Hace unos días me encontraba en un sex-shop y observe a una joven pareja que estaba examinando los consoladores, prestando especial atención a los que llevan correas que permiten anclarlos a la cintura, quedando dispuestos para usarlos como si fuesen una mujer con pene.

La chica estaba bastante bien, con unas formas rotundas, buen pecho y unas nalgas que invitaban, se podía distinguir a través de la tela de su minifalda el pequeño tanga que llevaba, unas piernas largas que invitaban a acariciarlas.

El chico era alto, fuerte e iba vestido de forma elegante.

Una pareja yupii o pija que buscaba diversión, pensé de forma discreta me acerqué a su lado, mientras observaba las películas porno que estaban a su espalda.

La chica le preguntaba ¿crees que será muy grande? ¿Cogemos uno más pequeño? El chico no se decidía por ningún tamaño, le atraía el grande y gordo, pero tenía miedo de no poderlo soportar, por lo que podía escuchar de la conversación.

Mientras me dedicaba a coger las carátulas de las películas que había a mi lado y se las giraba de forma que el chico observara igual que yo las secuencias de las mismas.

Eran pelis gay, donde se veían unas enormes pollas, chupadas, folladas, de todo, al final noté que el chico estaba más pendiente de las caratulas de las pelis y mi que de forma disimulada me estaba colocando la polla, para que viese que estaba medio empalmado, que de las preguntas de su acompañante.

La chica estaba de espaldas a mí y no se enteraba de nada, así que decidí jugármelo a una carta y tras sonreírle, le hice señas que me siguiese, me alejé de con la misma discreción y disimulo que había usado para acercarme a ellos y antes de bajar a la parte baja del sex-shop, donde se encuentran los servicios, levante la mirada y le hice señas que le esperaba abajo, me contesto con un movimiento de cabeza que me seguiría.

Baje a los servicios y me coloqué en el segundo urinario, dejando libre el que se encontraba tras de la puerta ya que esperaba que el chico bajase. Comencé a acariciarme la polla poniéndose dura enseguida, pensando en lo que podía hacer con aquélla parejita si al final el chico se decidía a picar del señuelo que le había puesto.

Al momento sentí pasos, giré la vista y tras de mí se encontraba el chico, se puso en el urinario libre y saco su polla, tenía una hermosa polla, larga, unos 17 o 18 cm. y no muy gorda, yo le enseñé la mía, que ya estaba completamente dura, comencé a pajearme suavemente ante él, mientras él comenzó a hacer la misma operación.

No pude evitar oír lo que comentabas con tu chica, no crees que una natural es mejor que un pene de látex, le dije, mientras acercaba mi mano a su polla y se la apreté. Es que mi chica quiere ser ella la que me desvirgue analmente, es una fantasía que tiene y que quiere satisfacer.

¿Y si tras el desvirgue pruebas con una de verdad? No estaría mal. Pero tenemos que buscar la manera de convencer a mi chica, si tú estás decidido, ella aceptará, además tendrá la opción de disfrutar también ella, tanto con tu desvirgamiento, como con mi polla. Decidido, te metes en nuestra conversación e intentamos convencerla.

Subimos a la planta alta y encontramos a la chica observando las pelis de gay, las mismas que antes miré yo, sonreímos y nos acercamos a ella, el chico por un lado y yo por el otro.

Que pollas tienen estos tíos, le dijo la chica, como se las chupan y se las meten en el culo, me gustaría poderlo ver, dos hombres haciendo de todas estas cosas, mientras yo observo o participo. Le dio la película al chico y dándose la vuelta se dedicó a elegir de nuevo los consoladores, ¿éste o aquél? Le dijo. Mientras le enseñaba una réplica de una polla de unos 25 cm y otra de unos 18 cm., para comenzar, creo que la pequeña.

Otro día podemos llevar la otra, la chica sacó la mediana de la caja y se la puso a la cintura. Si creo que estará bien. Las naturales son mejores -dije yo- . Si pero esas no se encuentran en todo momento y esta sí. Hoy puedes tener una natural, otro día, usas esas. No, la primera seré yo, luego ya veremos.

Podemos probar las dos -dijo el chico-. Pero, como yo diga – dijo ella-. Por mi parte no hay problema, yo estoy dispuesto a colaborar en lo que necesitéis. Tras esta pequeña conversación compraron el consolador y una película de bisexuales y marchamos a su piso.

Al llegar pusieron la película en el video y tras visionar las primeras escenas la chica se fue a la habitación. Que bien se lo pasan -dijo el chico- refiriéndose a la película, mientras un tío se follaba a una chica y le chupaba la polla a otro.

