Unos días apartados de la civilización
Había ido con unos amigos de acampada.
Teníamos la idea de pasarnos 15 días lejos de la civilización; pero yo a los tres días empece a hartarme de naturaleza, campo y vida sana.
Casi de madrugada, al cuarto día, cogí mi mochila y decidí regresar a la civilización, el asfalto y la contaminación. Iba camino de la estación a la vez que (aunque sin mucho convencimiento) hacia «dedo» a ver si alguien se paraba y me «invitaba» a subir al coche. De pronto un coche se para. Me acerco.
Iban tres personas, dos tíos y una tía. Conducía ella. Iban, igual que yo, de vuelta hacia Madrid. Monte en el coche y fuimos hablando de cosas intrascendentes.
En un descampado decidieron apartarse unos kilómetros de la carretera.
Bajamos todos del coche, sacaron unos bocatas y me invitaron a compartirlos con ellos. Terminados los bocadillos nos tumbamos a la sombra.
La tía se quito la camisa que traía dejando al aire una preciosas tetas.
Los dos tíos (Javier y Jaime, yo me llamo Antonio) se acercaron a ella y empezaron a sobarla por todos lados, las tetas, le bajaron los pantalones y le metieron mano hasta hartarse, mientras se turnaban para besarla en la boca o ir lamiendo su coño de forma alternativa.
Yo no podía dejar de mirar mientras la polla empezaba a dolerme de lo dura que se me estaba poniendo.
Entonces (ya habría pasado mas de 1/4 de hora), me pidieron que me acercara a ellos.
Ella empezó a acariciar mi cara, mi pecho, el vientre siempre por encima de la ropa.
Nosotros estábamos vestidos los tres, solo ella (Lucia) se había quedado en pelotas. De repente grito: «Jaime, Javi: AHORA».
Entre los tres, antes de poder hacer nada para remediarlo, me habían dejado en pelota picada y con el «nabo» bien tieso.
Me ataron de pies y manos y, mientras Jaime me inmovilizaba completamente, Lucia cogió mi polla, se la metió entre las tetas y empezó con un movimiento de sube y baja enloquecedor.
Entonces Javier comenzó a desnudarse, saco su rabo y lo puso a la altura de mi boca, Lucia apretó mis cojones con fuerza mientras me decía: «Te darás cuenta que no tienes mas remedio que obedecerme, los tres, no sois mas que mis putos esclavos:
MAMASELA, TRAGATELA ENTERA y mucho cuidado con acercar tus dientes a su polla»
Cada vez me apretaba los huevos con mas fuerza, asi que, para no perderlos, decidí obedecer y empece a tragarme aquella enorme polla como un maricón.
El hijo puta de Javier disfrutaba como un mono en celo.
A mi estaba empezando a bajarse cuando la tía mando a Jaime que me tirara en el suelo.
Javier se fue inclinado para poder seguir manteniendo su polla en mi boca y Lucia se sentó encima de mi polla «empalándose» con ella.
Aquello volvió a ponerme a punto.
Ya casi no me importaba tener que seguir mamándosela a aquel cabrón.
A aquellas alturas yo ya había decido obedecer a la muy cabrona de Lucia, no oponerme a nada e intentar disfrutar lo que pudiera.
Creo que ella se dio cuenta de que me había vencido totalmente.
Se levanto de encima de mi de golpe dejando de nuevo mi polla tiesa y al aire
De una hostia aparto la polla de Javier de mi boca, se puso a cuatro patas y me ordeno que la follara como a una perra. Lo hice encantado.
Luego pidió a Jaime que metiera su polla en mi boca y a Javier que me la clavara en el culo. Obedecieron ciegamente.
Creí que el muy hijo de puta me rompía el culo en pedazos.
Pero seguí follándome a aquella zorra caliente con mucha mas fuerza, que (evidentemente) era lo que pretendía.
De nuevo volvió a apartar la polla de Jaime de mi boca y ordeno a Javier que me la sacara del culo.
Me tumbo en el suelo de un empujón, se sentó sobre mi cara a la vez que me ordenaba que me comiera su coño.
Ordeno a Jaime que se tumbara de espaldas a mi lado y a mi que me lo follara.
Se la clave de un solo golpe hasta los huevos.
El cabrón chillaba de dolor; pero aquello a mi ya me excitaba cada vez mas. Ella cogió a Javier y empezó a comérsela.
Se la metía entera en la boca sin ningún esfuerzo. Javier se corrió el primero soltándoselo todo en la cara y ella le obligo a lamérsela y tragarse su propia leche.
Aquello fue demasiado para mi que no pude mas y llene con la mia el culo de Jaime.
Debió de llegarle mi corrida hasta la boca.
A continuación note como también Jaime se corría y Lucia debió de quedar satisfecha pues se aparto se tumbo en la hierba mientras nosotros tres hacíamos lo mismo intentando reponernos un poco después de aquel maratón de sexo en grupo.