo, Christian pudo percibir de nuevo el agradable frotamiento de las tetas de su hermana contra su espalda.

Brandi pidió la ayuda de Mónica que se acercó presta. Las chicas por fin consiguieron hundir la cabeza de Christian bajo el agua.

Christian entonces quiso devolver la broma y acosó a su hermana que no tardó en someterla.

Para ello fue necesario sujetarla por su delicado talle, pero ante los continuos vaivenes de su hermana, sus manos ascendieron hasta agarrarla por sus tetas.

Christian percibió una eléctrica sensación al sentir sus manos el contacto suave, terso, cálido de las exuberantes tetas de su hermana, que se agitaban en sus manos al ritmo de sus movimientos.

Christian se sintió emocionado, poder manosear las tetas de su hermana resultaba algo mágico y quiso aprovechar la situación apretándolas con deseo y con el evidente propósito de manosearlas.

Brandi comprendió enseguida que su hermano aprovechaba la situación para sobar sus tetas, y no se trataba de un roce casual, pero no le importaba. Le gustaba sentirse manoseada por su hermano.

Después que su hermano consiguiera su propósito de sumergir su cabeza bajo el agua, Brandi dibujó en su rostro una sonrisa que dejaba claro su grado de complicidad.

Ay, hermanito, qué chapuzón. El agua está buenísima.

Tú sí que estás buenísima, Brandi.

Hermanito, sabes que me ha gustado que me hayas sobado mis tetas antes cuando intentabas zambullirme bajo el agua.

¡De veras, hermanita! Sí, me gustaba sentir tus manos en mis tetas, apretándomelas, sobándomelas.

No sé, sentía un cosquilleo muy agradable. Sí, me ha encantado que me sobes las tetas, hermanito.

Creo que te dejaré más veces que me metas mano. No sé, empieza a gustarme esto de estar desnuda delante tuyo, hermanito y que me magrees las tetas.

Bueno, hermanita, eso está bien. Es estupendo poder magrearte las tetas, hermana. Siento algo muy especial al sentir el ardor que me provoca sentir tus tetas. ¿Y si me tocaras la polla?

Pues, ¿quieres que te toque la polla, hermanito? No sé, creo que te la tocaré. Tú me has metido mano, me has sobado las tetas, y creo que tengo derecho a tocarte la polla, hermanito.

¡Qué emocionante, tocar una polla! Alegre y coqueta, Brandi, introdujo su mano derecha bajo el agua. A tientas la mano de Brandi buscó la polla de su hermano y enseguida la halló, endurecida y empinada. La apretó con júbilo.

Ostras, hermanito, te estoy tocando la polla. No me lo puedo creer, te estoy palpando tu polla, hermanito. Y la tienes muy dura. Es tan chocante y nuevo todo esto para mi, hermano.

Ya veo, hermanita, que te gusta tocarme la polla.

Bueno, Christian, tu antes me has metido mano. La verdad es que me hace gracia tocarte la polla, hermanito.

Sabes, hermana, me alegro de que te comportes tan fresca y espléndida.

No veas, hermanita, estás tan buena, tienes un cuerpo tan deslumbrante y apetecible. Si no fueras mi propia hermana, me abalanzaría sobre ti, hermanita, y no pararía de meterte mano y manosearte toda.

Brandi exhibía una vitalidad exultante, moviéndose graciosa en el agua y provocando el glorioso vaivén de sus prodigiosas tetas, jugando y bromeando con su hermano, que cada vez más miraba su cuerpo desnudo con lascivia.

Más tarde salieron del agua y se dispusieron a tomar el sol.

El cuerpo ahora mojado de Brandi despertaba en su hermano Christian aún mayor deseo.

Mónica, consciente de la atención que su novio brindaba a su hermana, sonreía divertida.

Mónica, cariñosa, se arrimó a su novio y le besó en los labios, mostrándose sumisa y dispuesta.

Deseaba comprobar la reacción que podía provocar en Brandi las caricias y besos a su hermano.

Incluso se dedicó a sobar la polla de Christian y amasar sus cojones. Brandi, tumbada boca abajo sobre su toalla trataba de evitar mirar a la pareja, sentía cierta incomodidad, sobre todo, cuando Mónica todavía se mostraba aún más fogosa y frotaba su ardiente cuerpo contra Christian con lascivia.

Pero al mismo tiempo sentía curiosidad y deseaba mirar de reojo. Mónica cesó en su acoso a Christian y se limitó a pegarse a él, colocando sus grandes tetas sobre su pecho.

Brandi, perdona si te hemos hecho sentirte incómoda.

No, para nada Mónica. No te preocupes.

Es que estoy tan enamorada de tu hermano que siempre ardo de deseo que me acaricie y me bese. Y este rincón apartado de la playa resulta ser un lugar ideal, discreto, donde nadie nos molesta. Cuando tengas novio siempre estarás deseando que te abrace y te besuquee.

Si queréis podéis continuar . A mi no me importa.

Tu hermano es tan afectuoso, Brandi. Es adorable. Seguro que tú también encontrarás un chico tan encantador. Yo he tenido mucha suerte.

Y si supieras como folla. A tu hermano le encanta joderme y a mi me encanta sentir su poderosa polla dentro de mi cuerpo.

Brandi, vergonzosa, se limitó a sonreír con timidez y trató de mirar de reojo cómo Mónica meneaba la polla de su hermano.

Las palabras claras y lascivas que pronunciaba Mónica provocaban en Brandi un estado de inquietud e inexperiencia. Desconocía cómo llevar la conversación.

Mónica, estás avergonzando a mi hermana.

