El club de las mujeres MSCH III
Octubre 16. (Lunes).
A la mañana fui a la escuela y trate de concentrarme en lo que nos están enseñando. A la tarde llamé a una vecina de Mónica, y luego ella me llamó de un teléfono público. Quedamos en vernos en mi casa. Cuando vino le expliqué lo que pasaba y lo que quería que hiciera. Mientras tomábamos mate, le di la cadenita igual a la que le había dado a Sandra y ella se puso muy contenta. Le dije también que si lograba conseguirme a alguien esta vez le iba a dar cien pesos. Ella protestó y dijo que la iba a buscar gratis, pero yo insistí y al final la terminé convenciendo para que aceptara la plata. Prometió llamarme si encontraba algo antes de irse.
Octubre 17. (Martes).
Le tengo fe a Mónica. Durante toda la mañana estuve pensando en como será la siguiente msch. De última puedo decirle a Mónica si puede quedarse el fin de semana. Prefiero su culo a nada.
Octubre 18. (Miércoles).
Mónica me llamó y dijo que ya tenía a alguien. Que el asunto del redondo estaba arreglado y que ella me iba a esperar el viernes en la plaza junto con la msch.
Octubre 19. (Jueves).
Supongo que esta felicidad puede durar para siempre. Con la del viernes ya van a ser tres las mujeres con las cuales habré tenido sexo anal. Este fin de semana le voy a mandar pito a lo milico asustado.
Octubre 20. (Viernes).
Por fin llegó el día tan esperado. Cerca de las siete de la tarde llegué a la placita y después de darle los cien pesos a Mónica, cargué a la msch y a sus hijos en el auto y enfilamos para el barrio privado. Cuando llegamos les mostré la casa a los tres y después dejamos a los chicos mirando televisión y nos fuimos a la cocina a tomar mate. Adriana, (así se llamaba la msch), me contó que su marido hacía dos años que estaba preso y que lo visitaba una vez por mes. Me dijo también que tenía veinticinco años, que hacía siete años que estaba casada y que desde que su marido estaba preso se las rebuscaba haciendo pequeños trabajos domésticos.
Más tarde pedimos la comida y después de tomar un café, acostamos a los chicos a dormir. Ya en la pieza, y cuando Adriana se desnudó pude comprobar que era más linda que las dos anteriores. Tenía la típica belleza de las mujeres msch, y su culo, enorme, negro y con un poco de celulitis era simplemente maravilloso. Pensé que dentro de poco Adriana iba a estar boca abajo y con las piernas abiertas y me estremecí de deseo.
Cuando terminamos de coger hice lo siguiente: como no tenía ganas de hablar le pedí Adriana que me relatara en detalle lo que había sentido mientras cogíamos y gravé su largo monólogo con un pequeño grabador. Adriana habló alrededor de una hora, por lo que sólo desgravé una síntesis de todo lo que ella había dicho.
«Cuando Mónica me habló me puse nerviosa. Nunca me había encamado con nadie por plata. Cogí bastante hasta que me casé, pero nunca cobré… Apenas vi la casa me quería morir, pensé que me habían hecho una cama y que unos tipos estaban esperándome en la casa, y yo como una boluda había traído a los chicos… Me tranquilicé un poco cuando me mostraste la casa y vi que estaba todo tranqui. Pero todavía me quedaba la duda de cómo iba a ser cuando cogiéramos… Mónica algo me había dicho, pero yo tenía miedo de que quisieras pegarme o alguna cosa de esas.
Cuando entramos en la pieza tenía la panza como piedra, y casi me arrepentí. Te digo que no me fui de pedo. Cuando nos pusimos en bolas estaba media cagada, pero apenas comenzamos a coger se me pasó un poco… Para que te voy a mentir, hacía como tres meses que no cogía. No tengo un mango para ir a ver a mi marido y aparte primero tienen que comer los chicos… Así que cuando me empezaste a dar me calenté enseguida y me dejé coger.
Con el redondo fue distinto, porque con mi marido, cuando nos vemos una vez por mes en el penal le mandamos concha. Así que al redondo lo teníamos medio olvidado. Desde que él cayó en cana mas o menos… Yo me había dado cuenta que vos lo único que querías era coger, así que cuando me lo pediste, me puse boca abajo, abrí las piernas, abrí bien el culo y dejé que me metieras la pija.
Me gustó, para que te voy a mentir. La pasamos los dos bien y listo… Cuando me la estabas metiendo por atrás me acordé de una cosa que decía una amiga mía. Se llamaba Paula y decía que nosotras lo único que tenemos que hacer es ponernos boca abajo en la cama, abrir bien las piernas, relajar el redondo y gozar como locas mientras nos meten la pija en el culo. Y más o menos yo hice eso. Te entregué el redondo y la pasé bien… Me di cuenta cuando lo hicimos otra vez que te gusta mucho el culo. Pero no sos el único. A todos los hombres les gusta.
Me alegra que la hayas pasado bien. Te tengo una sorpresa preparada para el domingo que te va a gustar mucho.»
Octubre 21. (Sábado).
