Si, eras vos… nunca podría ser otro
Qué hace un chico de 17 años en esta situación: 15hs un sábado?
Relatos eróticos
Qué hace un chico de 17 años en esta situación: 15hs un sábado?
Resulta que un día Elena, la mujer de José (nuestro amigo de “El lado positivo”) buscando algo que se le había perdido, dió “vuelta la casa” y se topó con el vibrador que su marido guardaba celosamente.
Conviví con mi hermana como pareja muchos años.
Aca les cuento lo que me sucedió despues de trabajar una noche.
Al principio fue moviendo muy suavemente el pene dentro de mi vagina, pero después de un rato comenzó a moverse cada vez mas fuerte, hasta que llego a dar unas estacadas como si quisiera destrozarme, me costo pero pude aguantar toda su vitalidad y su empuje.
Después de que mi perro Jack me follara en mi habitación, durante un buen rato del cual yo goce como la perra que soy.
Así comenzó mi historia con Marina, la sensual mujer hermosa con la que se casó con mi padre, que me crió como a un hijo y que me enseño todos los secretos sexo y el placer.
Quiero que sepan que desde que tengo memoria siempre me preste a nuevas experiencias, nunca tuve miedo a probar nada nuevo y resultado de ello es la hermosa vida que llevo ahora.
En una página sobre juguetes sexuales, descubrió que existía un vibrador especial para el punto “G” que por extensión también era utilizado por muchos hombres como estimulador prostático.
La única persona ajena a la familia, pero la trataban como si lo fuera, era Jacinta, una chica que los Aldunate habían sacado de la calle, que hacía las veces de mucama y sólo atendía los fines de semana, cuando había mucho trabajo.
Desde hace tiempo mi hermana menor me fascina, pero nunca pensé en ella como en una mujer hasta que empecé a leer estos relatos, y me di cuenta de que yo no era el único que sentía lo mismo por una de sus hermanas.
Es una mujer muy atractiva, de 35 años muy bien puestos. Su pelo lacio rubio y muy cuidado llega hasta la mitad de su espalda cayendo sobre sus hombros como un manantial dorado, haciendo una cascada peligrosa al momento de rodear sus pechos erectos.
La última parte de la historía dela Tía que bien se podría llamar de otra forma.
El embarazo de su primer hijo, calmo sus ganas de sexo fuera del matrimonio, en verdad su marido le daba lo que quería y aprendió rápido esto de gozar, fallecido el padrino, no le extraño que le dejara el veinte por ciento de sus bienes.
Sigue la fascinación de la adúltera por su amante, quien la va conduciendo gradualmente a admitir cualquier perversión.
Ni palabra de la boca de su primo, entusiasmado le acaricio el culo, a lo cual le contesto que guardara todo exceso para el momento requerido, que bastante flojo había estado, antes de irse le enseño algo de lo mucho aprendido con su padrino, tomaba conciencia de que era una puta y de las buenas.
Siempre buscabamos el peligro para coger rápida y ricamente.
Sus recuerdos pasaban atemporalmente, a pedido de sus padres le fue a agradecer el regalo, sentado leyendo el diario, estaba en el living, le agradeció y en el oído le dijo que le gustaba “jugar” su sonrisa seductora, te mereces todo mi niña , cuando se vayan al río, el sábado quédate a “descansar”, su esposa (una gorda tetona)
Soltero sin compromisos y con un buen sueldo, invertía parte de él en multiplicar mis eyaculaciones y ponerme al día con el atraso que traía de la casta Buenos Aires.
Venerables señoras que cumplían la importantísima función de iniciar a los hombres en el sexo y luego solucionarles todos los problemas de insatisfacción que les producía el matrimonio.