Esto es algo que sinceramente no esperaba, pero que a la vez deseaba, algo que se cocinó a fuego lento...
Vivencias de un maestro rural durante el Franquismo, sexo y azotes a discreción.
en ese momento sonó el teléfono y sin parar de follármela lo descolgué, viendo que eran las doce y sabiendo que era mi PERRA Susana. -Ufffffff, dime PUTA… Así terminó el último capítulo…
La pasión de dos jóvenes ilumina la luz de la noche.
Conforme iba andando se quitó la falda, quedándose con las botas y las medias, y tirándose en el sofá abrió las piernas -Fany. -Chupa perra, quiero correrme, estoy chorreando solo de ver lo CERDA, que eres, aggg, Marisa se acercó a ella y empezó a comerle el coño… Así terminó el último capítulo...
De repente se centró en mi sexo donde su lengua entraba una y otra vez sin descanso, rozando mi clítoris al salir.
Pablo se arrodilló frente al sofá, lentamente le quitó las bragas. Ella no podía evitar mirar hacia la puerta cerrada mientras separaba sus piernas y las subía al sofá quedando totalmente abierta para recibir aquel placer.
Avancé por el pasillo central flanqueado por innumerables bancos hasta llegar a la altura de la chica, que parecía más impresionante a medida que me acercaba. Yo iba con intención de llamarle la atención por su vestimenta totalmente indecorosa.
Tus ojos se encendieron y noté un ligero temblor en tu cuerpo. ¿Qué pretendía un abuelito como yo, con una diosa como tú? Tu sonrisa afloró en tu cara y posaste tu mano sobre la mía, en un gesto de enorme ternura y con una sonrisa en la boca. Departimos sin importarnos el tiempo y cenamos en ese
No hace mucho, descubrí que mi marido me la pegaba con su secretaria, algo muy típico. Mi primera reacción fue la depresión, me derrumbé por completo, porque yo a él tenía en un pedestal de santidad. Y me pasé varios días llorando a escondidas, al final me quedé sin lágrimas.