Reencuentro casual con Martín y presentación de Andrés, un colombiano negro de 23 años, sobre el que nunca imaginé la posibilidad de tener algo con él.
Pedro José es un chico más bien tímido, pero eso es solamente en apariencia, ya que consigo mismo es todo un semental; nuestro sujeto compensa la escasez de experiencias sexuales con el autoplacer y toda clase de fantasías ¿Quieres saber más de su vida y de su historia? Continua leyendo.
Mis padres charlaban con John en la sala, riendo como si nada. Él me miró, y sus ojos me clavaron al piso. Mis manos apretaron la toalla hasta blanquearme los nudillos. *Quédate quieto, Danielito*, me ordené. Pero ya sabía que ese día había rajado algo en mí, como cuando abres un sobre sin querer.
Tras aquel día que me metió su enorme polla mi vida cambio, al llegar a casa ya no fue lo mismo me sentía como que todos sabían lo que había hecho, ya dejé de ir por ahí un buen tiempo pero en mi soledad empecé a masturbarme aunque no salía nada pero si me daba placer y al masturbarme empecé a tocarme el culo
De cómo descubrí el sexo en la preadolescencia, en una época en que no había móviles ni internet, y el sexo sólo era accesible a través de revistas porno y de cintas VHS
Después de un ligero faje en el sillón me invito a su cuarto en la planta de arriba subimos y al ver su recamara me di cuenta que ya tenia todo preparado, toallas sobre la cama, lub y condones sobre la mesita de noche, yo me puse muy nervioso, le dije que yo solo queria una mamada de su parte.
Alberto, a sus 40 años, había encontrado una liberación perversa en la dominación. Lo que empezó como un encuentro inesperado se convirtió en una vida de obediencia, donde Pablo y sus amigos lo usaban a su antojo, explorando límites que nunca imaginó. Y en el fondo, Alberto no quería que terminara.
Esta es la última parte de este relato, si no has leído los demás te invito a leer los anteriores, como he venido diciendo todos son reales y los narro tal y como los recuerdo, he de decir que tuve más encuentros con el, pero nada relevante hasta este último que narrare, y fue cuando hicimos un trio
En esta ocasión les quiero contar la segunda parte con el señor mayor con el cual tuve sexo estando en bikini, pero esta vez ha sido en tanga y mientras su marido dormía en la planta de arriba de su apartamento.
No me lo podía creer. Estaba a punto de vivir uno de los momentos más fantaseados desde que empecé a descubrir esa curiosidad por el mismo sexo que nace con el tiempo en la mayoría de los hombres heterosexuales casados, pero que pocos llegan a materializar por miedo.
Fue un instante especial. Tan especial y marcante como el primer beso. Los sabores de hombre se mezclaban en mi boca. Fui ganando confianza. Yo acariciaba su abdomen aún con ropa y jugueteaba a enredar mis dedos en su vello púbico.
Contra todo pronóstico, un hombre casado se encuentra temporalmente lejos de casa, sin su esposa y decide vivir plenamente ese breve momento de libertad.
Chico de 22 años. Un día salí a un evento que terminó antes de lo planeado, y la curiosidad de tener un encuentro con otro hombre me ganó cuando vi que no estaba acompañado y tenía varias horas libres en lo que esperaba para ir a otro lugar.
Jerry se encuentra a un chavo precioso en el gimnasio, siente la vibra, pero tiene novia. Se lo está imaginando todo? O tiene una oportunidad de verdad?
Como ya lo he narrado antes este es un relato real y lo narro tal cual lo recuerdo y con la exactitud que puedo recordar, para los que no tiene contexto les invito a leer las primeras 2 partes con el mismo titulo.