A pesar que recordé que Cristóbal no se había colocado un nuevo preservativo, no tuve la más mínima intención de parar su goce. "Al final, hoy no es mi día fértil" pensé. Él acabó y yo estaba a punto, cuando usando mis piernas, lo empujé. Nuevamente me puse en cuatro piernas y le dije "esta vez, que no se te olvide acariciarme el clítoris cuando me estés penetrando".
Ahora me dice que cuando recompongamos nuestras vidas y yo vuelva a la casa a vivir nuevamente juntos no lo verá nunca más, yo la verdad que cuando me cuenta lo que hizo con el fulano ese me agarro tal calentura y ella también, que nos damos con todo, me chupa la pija con tal devoción, la verdad es que se ha vuelto una maestra, ya que se la traga toda y cuando eyaculo me saca hasta la última gotita ya que aspira la pija a más no poder.
Allí estaba ella plantada delante de aquellos dos chicos pidiendo sexo. No se lo podían creer, pensaban que era una broma, pero era verdad que aquella chica tan sexy, estaba muy caliente.
Es cierto que ganas de montarme no le faltan y es cierto que a mí ganas de montármelo tampoco me faltan, pero ello aún no ha ocurrido aunque seguro que en algún momento no tan lejano ocurrirá, tal es el nivel de arrechura que cargo y las pajas que por él me hago.
Aun me asombra cómo en vez de asustarme me excité, era tan masculino y dominante que empecé a fantasear con él, pero no dije nada, estaba tan caliente que casi podía escucharme gemir. El ya no dijo nada hasta que llegamos a despoblado. No había casas ni nada, solo desierto.
Entre gritos, gruñidos y jadeos, ella se dejó caer de espaldas sobre mi tórax y allí pude asirle sus redondas tetas. Le masajeé los pezones hasta que mis dedos se acalambraron y a la vez que mi pito se iba achicando y saliendo de su aterciopelada cueva del amor.
Un ejecutivo no sólo se folla a la mujer de uno de sus empleados sino que se las apaña para organizar una fiesta en su yate y hacerlo ante los ojos del atónito marido, que a su vez está siendo requerido por una joven y cara prostituta contratada al efecto.
Mientras tanto, en el piso se arriba, Akane llegaba justo ante la puerta de su hermana Nabiki. Su cuerpo temblaba presa de una extraña mezcla de sentimientos. Con mano temblorosa tomó el picaporte y lentamente lo hizo girar. La puerta se abrió y ella quedó congelada en el umbral ante la visión que apareció ante sus ojos. Ahí, sobre la cama, se encontraban su padre y Ranma-chica, aún atado de los brazos, desnudos y jadeantes.
Retrocedí un instante, shoqueado. Los dos estaban cuasi silenciosos, obviamente descansando o mejor dicho, recobrando fuerzas. Y no sé qué es lo que me hizo volver sobre mis pasos y pensar en esa canallada. Venganza, ¿venganza de qué?, enojo, ¿enojo por qué si yo mismo lo había permitido? o la tristeza que comenzaba a embargarme?
Un fin un día Adrián nos invitó a Ricardo y a mí a su casa quinta a pasar el fin de semana sin dudarlo aceptamos los dos el lugar estaba en las afueras de Buenos Aires a unos 30 km. de la Capital ni bien llegamos fuimos a la pileta luego a la noche nos pusimos a ver unas películas porno que tenía y a hacer comentarios y bromas en fin lo normal.
Hasta lo que está ocurriendo desde hace unos minutos. Despertar y encontrarme tendido en el sofá, esos dos desconocidos – los paramédicos – rodeándome y diciéndome que me quedara tranquilo, que ya me encontraba bien y por el otro lado, tras el espaldar del sofá, tu rostro entre preocupado y al mismo tiempo contento, supongo que por darte cuenta que ya me reponía.
La gente más sabia en cuestiones de sexualidad es la que la vive plenamente, dándose todos los gustos, sin tener que pasar jamás por la puerta de un tribunal
Siguió degustándolo un buen rato hasta que su vagina pedía a gritos ser penetrada, pensó en algún momento ponérselo en el ano pero la excitación venia más por adelante, además sabía bien que su vagina se dilataba aún más y que ese día tendría que ser lo más grande posible.
Salí a la calle. Era noche cerrada. Fui caminando despacio, sintiendo en mi piel la sensación de frío. La humedad. Un pequeño murciélago evolucionaba casi invisible, devorando los últimos insectos de este frío otoño. A lo lejos el sonido de un pesado vehículo cuyos neumáticos chirriaban en una curva, cambiando de dirección.
