Hoy tenia unas ganas locas de carne, de un pene, o lo que fuera que me penetrara desesperadamente, y como no tenía ninguna cita previa, y soy una mujer muy ardiente, me metí en el sex shop casi a la hora del cierre.
Primero nos citamos en una confitería los dos, me pareció una chica muy agradable, tenía 31 años, soltera, pelo castaño claro con rulos, ojos marrones, muy buen cuerpo, profesora de gimnasia, unas tetas hermosas, y un culo bastante agradable, me contó que había formado varias veces tríos, y se mostró intrigada en mi idea.
Aquí otra pequeña historia que sucedió cuando era solo un adolescente una vez salí con unos amigos algún lugar de puerto Vallarta no recuerdo muy bien en fin ahí hicimos una lunada esa ocasión iba con mi prima Angélica,
Yo iba llegando de la escuela, me sentía muy cansada, me senté en el sillón a descansar antes de entrar a mi cuarto, me senté como llegué, toda abierta de piernas y como la falda de mi escuela es muy corta, se me veía todo.
Salí del salón y la vi recargada en mi carro, vestía de una manera sublime, falda corta color rojo pegadita al cuerpo, medias negras caladas, zapatos de tacón alto y una blusa negra también pegada, sus pechos casi rompían los botones de la misma
Nuestras dos inefables maduritas y su nueva pero no menos dominante amiga más joven continúan su perverso juego con su presa casi adolescente hasta hacerle llegar a un final que no es más que el principio de renovados y deliciosos tormentos.
Como ya te fui contando, cada vez que mi cuerpo necesita relajarse y sentir menos el cansancio de casi todo un día en el cole, tengo que estar a solas sí o sí, encerrándome donde sea y con una frenética sesión de placer íntimo antes de hacer la tarea o de dormir me puedo sentir una chica completa y bien satisfecha.
Ella me miraba fijamente, sin apartar su mirada y eso hacia que mis nervios saliesen mas a flote así como mi lívido que luchaba con mis ojos para no bajar mi mirada en dirección a su escote.
Me acerqué al ascensor, y él se acercó también a su compañero diciéndole algo cerca del oído, y en lo que esperábamos que abriera la puerta del elevador un grupo de personas y yo, cuando me percaté, el chico que me había interrogado anteriormente estaba detrás de mi.
Tomé respiración y me dije que ahora o nunca. Ya había estado parado mirándola demasiado tiempo sin que ella me viera y aunque no había llegado la hora de la cita, quería estar con Neffissa cuanto antes.
Después de mi primera experiencia con mi primo, quise tener algo con alguien mas experimentado; la primera persona que vino a mi mente fue el rector de mi colegio: Harold. Mi rector, era un hombre de 35 años, súper velludo, fornido pero retierno, era la persona ideal para que me enseñara a disfrutar mas de las mieles del sexo.
El ambiente estaba muy caliente, pero los padres de ella, podían entrar en cualquier momento y aunque ella ya tiene edad de hacer estas cosas, no es muy recomendable hacerlo en su casa o en este caso, en casa de sus padres.
La historia que os voy a contar ocurrió hace 2 años cuando tenia 16. Por aquel entonces yo era una chica rubia, con la piel muy blanca y me gustaba vestirme con una ropa ajustada y provocativa como a todos los jóvenes de la edad.
Cuando ella entro por primera vez clases no me atrajo mucho pero poco a poco fue atrayéndome fuertemente tenia una mezcla de juventud y sobriedad y un cuerpo que me traía loco, sobre todo esos pechos, los cuales quería tener entre mis manos.
Un día, a eso de las siete de la noche, estábamos en plena reunión cuando se suspendió el fluido eléctrico y en medio del desconcierto, en plena penumbra sentí que alguien me manoseaba las piernas hasta llegar al bulto que por cierto, se empezó a parar y disfrutar de aquellas caricias.
Ese día quedamos de vernos el sábado, lo cual no era normal, pero le dije que quería que me acompañara a hacer algunas compras, como no quería que mi madre sospechara quedamos de vernos en un restaurante cerca de su casa
Una de las tardes que estábamos solas en casa, nos metimos a mi baño y cerramos la puerta con cerrojo, como tales niñas que éramos nos gustaba ir juntas al baño y quedarnos allí un buen rato encerradas, hablando.
Nuestros cuerpos desnudos pegados en el abrazo y soldados por dos bocas que se devoran entre sí, parecen incendiarse por la temperatura a flor de piel. Bajo mi mano y tomando el sexo de papa lo pongo entre mis piernas, por debajo de mi sexo.
Siempre he mantenido una relación muy especial con mi madre, soy hijo único y eso me ha permitido disfrutar enteramente de su cariño; siempre ha sido muy bella y con un cuerpo de modelo, morena clara, de pelo largo, con unas piernas exuberantes
El día de la fiesta me llevé una gran sorpresa, Susana la mujer de grandes senos, piel morena, labios gruesos, trasero grande y largas piernas estaba en la misma fiesta con su esposo.
Se quedó inmóvil con mi picha dentro y me ordenó que no me moviera, ella si en cambio con los músculos interiores de su vagina ordeñaba mi miembro, era tremendo no movía un ápice su cadera.