La culpa fue del gato

Soy un chico de Barcelona, de 27 años, y este relato lo he guardado en la memoria unos 10 años.

Si es real o solo parte de mi imaginación, carece de importancia.

Solo os pido que lo leáis, y lo disfrutéis.

Cuando yo tenia solo unos 17 o 18 años, vivía en casa de mis padres, yo tenia dos vecinas, que estaban de muy buen ver.

Una era menudita, delgada, con el pelo rubio, rizado y alborotado.

Parecía una muñequita, y a mi me ponía nervioso cada vez que la veía, notaba como me latía el corazón mas deprisa.

La otra chica, era algo mas alta, y un poco más robusta, morena con el pelo corto, y un cuerpazo de impacto.

Siempre había sospechado que eran lesbianas, quizás solo por el morbo que me daba pensarlo.

Desde la ventana de mi cuarto, se veía parte del dormitorio de la rubia (Laura), incluso se podía ver perfectamente su cama, y en las noches de verano, mientras ella dormía con la ventana abierta, yo la observaba desde detrás de las cortinas de mi habitación, incluso llegando a masturbarme en alguna ocasión.

Mi relación con ellas, se limitaba a tener que ir a buscar a mi gato en alguna ocasión, ya que el animal se colaba por el balcón, que era adyacente al suyo, y a alguna charla ocasional sin demasiada importancia.

Hasta que un día por la noche, me desperté oyendo jadear a Laura.

Al principio, me quede tumbado en mi cama, escuchando atentamente, pero al cabo de unos minutos, no pude resistir la tentación de ir a mi ventana, a ver si conseguía ver lo que sucedía en su cama.

Lo que vi me dejo extasiado.

Veía perfectamente a Laura, tumbada en su cama, con las piernas separadas, y alguien estaba haciéndole una increíble comida de coño.

Fuera quien fuera, estaba de espaldas a la ventana, y no lo podía ver bien.

Lo que si veía perfectamente, era la cara de vicio de Laura, mordiéndose el labio, y acariciándose los pechos.

Aquella visión me puso a cien, y no pude resistir las ganas de hacerme una de las mejores pajas de mi vida.

Cuando estaba a punto de correrme, Laura abrió los ojos, mirando fijamente hacia mi ventana.

No sabia si me estaba viendo, ya que en la escalera todo estaba a oscuras, pero no deje ni de mirar, ni de meneármela, hasta que termine corriéndome en mi mano, casi al mismo tiempo que ella alcanzo su orgasmo en plena cara de su partenaire.

Unos segundos después, la pareja se levanto del suelo, y acerco su cara a la de Laura, dándole un largo beso en los labios.

Laura le dijo algo, y se lentamente se tumbo a su lado, dándose la vuelta.

Efectivamente, era su compañera de piso, Ana.

Aquello me volvió a excitar muchísimo, y me volví a masturbar mientras Laura empezaba a acariciar las piernas de Ana, hasta llegar a su chochito, donde empezó a mover los dedos masturbándolo.

Poco a poco, fue bajando su cara hasta el, y la enterró allí.

Yo seguí masturbándome, al compás de los movimientos de cabeza de Laura, alcanzando otro gran orgasmo, unos segundos antes de que Ana alcanzara el suyo.

Luego, Laura se tumbó al lado de Ana, y las dos se terminaron quedando dormidas abrazadas.

Desde aquel día, las cosas cambiaron un poco en mi escalera.

Cada vez que me cruzaba con Laura, me sonreía mas de lo normal, poniéndome cachondo cada vez que nos encontrábamos en el rellano de la escalera.

Hasta que tuve que volver a buscar al gato a su piso.

Llame una sola vez, y enseguida abrió Ana, con el gato en brazos.

Hola Jordi!!! – Me dijo con una sonrisa.

Hola.

Vienes a buscar esto?

Sip, ya ves, es un poco travieso, ya le conoces.

Ummm, tienes algo que hacer esta tarde Jordi?

No mucho, estaba preparando un trabajo para el lunes, pero lo llevo un poco adelantado.

Por que no pasas un rato y, yo que sé, jugamos una partida de cartas o algo?, estamos muy aburridas, la verdad. Ayer se nos estropeo la tele, y aun no han venido a repararla.

Vale, también me estaba aburriendo ya con los libros.

Entramos, y ella dejo al gato suavemente en el suelo.

Cuando se inclino, me di cuenta de que llevaba una faldita plisada muy corta, y de lo bonitas que tenia las piernas.

Y mientras estaba en esos pensamientos, apareció Laura y me saludo sonriente.

Nos dirigimos al salón, y me senté en el sofá con ellas.

Quieres tomar algo Jordi?.- Me pregunto Laura.

Puede ser una coke?

Claro!!!, pero no te apetece mas una cerveza?. – Dijo mientras se dirigía a la cocina.

De acuerdo.

Y allí estaba yo, sentado entre las dos chicas, que unas noches antes había sorprendido haciendo el amor, tomando tranquilamente una cerveza.

Charlamos durante un largo rato, y la conversación, que empezó siendo de lo mas trivial, acabo haciéndose un poco mas picante.

Tienes novia?. – Pregunto Laura.

No, ahora mismo no. Hace unos 3 meses que rompí con mi antigua novia.

La chica aquella tan guapa que subía alguna vez a tu casa?. – Dijo Ana.

Supongo que si. Pero oye!, no sabia que me vigilarais tanto!.

