Mi mamá tenía 35 años, era de tez morena. Nunca había imaginado cosas malas con ella, pero a esa edad algo comenzó a cambiar. La empecé a ver como mujer, tenía unas nalgas muy apetecibles, no eran extremadamente grandes, pero eran espectaculares, unos senos pequeños, y una cara como dirían mis amigos de puta.
Unas vacaciones inolvidables, playa, sol, descanso... Y de pronto las cosas se dieron así... Mi suegra y yo pegamos onda, y no pudimos dejar de coger en todas las vacaciones... y por supuesto... le desvirgué el culo!!!
La miré a los ojos estando encima de ella, me abrió la boca, no hubo necesidad de más señales, sabía lo que quería, así que le escupí la boca, sonrió al darse cuenta que el mensaje había sido entendido y siguió gimiendo con cada embestida que le daba.
Vivian, a partir de este momento puedes hacer lo que tú quieras con mi pito… Sin separarme de sus manos la comencé a desnudar, bajé su pants, sus shorts y su panti, en su pubis no tenía más que pelusa la vista era increíble su vientre de niña aún, plano y jamás explorado, el olor de su sexo es
La experiencia y el morbo que me ocasionaba la situación me tenía a mil, aún no cabía en mi cabeza como terminé en el cuarto de un motel con la polla de mi cuñado dentro de mí...
Mi cuerpo se había desarrollado más que la mayoría de mis compañeras del Cole. Si no sobresalía por mis calificaciones, vaya que si sobresalía por mis nalgas y mis tetas uwu. Y los profes, vaya que daban constancia de eso. Algunos de los más mayores me coqueteaban diciéndome piro
El roce con mi clítoris hacia que las embestidas nuevamente llamaran a un nuevo orgasmo, mis gemidos eran ahogados, era una muñeca para estos machos, usandome a su placer...