Mi hermana Alicia y su esposo Jorge tienen apenas 4 meses de casados y viven frente a mi casa, él siempre me ha parecido muy guapo y allá en mi interior lo he deseado, he soñado que él me hace suya de una manera bestial, por ello creo que se facilitaron las cosas como les voy a contar: ayer jueves por la mañana, mi esposo ya se había ido a trabajar y como yo estaba de vacaciones, pues estaba ahí preparando la comida del día, en eso toco la puerta mi hermana y me dijo que Jorge había llegado apenas y bien borracho lo más seguro es que al rato se salga a curársela
Primero comencé en sus hombros por encima de su blusa, pero luego al ver que mis manos no resbalaban bien le pregunte si podía correrle la blusa, no me contesto así que inocentemente la di vuelta para desabrocharle la blusa, y al hacerlo pude ver sus hermosos pechos apretados en su corpiño, eso me causo de pronto una excitación terrible, nunca me había imaginado estar en esa situación.
Fuimos donde el me indico, no pasamos por el peaje, fuimos por la colectora, entramos a un motel, donde me pidieron solo a mí los documentos, en la habitación, me sentía una verdadera puta, lo había levantado, lo iba a coger y él todavía me decía que me hacía poco menos que un favor.
Ella se llevó las manos atrás y liberó sus grandes tetas de la opresión a que eran sometidas por el sujetador, quedé maravillado por aquella visión: a pesar de ser grandes, sus pechos eran turgentes, sus pezones hacían visible su excitación, pues apuntaban directamente a mi cara... Se los lamía, mordisqueaba levemente, los chupaba, mientras ella contoneaba su espalda y soltaba algún gemido.
Hace poco (un año) que empecé a tener relaciones sexuales, me sentía realmente mal, porque no había encontrado una satisfacción por lo menos lo que yo pensaba, no sé, también puede ser que empezó el calor, verdaderamente estoy queriendo, estar satisfecha continuamente, cosa grave porque todavía no había logrado, sentirme bien "llena" como decimos entre las chicas, no se sí será el mismo profesor, no lo creo, porque soy de una ciudad cerca de Buenos Aires, pero el reta a todos cuando se desperezan ( abriendo los brazos, se sientan mal), pero a mí me miraba con ganas, no me reta nunca, y cuando le muestro mis senos y me desperezo
No pude darme cuenta que ella estaba casi desnuda, sus pechos erguidos como apuntándonos, apenas cubierta con una bombacha mínima y transparente; tampoco me dí cuenta de sus pezones, sus maravillosos pezones con sus areolas que se ofrecían a nuestra vista mórbidos, turgentes... dispuestos y deseosos de ser tomados.
Ahora "casi" es tiempo presente; la verdad es que comencé tratando de volcar en palabra escrita las imágenes de los últimos sucesos (lo que ustedes leerán en las siguientes partes) y, a poco de ello, me dí cuenta que faltaba un nexo entre el ayer y el hoy. Así nace ésta Parte II, y por ello lo del "casi" tiempo presente.
No presté más atención al asunto pero con el correr de los minutos me di cuenta que el perro buscaba insistentemente a mi hermana olfateando por cualquier parte del cuerpo que le quedara a mano. Al principio interpreté esto como un pedido del perro para salir pero luego me di cuenta que apuntaba su nariz directamente a la vagina de mi hermana aprovechando que ella tenía puesto unos pantalones cortos de jean.
Su madre se tenía que marchar. Allí lo dejó con la hija que acababa de romper con su novio y que estaba dispuesta a hacer todo lo que se le pasaba por la mente.
Le dio permiso a su mujer para que hiciera el amor con otro hombre ya que con él no podía hacerlo por estar demasiado obeso y siendo ella todavía una chica joven, muy atractiva y sexy.
Toda esta locura comenzó cuando Jack tenía tres años por su raza ya era enorme, cuidaba de mi todo el tiempo y me esperaba muy contento y alterado cuando llegaba. Un buen día salí del trabajo, no había tenido un buen día y pase por el gimnasio para descargar algo de tensiones, hice tantos ejercicios que quede exhausta y muy transpirada, como mi departamento se encuentra a solo dos cuadras del gimnasio volví como estaba sin cambiarme.
Después cogieron el gel de baño y me enjabonaron todo, de arriba abajo dejándome bien espumadito y suave, Sara se entretuvo en enjabonarme perfectamente la polla y los huevos que ante el delicado masaje y la visión de los dos cuerpos desnudos se puso más tiesa que un mástil dando pequeños saltitos como si dijese que quería perforar los mimosos chochitos de aquellas dos hermosas estudiantes que tanto se aplicaban en la asignatura del placer.
Con el tiempo su recuerdo había crecido en mi memoria La extrañaba y sentía un inmenso deseo de verla, no sabía muy bien para qué ni por qué. Tal vez solo para encontrarme un día y saber de su vida, como un ejercicio de curiosidad. O más que eso: por momentos pensaba en ella como hijastra y deseaba actuar como padrastro, ayudarla en sus cosas, orientarla y apoyarla con todo cariño. En otros momentos mi deseo era distinto, como si quisiera que fuéramos amigos, simplemente muy buenos amigos disfrutando de las cosas lindas y puras que tiene la vida.
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