Yo la tenía dura y sin más me desabroche el pantalón y sacando la polla comencé a acariciarme, el chico se desnudó y se acercó a mi polla metiéndosela en la boca, comenzó a chuparme la polla, por lo bien que lo hacía noté que no era la primera vez que chupaba una polla, o era muy aplicado o había chupado algunas antes de la mía.

En eso llegó la chica, venía solo con un pequeño tanga y la polla enhiesta, la verdad es que estaba divina, unas tetas redondas, grandes y levantadas, unos muslos largos y unas caderas y un culo redondos y apetitosos, en medio, aquél trozo de polla de látex que parecía real, la verdad es que daba la sensación de ser una polla de verdad, se acercó a nosotros y nos dijo.

A ver, quien me la chupa primero. Yo mismo, le contesté, pues no quería que su chico dejara de chuparme la polla, se acercó a mí y me la puso a la altura de la boca, comencé a chuparla como si fuese una polla de verdad, mientras le acariciaba la base y al mismo tiempo le frotaba el clítoris y la entrepierna, noté como se mojaba enseguida y me cogía de la cabeza para follarme la boca con su polla de látex. Yo aprovechaba para acariciar su culo, su entrepierna, su coño, mientras él seguía amorrado a mi polla chupando como un poseso, quería sacarme toda la leche, algo que yo no estaba dispuesto a concederle, por lo menos no tan rápido, pues quería alargar mucho aquello, quería gozar de lo lindo de aquella parejita.

¿Quieres estrenar a tu chico? Si le quiero follar. Me puse en pie y el chico quedó de cara a mí y de espaldas a ella, esta le comenzó a pasar el consolador por las nalgas mientras le decía.

Te voy a hacer gozar, vas a probar la hermosa polla de tu amorcito. Ponle un poco de crema -le dije- cogió un tarro de crema y le puso en la entrada del ojete, a la vez que se untaba el consolador con ella. Le pedí al chico que se agachase y me siguiera chupando la polla, mientras le cogí de las nalgas y abriendo todo lo que pude le dejé preparado para que su chica le metiese el consolador.

Se la fue metiendo poco a poco, la sentía como se desplazaba entre mis manos, cada vez le metía un trozo más, cuando la tuvo toda dentro le pregunto si le gustaba.

Sacándose la polla de la boca – le dijo, me encanta.

La chica comenzó a moverse como si realmente le estuviese follando con su polla y no con un consolador, yo le deje que agarrase del sofá mientras me puse tras de ella, comencé a pasar mi polla por sus nalgas y a acariciar tus pechos, mientras le 

besaba el cuello. Ella seguía con su mete y saca, mientras el chico ya estaba meneando el culo como un auténtico experto en folladas culeras, me pareció que tanto a chuparla como a moverse aprendía rápido el chaval.

Mientras había conseguido apartar el pequeño tanga de la chica y mi polla comenzaba a entrar en su húmedo coño.

La chica se abrió un poco de piernas, permitiendo la entrada, mientras suspiraba y volviendo la cara buscaba mi boca, nos dimos la lengua mientras nos movíamos al compás, yo dentro de ella y ella dentro de él. Que gozada, le susurraba yo a la chica.

Que morbo, me estoy corriendo, fueron sus palabras, mientras me mordía y se corría de una forma bestial, sus contracciones me apretaban la polla, mientras le daba con fuerza al consolador en el culo de su novio.

Me quedé quieto dentro de ella esperando su decisión, esta no tardó en llegar.

Se salió de dentro del chico y me dijo. Ahora te toca a ti hazle gozar de lo lindo, llénale el culo con tu polla. Dirigí mi polla al ojete del chico y ella misma se encargó de meterla, como estaba súper lubricado, entro con bastante facilidad, comencé a darle con ganas mientras ella me empujaba y me decía así rómpele el culo, hazle gozar.

Se puso ante él y le pidió que le chupase la polla y el coño, el chico no daba abasto, ahora la polla, ahora el coño, mientras yo le pajeaba y le follaba con ganas, se movía muy bien el chaval, entre esto y lo bien que la chupaba, creo que era muy buen alumno, muy aplicado, aprendía de fábula.

Me estoy corriendo, dijo, mientras apretaba su culo contra mi pubis, buscando meterse la polla más y más adentro, noté como salía la leche de su polla, a mi mano, al suelo, mientras se contorsionaba se movía buscando placer por todas lados, yo le seguía sacudiendo la polla mientras sin poder aguantar más comencé a llenar su culo de leche, un chorro, dos, tres, cuatro, cinco, seis…., toda la leche que había acumulado desde el sex-shop, salía a borbotones llenando el culo del chaval, lubricando más si cabe y haciéndole gozar de un placer diferente, distinto de lo que estaba habituado.

