Cada deseo tiene un origen… El mío comenzó el día en que descubrí lo prohibido... Desde entonces entendí que mi placer viviría en las sombras… Recuerdo que mi primer acercamiento al dulce placer fue una tarde de fin de semana. En mi casa vivía mi tía, una mujer madura
Cristopher y Fernanda se quedan a solas y cruzan una línea peligrosa. Luna comienza a sospechar que algo extraño ocurre en la casa. Las primeras veces no se olvidan.
Un pacto de intimidad: ella, bella, le ofrece placer y alivio sin juicios, forjando una conexión única basada en la confianza y el entendimiento mutuo.
No me guardé nada, me devoré su conchita, clitoris y labios, fue una delicia. Nunca olvidaré su Carita la primera vez que la abrí de piernas y se lo metí, bombeando su vagina
Este relato se basa en la historia que Andrea compartió conmigo. La que a su vez, y con la aprobación de ella, comparto con ustedes. (Los nombres han sido cambiados a pedido de la protagonista)
Esto sucede cuando si aviso el sexo se da y uno solo aprovecha y disfruta el momento como si fuera al último, esto sucedió hace un tiempo donde vivo actualmente, con una visita inesperada.
Le gustaba el sexo duro, y era multiorgásmica, al punto, en que podía acabar mientras me la chupaba, o incluso mientras la cacheteaba. Porque sí, le gustaban las cachetadas.
Solo una persona sabe mi delicioso secreto de libertad sexual: mi amiga Laura. Ella es mi compañera en mis días de aventura y hoy es uno de esos días.
Es viernes y tengo planeado ir a bailar con mi amiga. Me encanta bailar, es una de las cosas que más amo… pero no tanto como una apasionada noche.
Tras entrar cierro la puerta, en la habitación se nota que no pertenece a nadie debido al olor a humedad y las cajas en el piso, pero eso es lo que menos me importaba en estos momentos. La seguí con la mirada mientras se sube a la cama como si fuera una gatita.