En este capítulo, vemos como Pedro y María consiguen avanzar en su idea de tener sexo con sus vecinos y amigos.
Simplemente cogerte eso quiero. Llenar tu concha de leche....
El vino les sirve de compañia para un encuetro diferente y sensual
Elizabeth iba muy sexy. Llevaba unos tenis blancos altos a juego con unos calcetines del mismo color. Un pantaloncito corto ajustado de color azul y una camiseta rosa, que de lo sudada que estaba, dejaba entrever un sujetador muy sensual.
Besaba su cuello a la vez que acariciaba sus pechos y ella movía su culito, buscando el roce de mi polla. Mis manos subían y bajaban por su cuerpo, redondeando sus pechos. Mi mano izquierda se detuvo entre sus piernas, noté su humedad, a la vez que notaba como mi polla crecía entre sus nalgas.
Pero casi nada más empezar a hablar se nos acercó una rubia impresionante que dio dos besos a Ana saludándola. Ana amablemente nos presentó, María, Pablo, Pablo, María. María se acercó a darme dos besos, clavando sus tetas en mi pecho, mientras su boca se acercaba mucho a la mía. Ana se tensionó
Les contaré las razones por las cuales Valeria se convirtió en la dueña de mis fantasías sexuales.
Otra vez me mantienes pendiente de tus mensajes, contando los días y minutos, sin ti me vuelvo loca, solo me antojas al ver tus mensajes calientes y a veces tus videos o fotos de tu verga dura…
Leyendo un libro terminó en sexo con mi amigo.
Comiendo chocolate y algo más en la cama contigo.
Ella llega muy excitada para recibir, como lo suele hacer todas las semanas, un masaje zen del gurú.