Había gozado tanto, que recién terminado de correrse seguía con la polla dura, se puso en pie y enseñándonos la polla, no pidió chupádmela, hacedme gozar, quiero que me la chupéis a dúo, nos aplicamos los dos ante su polla y la chupábamos, la saboreábamos, mientras intercambiábamos besos, lengua y saliva, era tanta la excitación y lo que estaba gozando que al momento noté como empezaba a convulsionarse y a expulsar leche de su polla, yo chupaba su tronco, mientras la chica sorbía la leche, se la comía toda, era una tragona de leche por lo que pude ver, no dejo escapar ni una gota.

Tras esto nos fuimos a la ducha, nos enjabonamos mutuamente y de allí salimos excitados y empalmados de nuevo, nos fuimos al dormitorio y la chica se tendió en la cama con las piernas abiertas, necesito una lengua, una boca que me coma todo el coño, que me haga gozar como una loca.

Esa lengua fue la mía, me metí entre sus piernas y comencé a chuparle el coño mientras el chico se puso sobre de su pecho para que le chupase la polla. A los pocos minutos cambiamos de posición ahora estaba yo tendido en la cama, la chica sobre de mí en posición 69 y el chico tras ella, follándola ante mis ojos. Podía observar como su polla entraba y salía de su coño, mientras le chupaba el clítoris y le pasaba la lengua por la base de la polla de él.

Ella se aplicaba a mi polla y a mis huevos, me chupaba la polla, los huevos, mientras me acariciaba las nalgas y el ojete, poco a poco fue poniendo saliva en el ojete, y cuando lo tuvo lubricado comenzó a meterme los dedos, primero uno, luego dos. Mientras yo seguía comiendo todo lo que encontraba al alcance de mi boca, el clítoris, la polla de él, al momento la chica comenzó a moverse más rápidamente, mientras me apretaba la cara con los 

muslos, noté que se estaba corriendo, lleno mi cara de sus jugos, sus dedos me atacaban con más fuerza mientras se corría de forma bestial.

Quiero mi segundo culito del día y sin más se cambió de posición me hizo poner a cuatro patas, mientras se colocaba el consolador con las correas, me untó crema en el ojete y comenzó a penetrarme, sentía como aquello entraba en mi culo, como me abría y penetraba en mi interior, fóllame con ganas le dijo al chico, mientras me clavaba cada vez más adentro aquel trozo de polla de látex, me la estuvo dando un rato, hasta que le dejo el sitio al chico. Ahora te toca a ti, hazle gozar como te lo hizo él antes.

El chico se puso tras de mí y comenzó a pasarme la polla por las nalgas, por el ojete, como ya estaba lubricado y abierto, sentía la necesidad de tenerla dentro, probar una polla de carne, algo cálido y duro, diferente al látex del consolador. Me la fue metiendo poco a poco, recreándose en lo que estaba haciendo, mientras la chica se metió bajo de mi para que volver a realizar el 69 quiero ver cómo te entra toda, como mi chico, te destroza el culo, cómeme el coño, que quiero volver a gozar, mientras me chupaba la polla, me apretaba los huevos, cogía la polla de su chico e intentaba meterla más dentro, yo le chupaba el coño, le metía los dedos, en el coño, en el culo, le devoraba el clítoris, la chupaba por todos lados.

Mientras el chico seguía dándome un gusto diferente, algo que no se puede describir con palabras, hay que sentir la sensación de tener una polla dentro, como te abre, como sientes su desplazamiento dentro de ti, como intentas abrazarla y apretarla con tu culo, intentando sacarle todo el jugo, el chico junto con sus embestidas, me acariciaba el pecho, la polla, las nalgas.

Ella seguía chupando y comiendo, mi polla, mis huevos y me agarraba de las nalgas para metérsela toda en la boca, era una mamona excepcional, o quizá era yo, que me sentía en el paraíso.

No tarde mucho en comenzar a sentir como se me escapaba la leche, me estaba corriendo como un poseso, sentía placer en la polla, los huevos, el culo, el esfínter intentaba estrangular aquella polla que tanto gusto me daba en mi interior, mis dedos dentro de la chica y mi lengua, eran una máquina de dar gusto, no tardo ni dos segundos comenzar a correrse a la vez que se tragaba toda mi leche, la chupaba toda, hasta que me la dejo seca, luego siguió pasando la lengua por toda ella, mientras me apretaba con sus muslos y restregaba su pubis y su coño contra mi cara, corriéndose y gimiendo como si estuviese poseída.

Para no ser menos, el chico comenzó a moverse con más rapidez y sacando su polla de mi culo, me lleno la espalda de leche, se corrió sobre de mi espalda, llenándome de leche.

La chica se salió de donde estaba y yo me quedé tendido en la cama, mientras me chupaban la espalda y se bebían la leche que el chico había depositado en ella, la mejor forma de terminar una follada impresionante.