Una mano la metí debajo del top para poder apretar las tetas, la otra la empleé para meterle un dedo mientras con mi boca succionaba su clítoris. Como si fuera un sueño, escuché la mejor frase que he escuchado en mi vida “tío por favor penétrame”,
En el relato anterior les había contado que había follado a la sobrina de mi esposa , una linda joven que me excitaba y provocaba desde el dia en que la conocí y pude follarla como quería, hoy les traiga la segunda parte de esta historia de sexo y pasión, la primera vez fue cuando fui con mi esposa
Jamás me llegué a imaginar, que esa adolescente, de pecas y coletas, con apariencia tierna, iba a ser un volcán de sensualidad y pasión a flor de piel...
Ser hermanos mellizos con una preciosa princesa, pero separados por circunstancias del destino, nos hizo entender que somos unidos desde el vientre de nuestra madre y seguiremos unidos por el inmenso amor que nos tenemos, y que traspasa las fronteras de los parámetros de un sociedad retrógrada.
No me dio tiempo a responder: se acercó y me besó con una intensidad que me encendió de golpe. La pegué contra la nevera, mis manos recorriendo cada curva, y sus gemidos se mezclaban con mis besos desesperados.
Me voy a presentar para ustedes, lectores: soy Mar. Una mujer de 28 años al momento de escribir esto, mido 1.65, tengo una figura muy sensual, un cuerpo esbelto aunque con unas bubis riquisimas bien formaditas, con pezones rositas, una cintura pequeña, caderas anchas y un culo gigante bien paradito.
La miré a los ojos estando encima de ella, me abrió la boca, no hubo necesidad de más señales, sabía lo que quería, así que le escupí la boca, sonrió al darse cuenta que el mensaje había sido entendido y siguió gimiendo con cada embestida que le daba.
¿Recuerdan al muchacho de 19 años que me masturbo la vez pasada? Me escribió hace poco para que fuera a su casa, ya que quería hacerme una paja, así que acepte y llegue a su casa.