Mi nombre es Lizbeth, pero todo mundo me dice Liz, tengo 24 años, delgada 1.62 de estatura, blanca senos 34-B y muy caderona, y con una trompita que invita a muy malos pensamientos, estoy casada con un hombre de 35 años.

Lo siguiente que les relato, algo que me paso hace 1 año en un mes de septiembre, fue en un día sábado, yo trabajo como secretaria en una dependencia de gobierno y como es natural solo trabajaba de lunes a viernes así que ese día descansaba y como no tenia planeado salir y sabia que nadie nos iba a visitar, aun en la cama planeaba lo que iba hacer durante el día, mi esposo trabaja en una fabrica por lo que el se había ido desde muy temprano, así que todavía con los efectos del sueño me levante y me dispuse a vestirme, iba a empezar a hacer el quehacer de la casa así que decidí ponerme algo cómodo, opte por no ponerme sostén y dejar mis senos libres, cosa que me encanta sentir, me puse mi playera preferida, una tanguita negra y unos shorts de mezclilla los cuales ya tenia algo de tiempo que no usaba, cuando me los puse me di cuenta que o habían encogido o mis caderas habían aumentado su tamaño, la cosa es que me quedaron súper ajustados, antes al usarlos solo se alcanzaba a notar el comienzo de mis nalgas

Con mi atuendo tan sexy, decidí empezar por la planta baja, comencé a recoger todo el tiradero y luego llene una cubeta con agua para empezar a barrer y a trapear, en eso sonó timbre, lo que me imagine fue que eran vendedores y decidí despacharlos rápido, pero al abrir vaya sorpresa, eran dos empleados de la compañía de teléfonos, fue cuando recordé que hacia 3 meses atrás habíamos hecho el contrato por una línea telefónica nunca me imagine que fueran un sábado, sinceramente ya ni me acordaba, tenia ganas de decirles que vinieran otro día, pero conociendo como se las gastan estos tipos acepte que lo instalaran, los deje pasar y quizás por la sorpresa no me acordaba de como estaba vestida, y mas cuando observé a los dos muchachos que no me quitaban la vista de mis senos, ya verlos más tranquila vi que no estaban nada mal, uno moreno, alto y fornido, el otro más bajito pero también muy fornidito, mientras le indicaba el lugar donde quería uno de los dos aparatos, telefónicos, en mi mente estaba la indecisión

Yo estaba en lo mío, en uno de esos movimientos me incline para exprimir el trapo para trapear, así empinada, pude ver de reojo atrás de mi en la puerta como el muchacho mayor estaba con los ojos bien abiertos y sobandose su miembro sobre el pantalón, cuando me levante hice como si no lo hubiera visto pero no pude dejar de ver su entre pierna, caray que bultote se notaba debajo del pantalón, en ese momento el cosquilleo me volvió a invadir pero ahora combinado con una excitación tremenda.

Para evitar malos pensamientos decidí continuar con las labores de las piezas de la planta alta, me subí y entre a mi cuarto, me mire al espejo y empecé a respirar hondo, tranquila Liz, tranquila, esta bien que el día de ayer no me hayan dado mi ración de carne pero eso no quiere decir que le tenga que dar las nalgas a cualquier desconocido estaba en mis meditaciones cuando escuche una voz muy varonil de la parte de abajo.

Señora ya terminamos con este donde desea que le instalemos el otro aparato Yo sabia que el otro aparato tendría que ir en la recamara, yo en la recamara que comparto con mi esposo, sola con dos hombres, dos para mi solita.

Aun no comprendo que me hizo tomar esa decisión, le conteste que en la recamara, él me dijo que si podían pasar yo tratando de controlar el temblor en la voz les dije que si, primero subió el más joven, yo movía cosas pero en realidad no sabia ni lo que hacia, por un momento pensé que no iba a subir el otro muchacho, cuando escuche sus pasos que subían los escalones me dije a mi misma, hoy me van a dar por mis dos hoyitos, de eso estoy segura, solo de imaginarme siendo ensartada por atrás y delante me moje todita.

Ellos empezaron hacer sus cosas para instalar el teléfono yo empecé a hacer la cama, en un momento tuve que ponerme detrás de ellos por accidente mis nalgas chocaron con las nalgas de uno de ellos, el se disculpo y yo voltee y sonriéndole le dije que no se preocupara, ahí decidí hacer algo que si con eso no se animaba alguno de ellos a algo entonces estaba con dos putos, me puse de rodillas en la cama, me incline de manera exagerada para acomodar una de las esquinas de la colcha, así estaba deseando que pasara algo, y eso algo no tardo en pasar, pude sentir como se movía la cama, sintiendo como alguien subía a ella, yo solo cerré los ojos esperando lo que viniera, y vino, sentí como alguien me pegaba algo entre las nalgas y que me decía perdóneme señora, pero Ud. esta muy buena y me la voy a coger, yo no dije nada pero pensaba y que esperas papacito mi actitud le hizo ver que yo estaba mas que dispuesta, y así mientras uno el mayor me daba unos restregones de su bulto.

De reojo podía ver la cara de placer que tenia el chico al que le estaba mamando la verga, y es que no es por nada pero es mi especialidad, abrí aun más mis piernas para que el otro chico pudiera darse gusto chapándome toda, podía sentir como pasaba su lengua por mis nalgas como me daba mordiditas en ellas y pasaba su lengua por mi ano hasta llegar a mi conchita donde se quedo toda una eternidad dándome una de las mamadas mas ricas que me han dado.

Yo también estaba en lo mío, saboreando esa verga deliciosa, metiendomela toda hasta las agmidalas, de repente deje de sentir la lengua de mi mamador, este chico le dijo al otro ahora deja que me la mame a mí, metele la verga a esta perra caliente así me voltearon y quede de frente a la verga del mayor y vaya que si era muy mayor, me asombre al darme cuenta del tamaño de su pené, no por nada formaba semejante bulto en su pantalón, también le di su sesión de una buena mamada mientras que sentía como era penetrada por mi otro cogedor
Me fue metiendo todo hasta que pude sentir como los pelos de su verga rozaban mis nalgas, Haaa la tengo toda a dentro, así nos sincronizamos para que me pudieran bombear los dos, yo me volvía loca de placer.

Así papacito, cojanme rico al menor que me estaba culeando se le quito lo callado y me empezó a decir, Mamacita que ricas nalgas te cargas yo estaba encantada con esas dos vergotas dentro de mí, así duramos lo que para mí pareció toda una eternidad hasta que sentí que mi culeador se empezó a venir dentro de mí y jadeando como loco, yo le apretaba la verga con mi culo para exprimirlo todo y que me dejara dentro de mi toda su leche, el mayor me pido que quería terminar en mi boca, yo con lo caliente que estaba no le dije que no, me baje hasta estar frente a su verga y se la empecé a mamar, hasta que sentí como empezaba a sacudirse y sentí como una descarga de leche caliente me bañaba el rostro, yo seguí besando y chupando esa verga brillosa y mojada, apretándola con mis manos.

Me recosté un poco sobre el pecho de mi cogedor para reposar, en eso él miro su reloj y comento lo tarde que ya se les había hecho, me dijo que tenia muchas ganas de echarse otro palito conmigo pero ya tenían que irse, así me dejaron acostada reposando y recordando la rica cogida que había tenido.

Yo me metí a darme un baño y luego continué con mi quehacer, afortunadamente esa noche como ya era algo de costumbre, mi viejo llego cansado y a dormir, yo esa noche me dormí como angelito recordando y sintiendo aun mi culito dolorido pero con ganas de volver a tener una experiencia igual.