Hicimos lo acostumbrado. Baño, bicicleta con los chicos, comida, encamada a la tarde. Después pileta hasta la hora de la cena, y por último cama otra vez. Hoy a la tarde, cuando nos levantamos de la siesta y los chicos de Adriana todavía estaban durmiendo ella me preguntó que cosas hacía yo con la computadora. Le mostré algo de internet, el correo electrónico, y también le dije que escribía un diario íntimo. Esto último pareció interesarle mucho, ya que me pidió si podía mostrarle algunas partes. No muy convencido le mostré parte de lo que había escrito de mi encuentro con Mónica y también con el de Sandra. Ella quedó muy asombrada y me preguntó si también iba a escribir sobre ella. Le dije que sí, pero que si no quería no iba a hacerlo. Hizo un gesto con la mano restándole importancia y dándome a entender que no le molestaba que escribiera sobre ella.
Octubre 22.(Domingo).
La sorpresa de Adriana era la que yo esperaba. Una vez más tengo que reconocer que Mónica es genial. En consecuencia le mandamos cola toda la tarde. Después nos fumamos un faso y dormimos la siesta.
Cuando nos levantamos le di el sobre con la guita, y después fuimos a despertar a los chicos. Mientras llegaba el remis jugamos todos en la computadora con un jueguito.
Mientras el remis se alejaba, levanté la mano y la agité varias veces moviéndola de izquierda a derecha. El consabido gesto de despedida.
Habitualmente hubiera terminado el diario más arriba, pero quiero anotar algo que me pasó y que me parece interesante. Y que seguramente agregará unas páginas más a este incipiente diario intimo.
Unas dos horas después de que Adriana y sus hijos se fueron, decidí vaciar el tacho de basura de la cocina, pues ya estaba totalmente lleno. Al tirar el contenido del tarro dentro de otro más grande, noté un bollo de hojas amarillas que me llamaron la atención, pues yo tenía un block con hojas de ese color. Las saqué de la pila de basura y cuando las abrí me encontré con la letra despareja de Adriana. Para mí sorpresa, Adriana había imitado la estructura de mi diario intimo relatando los hechos que habían ocurrido el fin de semana desde su perspectiva. Decidí que era un material muy valioso para tirarlo y lo transcribí tal cual ella lo había escrito.
Viernes 20 de octubre.
Llegamos a la casa como a las siete y media. Mónica me había dicho que el pendejo lo único que quería era coger. Pero igual estaba nerviosa. Después que el pendejo me mostró la casa, dejamos a los chicos mirando tele y fuimos a la cocina a charlar y tomar mate. Después de co
Después de comer, acostamos a los chicos y fuimos al comedor a mirar televisión un rato. Nos sentamos en un sillón. El pendejo me mira con ganas. Se debe morir por cogerme. No me voy a cagar ahora. Si Mónica se encamó con el yo también puedo.
Fue todo como me dijo Mónica. El pendejo se enloqueció cuando me vio en bolas. Primero le metí un par de chupones a fondo y después le hice un rato la paja. Tuve que soltarlo porque casi lo hago acabar. Después le mandamos concha. Estuvo bien. Después lo chuponie otra vez y me di cuenta que me iba a pedir la cola. Para calentarlo más me di vuelta enseguida y abrí las piernas. El pendejo hizo algo que no esperaba. Me chupó el culo. Se ve que le gusta. Después me la puso y me dió bomba a lo loco. Yo pensé que después de eso se iba a ir al mazo, pero repetimos concha y culo otra vez. Cuando terminamos nos fumamos un faso. El pendejo estaba recontento. Yo también. Por lo menos pude acabar dos veces. Esta plata me la gano facil.
Sábado 21 de octubre.
Nos levantamos tarde y desayunamos. Después despertamos a los chicos. Anduvimos en bicicleta por todo el barrio. Los chicos están contentos. Por primera vez en vario dias no tengo que preocuparme por la comida. La heladera está llena. También hay plata para comprar. Que lindo seria vivir asi. A la tarde nos encamamos. Lo que antes me causaba gracia ahora me gusta. Al pendejo lo caliento de verdad y cuando me ve en bolas se vuelve loco. Me chupa toda. Me acaricia y me coje como ace tiempo no acian. Me gusta que me tenga ganas. Me hace sentir mujer otra vez. Por lo menos le gusto a alguien. Cuando nos levantamos estuvimos en la pileta hasta la noche. El pendejo jugó con los chicos como si fueran de él. El agua estava linda. A la noche cojimos otra ves y después nos metimos en bolas en la pileta. Tomamos champagne con helado de limón y después el pendejo me regaló una cadenita de oro. Que lindo que te traten así. Estaba tan contenta que ahi nomas le hice un pete.
Domingo 22 de octubre.
Anduvimos en bicicleta toda la mañana.A las doce pedimos la comida por teléfono. Comi como una chancha. Mejor que me vaya con la panza llena. A la siesta le di la sorpresa que Mónica me había dicho que hiciera. El pendejo me echo 4 polvos en el culo. Le encantó la sorpresa. Le gusta el culo mas que respirar. Después de coger hablamos un ratito y me contó los planes que tiene. Me gustaria pasar un mes en esta casa sin hacer nada. Cojiendo todo el dia y comiendo como una chancha. A los chicos les gustaría mucho. Y a mi me vendrían muy bien las 3 lucas. Pero hay otras mujeres para elegir. Y también está monica. Antes de que se despertaran los chicos el pendejo me dio la plata. La guarde enseguida y fuimos a despertar a los chicos. Que lastima que esto se termine. De vuelta al asentamiento. Puta madre. Hay que esperar que venga el remis.
Continuará…