Como después de los exámenes me presenté en casa de mi novio y me lo follé delante de su hermano mayor- Esta historia forma parte de un conjunto de relatos, os recomiendo haber leído previamente los anteriores.
Esta es una historia real de mi primer experiencia como voyeur, en la cual siempre estuve interesado en que me pasara. Pero nunca me imagine que me pudiera pasar con una vecina de unos 44 años y que los dos hubiésemos llegado a disfrutar de lo mismo.
Era sábado por la noche y se acercaba la hora esperada la cual correspondía a las 12 de la noche o las 00 hs es decir el final de un día y el comienzo de otro, estaba parado frente a nuestra habitación ya listo vestido con un jean negro y una camisa azul...
A mi esposo lo adoro, estoy muy enamorada, pero el pobre siempre llega tan cansado del trabajo (es operador y trabaja en turnos, además tenemos un pequeño negocio de juegos electrónicos en casa) que me da poco sexo (una o dos veces a la semana pero siempre en fin de semana), así que entre semana estoy muy caliente. Pero como dije lo quiero mucho.
Mi nombre es Martha y vivo en Monterrey, Nuevo León, México. Soy muy bonita y tengo un cuerpo envidiable (Eso me lo han dicho montonales de veces hombres y mujeres que me conocen) actualmente estoy casada y si tengo algún defecto ese sería que soy extremadamente caliente, jiji.
Muchos no sabrán que en nuestra ciudad hace muy poco tiempo se han abierto salas de cine porno lo que ha provocado una nueva oportunidad para cambiar nuestras conductas sexuales.
Después de todo ese ajetreo sexual yo estaba a tope, me dolían los huevos por la erección tan tremenda que no tuvo satisfacción alguna y el corazón se agitaba cuando la veía pasar frente a mí.
Si veo una muchacha que se inclina me acerco a ver si puedo ver parte de sus senos, y ni que hablar si va una mujer en bicicleta o moto, que me pongo delante de ella para tratar de ver su ropa interior.
Soy una chica de muy buen ver, delgada pero mis piernas son un poco gorditas mis nalgas las tengo duritas y paraditas, mis pechos no son muy grandes pero tampoco son muy pequeños, soy blanca de ojos un poco chicos color miel, mi boca es un poco grande y de labios gruesos, mido 1.68 m. y peso 61 kilos
Me había levantado de la cama a medianoche con ganas de ir al lavabo, mientras me incorporaba intentaba no despertar a María, que permanecía en un sueño profundo, con su cuerpo esbelto palidecido por los rallos de la luna, semidesnuda.
Ha ido por su ropa interior y su toalla, al final como siempre saldrá con ese camisón de gasa transparente color crema que enloquece mis ya difíciles doce años, ella de solo diez ya comienza a verse mujer y en particular sus nalgas me ponen en erección permanente.
La excusa que me dio cuando lo vi entrar a mi departamento, fue de que no había podido sacar su coche del estacionamiento porque le habían tapado el paso algún vecino despistado, así es que tuvimos que irnos en un microbús.
En esa ocasión me dijo mi novio, que te parece si vamos al cine a ver una película porno, al principio me dio un poco de temor por que si alguien nos viera, se me caería la cara de vergüenza, pero después de todo, como ya me había tomado unas cervezas en la comida, me relajé y le dije que aceptaba.
Las dos chicas no cesaban de acariciarse, besarse y rozar sus jóvenes cuerpos, cuando las caricias debido a la excitación tomaron un aire más brusco, una de ellas fue la primera en romper el hielo y dejó deslizarse una de sus manos entre las piernas de la otra, cuando pude observar como esta se estremecía en sus brazos.
Mientras me la follaba le decía que imaginara que lo hacíamos en la playa delante de todo el mundo, esto hacia que se excitara bastante y se corriera, y de que manera, cuando esta disfrutando de verdad suele tener orgasmos múltiples.
Fui a la nevera y cogí unos fresones que guardaba para la noche y empecé a mojarlos en mi leche y ha comérmelos sensualmente, sus dedos entraban y salían de su coño ha una velocidad increíble cuando de pronto se detuvieron y su cuerpo cayó encima de la mesa.
La carnicería esta regentada por dos primas de unos 45 años, una es muy fea y muy habladora, Loli, pero Carmen es guapísima, de esas mujeres que te hacen girar en cuanto las ves, y también es muy extrovertida.
Este es un relato sobre la primera vez en que un hombre ve a su mujer en la propia sala de su casa, siendo gozada por otro hombre y las cosas que después le comenta sobre la persona a la que él mas ama y como podrán ser sus vidas después de haberlo visto todo.
Me quite la ropa que llevaba, una camiseta con escote de pico hasta el ombligo que me sentaba genial y que había causado sensación esa noche y una minifalda blanca, observe mi cuerpo ante el espejo.
Eran más grandes y gordos de lo que parecía, pero sus pezones eran muy pequeños y marrones. Pesadas y algo caídas, pero no demasiado. Tan apetecibles que me metí su teta izquierda en la boca y luego la derecha, ensalivándola y casi mordiéndosela.
A los pocos minutos empecé a mover la cabeza y a succionarle la verga de manera mas confiada, me decía lo rico que sentía mi boca, mis dientes rozando sin lastimar, mi lengua, las paredes de mi boca, como chupaba queriendo mamar como un bebé, seguí hasta que saco su verga de mi boca y entonces me hizo levantar y me llevó al lavamanos...
El siguiente viernes que también me dejaron encargado con mi niñera del sexo, ella me dijo que le había gustado mucho lo que yo le había hecho el viernes pasado y quería que se lo volviera a hacer, así que nos pusimos en la misma posición ella sentada sin su ropa interior, con la falda arriba y yo arrodillado frente a ella, esta vez me enseño lo que más le gustaba y en dónde lamer exactamente.