Sandra es simplemente hermosa, por donde la mires. Sus tetas, su cintura, su carita, sus ojitos claros pero por sobre todas las cosas su hermosa y espectacular cola. Un culito sensacional. Y no hace nada para esconderlo, al contrario. Cada vez viene con pantalones más y más ajustados. Sus medidas son 90-58-95. Una dulzura de mujer. Su pelo castaño ondulado, su piel blanca son una demostración más de la belleza de la mujer argentina.
Trabajamos juntos hace varios años en la oficina. Siempre luce remeritas ajustaditas que dejan ver su ombliguito en verano y poleras muy sexys en invierno. Sus pechos se le marcan bien y a veces se le ve la marca de los pezones. Sus pantalones, bueno, es un espectáculo aparte en la oficina. Usa jeans ajustadísimos, elastizados. Siempre me pregunté cómo hacía para ponérselos. Ahora tiene uno color claro sin bolsillos detrás y adrede se pone bombachitas chiquitas para que se le marque. Con ese pantalón se le marca la tanguita también adelante. Es infernal. Una vez íbamos en subte hacia una empresa. Iba el vagón muy lleno. En una de las estaciones quede de costado a ella que quedo de espaldas a la gente y de frente a la puerta que no se abría. No se podía ni dar vuelta. Llevaba puesto ese pantalón. Se le veía bien su bombachita color crema. Como la polera verdecita no le llegaba a la cintura de lo corto que era, se le veía la parte de arriba de su hermosa tanga, muy chiquita. Se le marcaba toda en la cola. Al rato noto que se empieza a mover nerviosa. Le preguntó qué le pasa y no me contesta. Me di cuenta que el tipo que venía pegado detrás de ella le estaba manoseando toda la cola. Desde mi posición lo veía bien. Le pasaba la mano por las nalgas suavemente y con un dedo le marcaba la bombachita. Después le metió el dedo más adentro hundiéndoselo dentro del pantalón buscando su agujero anal. Sandra seguía inquieta pero no se animaba a decir nada. A veces note que se mordía los labios.
Estaba disfrutando la muy puta de mi compañerita. En eso el hombre, que tendría unos 35 años, le toma la bombachita sacándosela por arriba del pantalón, la parte que se veía. Ahí ella di una especie de gemido. Mi verga estaba redura a esa altura con ese panorama. En la otra estación subió más gente y el tipo directamente se pegó a Sandra que no decía nada. Tenía su verga a la altura de la cola de ella y empezó a apretar contra sus nalgas, como bombeando cuando estas cogiendo. Lo máximo viene ahora. En eso el muchacho pasa sus manos buscando el cierre y el botón del pantalón. Se lo desabrocha y le baja el cierre y mete libremente su mano dentro de la bombacha de ella. Sandrita no daba más y de golpe se tapó la boca como conteniendo un grito o un gemido y tuvo, supongo yo, un orgasmo.
El vagón se empezó a vaciar y faltando dos paradas para la nuestra el tipo que la masturbo y manoseo toda a mi compañerita se fue. Ella se acomodó un poco como pude y yo simule no haber visto nada. Bajamos y nos dirigíamos a una oficina en el piso 15. Abordamos el ascensor vacío y yo que estaba al repalo por lo que vi me atrevo y le digo:- Sandri se te ve toda la bombacha sobre el pantalón, se te marca toda, tu marido no te dice nada?
– no, además él se va antes y no ve como salgo vestida, te gusta cómo me queda?
– es infernal Sandra tendrías que haber sido modelo.
Ella sonrió y en eso se queda el ascensor en el piso 10. Pulsamos la alarma y nos tranquilizó la voz de un hombre diciendo que ya lo estaban arreglando, que tuviéramos paciencia y que iba andar a la brevedad. Ella se sentó en el piso. Estaba hermosa y aun excitada y acalorada, no por el encierro sino por lo que paso en el subte. Me siento a su lado y la abrazo diciendo calma que ya va a arrancar. Estuvimos un rato en silencio hasta que se para y me mira fijo.
-me queda bien la bombachita no?- me pregunta Sandra
-demasiado bien excitas a cualquiera así Sandrita- le respondí
No espero más, me paro y me pongo a su lado observando su cuerpo.
-me dejas ver cómo te queda la bombacha?- le digo
-no, estás loco acá no- me responde dale- y sin pensarlo le desabrocho el pantalón, le bajo el cierre y empiezo a bajárselo. Se lo baje hasta la altura de las rodillas y aprecie su hermosa y sexy bombachita. Ella solo me miraba. Empecé a acariciarla por sobre la bombachita y gimió. La doy vuelta y la pongo contra una de las paredes del ascensor.
– nooo, que me quieres hacer??- dice Sandra
-verte la cola- le digo
La di vuelta y la tanguita apenas le cubría la cola. Tomo su polera y se la saco. Su corpiño es transparente color crema. Vuelvo a darla vuelta mientras me bajo el pantalón y mi verga salta parada y dura cuando me bajo el slip. Ella seguía con la bombacha hasta las rodillas La vuelvo a dar vuelta y sin decir nada la penetro en la concha. Ella gemía locamente y pedía más. Enseguida por la calentura acabe inundando de leche caliente su agujero. Ella también gritó al acabar. No había terminado de salir de dentro de ella que el ascensor empezó a subir pero paro en el 12. Se abrió la puerta y sin que pudiéramos despegarnos entraron tres operarios de mantenimiento, los que repararon el ascensor. La puerta se cerró tras ellos pero el ascensor no se movió. Eran jóvenes los tres. El más grandote me aparto de Sandra y me hizo sentar en el piso.
-vos tuviste lo tuyo ahora nos toca a nosotros- dijo el más jovencito, de unos 20 años.
Sandra quiso gritar pero no pudo. Le taparon la boca y la empezaron a desnudar. Yo me quede quieto en el piso asombrado. – ahora vas a ver por puta- volvió a hablar el jovencito. Quedo toda desnuda y le arrancaron la bombacha y el corpiño que quedaron hechos pedazos. La pusieron en cuatro y el jovencito se puso detrás de ella, escupió en el agujero anal y la penetro. Fue bestial. El más grandote se puso abajo de ella y le clavo la pija en la concha. Le estaban haciendo doble penetración.
El otro, que era medio peladito, le puso la verga en la boca para que la chupe. Sandra al principio no decía nada pero después empezó a gemir y aullar de placer como loca. Acabaron casi juntos los tres y luego de terminar se vistieron y se fueron. Sandra quedo tendida en el piso. La ayude a vestirse. Como pudo se arregló y fuimos al piso 15 a la entrevista en la empresa. -me imagino que no contaras nada, no?- me dice Sandra
-con una condición- le digo
-cuál?- responde Sandra
-que te pueda hacer el amor muy seguido- le mandó maliciosamente
-mm, bueno porque no?- me dice Sandrita, mientras su bombacha que tanto excita a los hombres quedo destruida en el piso del ascensor.