Tu hermana es una chica preciosa. Mírala, está buenísima. No tiene por qué avergonzarse.

¡Me vas a decir que no te gustaría meterle mano a tu hermana! ¡Mónica! Bueno, Mónica, antes cuando nos estábamos bañando e intentaba sumergirme en el agua, mi hermano comenzó a sobarme las tetas, y me gustó mucho.

Así que le has metido mano a tu hermana Brandi, eh, Christian. Apuesto a que lo hiciste a propósito.

Bueno, en un principio fue una circunstancia, pero tengo que ser sincero y afirmar que aproveché para sobarte las tetas, Brandi. Me moría de ganas de tocarte las tetas.

De veras, hermanito. Bueno, yo tengo que reconocer que lo cierto es que me gustó, sabes.

Era la primera vez que me manoseaban las tetas y resultaba muy agradable.

Y pensé, qué más da, dejaré que mi querido hermanito me meta mano y se aproveche. Quería saber lo que siente una chica cuando un chico le manosea las tetas y me ha encantado.

Es que, hermanita, tienes unas tetas tan inmensas y rotundas.

Christian, resuelto, volvió a sobar una de las tetas de su hermana, amasándola con descaro y deleite, ante la pasividad de Brandi que se limitaba a sonreír.

Ya veo, hermanito, que te encantan mis tetas.

Bueno, sabes que Mónica me incita a que intente convencerte de que me dejes follarte, hermanita.

Ay, qué dices, hermanito, yo…no sé.

No te asustes, Brandi. Mi novia Mónica es una degenerada y cree que todas las chicas deben comportarse como putas. En el fondo mi novia es una puta.

Sí, sí. Yo seré una degenerada pero tú estás deseando follarte a tu hermana.

Y no me digas lo contrario.

Bueno, mi hermana está buenísima y, claro, me gustaría follarte, Brandi.

Pero eres mi hermana y esas cosas no deben hacerse entre hermanos. Reconozco que al verte desnuda tu cuerpo me impresiona y me provoca suspiros.

Pero, ¡ cómo voy a follarme a mi propia hermana! Yo, bueno, hermanito. Todavía ningún chico me ha follado, sabes. Tengo ya diecisiete años y lo cierto es que amigas mías ya se las han follado y yo, ciertamente, me gustaría que me jodieran.

No sé…, hermanito, si tú no lo encuentras indecente, yo estaría dispuesta a que me follaras. Ya que he sido capaz de enseñarte mi cuerpo desnudo creo que podría dejarte que me follaras.

Vale. ¿Qué me dices, hermanito? ¿Estarías dispuesto a follarme? Pues, Brandi, me he quedado perplejo. No podía esperar nunca una proposición tan indecente. Eres mi propia hermana.

Ya lo sé, Christian. Reconozco que sería un esfuerzo enorme para ti, hermanito. Sé que podrías pensar que te estás aprovechando de mi y que te sentirías mal por ello, pero es que estoy tan decidida a que me follen, hermanito.

Y prefiero que seas tú el primer chico en follarme, hermanito.

Esto sí que es una sorpresa. Yo, alentando a mi novio a que se anime a follarse a su hermana, y resulta que tú, Brandi, te ofreces con toda generosidad.

Bueno, Mónica, siempre me he sentido muy ligada a mi hermano y, no sé, creo que estaría bien dejarle que me follara.

Sería un orgullo ser follada por mi querido hermanito. Dejar a mi hermano que me folle sería toda una muestra de cariño.

Christian, jovial y osado, se sintió con el derecho de alargar su mano derecha y sobar con descaro las tetas de su hermana. Brandi, complaciente, consentía la desfachatez de su hermano.

Sí, méteme mano, hermanito. Tócame las tetas. Aprovéchate de mí, quieres. No te sientas mal por ello.

Quiero ser cariñosa contigo. Tócame también el chocho. Yo te dejo.

Hermanita, eres deliciosa. Creo que me has convencido y te pienso follar, nena. ¡Qué emoción, poder follarte, hermanita! ¿Seguro, Brandi, que quieres que te folle? Suena tan indecente.

Si, claro, hermanito. Quiero que me folles. Será emocionante. Has visto, Mónica, no ha sido falta que mi hermano me suplique que quiere follarme.

Está alucinado por que me muestro tan asequible y dispuesta.

Ya veo, Brandi. Me parece estupendo. Mira a tu hermano. Está emocionado con la idea de follarte.

Claro, Mónica. Mi hermano tiene que estar contento. Yo, su cariñosa hermanita dispuesta para ser follada. Ay, no sé, me ilusiona mucho que me folle mi hermano. Suena tan bien. Cuando volvamos a casa, Christian, te ofreceré mi cuerpo y me follarás, vale.

Vaya, hermanita, esto es tan asombroso. Si quieres volvemos ya a casa. No vaya a ser que finalmente te arrepientas.

Vale, hermanito.

Bueno, Christian, Brandi, yo me quedo todavía un rato aquí en la playa.

Así podréis dar rienda suelta a vuestros instintos, vale. Bueno, Brandi, ¿estás nerviosa? Un poquito sí, Mónica. Será la primera ver que un chico me folla, y suena tan morboso que sea mi propio hermano quien me vaya a follar.

Y no sé, espero que mi hermano no se sienta defraudado si no cumplo bien. Yo me someteré a todo lo que me pida. Cualquier guarrada que quiera que haga pienso hacerlo.

Seguro, Brandi, que tu hermano quedará plenamente satisfecho.

Y bien, hermanita, vamos ya.

Sí, hermanito.

Continua >>>