Sus recuerdos pasaban atemporalmente, a pedido de sus padres le fue a agradecer el regalo, sentado leyendo el diario, estaba en el living, le agradeció y en el oído le dijo que le gustaba "jugar" su sonrisa seductora, te mereces todo mi niña , cuando se vayan al río, el sábado quédate a "descansar", su esposa (una gorda tetona)
Ni palabra de la boca de su primo, entusiasmado le acaricio el culo, a lo cual le contesto que guardara todo exceso para el momento requerido, que bastante flojo había estado, antes de irse le enseño algo de lo mucho aprendido con su padrino, tomaba conciencia de que era una puta y de las buenas.
El embarazo de su primer hijo, calmo sus ganas de sexo fuera del matrimonio, en verdad su marido le daba lo que quería y aprendió rápido esto de gozar, fallecido el padrino, no le extraño que le dejara el veinte por ciento de sus bienes.
La última parte de la historía dela Tía que bien se podría llamar de otra forma.