Sara había comenzado a proporcionarle placer oral a su madre. Ella no quería quedarse atrás y también buscó los labios vaginales de su hija; fundiéndose en un, comúnmente llamado, 69. Por toda la casa se escuchaban gemidos de placer, dos sombras apenas iluminadas por una pequeña lámpara eran testigos de aquel acto incestuoso pero lleno de pasión, lujuria y deseo desenfrenado. Vendas negras III - Final.
Escapar de la cárcel a cualquier precio, y disfrutar lo más posible antes de volver a ser capturado.
Como fue que le confese a mi amor todo mi pasado y empezamos de nuevo.
Narración de como la lectura de relatos eróticos ha cambiado mi vida, este relato es 100% real.
Pasiones lésbicas desenfrenadas disfrazadas de una consulta rutinaria. Mi ginecóloga I.
Se organiza un encuentro de fútbol entre un equipo masculino y femenino. Al final del encuentro se organiza una pequeña fiestecita en el vestuario femenino.
Después de mi cumpleaños, mis padres me invitaron a conocer todos los placeres. Descubrí todo el sexo con mis padres.
Desde siempre he tenido una rara afición al sexo, y no me refiero a las relaciones naturales entre hombre y mujer, sino a aquellas que se producen entre los miembros de una misma familia, sin salir de casa.
Después de esas experiencias a la protagonista se le ocurre una idea que gue genial para iniciar una relación con un hombre.
Miré el reloj con el espanto sorpresivo que provoca el olvido del tiempo, junté mis papeles sobre el escritorio y a paso acelerado salí de la oficina con algo de nervio y de sueño, en la entrada el guardia de seguridad me despidió con las palabras perpetuas y suaves de siempre y al salir recordé que había dejado el coche tres calles arriba por una pequeña manifestación en la calle de mi oficina.