Tu también lo haces Jordi. – Me contesto Laura. – O acaso piensas que lo que miraba la otra noche no era a ti?. Se que nos vistes, cuando estaba en mi cuarto con Ana.

Note como me subían los colores, y vi como las dos me sonreían tranquilamente, casi riéndose de mi.

Se acercaron un poco mas las dos, sin dejarme casi tiempo a reaccionar.

Mira Jordi. -Dijo Ana. – No nos importa que nos vieras, ni lo que pienses de nosotras. Pero si me gustaría aclarar algo, no somos lesbianas, somos bisexuales. Supongo que te lo debías preguntar, no?

Bueno, la verdad es que a mi no me importa si lo sois o no. Eso no es asunto mío.

Bueno Jordi, eso de que no es asunto tuyo podría discutirse. – Murmuro Laura mientras apoyaba una mano en mi rodilla, y la subía lentamente hasta rozar mi entrepierna.

Al mismo tiempo, Ana empezó a acariciar mi otra rodilla, apoyando la otra mano en mi pecho, y empujando mi cuerpo hasta apoyarlo en el respaldo del sofá.

Laura estaba ya desabrochando los botones de mi bragueta, y deslizo los dedos por dentro de mi pantalón, acariciando la goma de los slip.

Ana cogió los pantalones, y los deslizo por las piernas quitándomelos, mientras yo arqueaba las caderas para facilitarle la labor, me quito los zapatos, termino de quitarme los pantalones, y luego me quito los calcetines.

Laura introdujo la mano dentro del slip, acariciando mi pene, bajando los dedos por el, hasta colocar la palma de su mano en mis testículos.

Ana me quito entonces los slip, dejándome desnudo de cintura para abajo.

Laura empezó a jugar con mi pene, rozándolo con los dedos, acariciando el glande, y luego deslizándolos por todo el vástago.

Ana parece que también quería participar, y se inclino en el sofá lamiéndome los testículos, pasando la lengua muy despacito por ellos.

Yo estaba tan cachondo, que creía que me correría en cualquier momento.

Laura bajo también su cabeza, y sin mas miramientos, se metió todo el pene en la boca, haciéndolo desaparecer despacio, casi por completo.

Jugaba con la lengua, sin sacarlo de la boca, haciéndome estremecer de placer, mientras Ana recorría mis testículos con la lengua, llegando hasta el trozo de pene que quedaba fuera de la boca de Laura.

Unos segundos después, se separaron un poco de mi, haciéndome levantar del sofá, se desvistieron las dos en un santiamén, dejándome tiempo a que yo me desnudara por completo, y se pusieron delante de mi de rodillas, una a cada lado de mi pene, acariciando mis piernas, mis testículos, y mi verga, que hacia ya rato que estaba mostrándose en su mayor esplendor.

Ahora fue Ana la que se lo metió en la boca, igual de despacio que Laura, pero ella si se lo trago por completo, mientras Laura le acariciaba los pechos, y observaba como desaparecía mi pene.

Despacio, empezó a mover la cabeza adelante y atrás, haciendo que mi pene se deslizara por sus labios, mientras Laura empezaba a lamerme los testículos desde debajo.

Lo saco, y colocando sus bocas una a cada lado de mi pene, me animaban con las manos en mi culo a que me moviera adelante y atrás, rozando con sus bocas y masturbándome el pene con ellas.

La visión desde arriba era espectacular, y no tarde en notar que estaba a punto de correrme.

Ana también lo noto, y en cuanto asomo la primera gota de semen en la punta del pene, se lo volvió a tragar completamente, moviendo la cabeza rápidamente, succionando casi con desesperación.

Me corrí en su boca, fue una corrida espectacular, le debí llenar completamente la boca, y gotas de mi semen empezaron a derramarse por la comisura de sus labios.

Gotas que recogió Laura con su lengua, y se las trago ávidamente, pasando su lengua por todos los sitios donde aparecía el liquido blanco.

Me limpiaron el pene por completo, chupándolo primero una y luego la otra, y siguieron chupándolo hasta que volvió a ponerse completamente erecto.

Se levantaron, me cogieron de las manos, y me llevaron al dormitorio de Laura.

Me tumbaron en la cama, y Ana ayudó a Laura a sentarse encima de mi pene, despacio, lentamente empecé penetrarla.

Ana se subió también a la cama, y puso una pierna a cada lado de mi cara, mirando hacia Laura, que se quedo quieta empalada en mi pene.

Ana puso su coño directamente encima de mi cara, y empezó a descender despacio.

Mi lengua empezó a recorrerlo con ganas, mientras Laura se movía despacio sobre mi pene, acariciando los pechos de Ana.

Ana, llevo su mano al coño de Laura, tocando al mismo tiempo su clítoris y mi pene, mientras se movía adelante y atrás sobre mi lengua.

Acercaron sus bocas y se besaron apasionadamente, acelerando un poco sus movimientos, y así siguieron hasta que alcanzaron las dos entre gemidos el orgasmo simultáneamente, llenando mi boca con los flujos de Ana, que enseguida se separo de mí, y se sentó al lado en la cama, mientras Laura, que aun estaba estremeciéndose de su orgasmo, limpiaba los restos de la corrida de Ana de mi cara, besando mis labios, y metiéndome la lengua en la boca buscando el sabor de su amada Ana.

Al final, Laura se levantó de mi, dejando disfrutar a Ana de mi pene, que se llevo directamente a la boca para saborear ahora los flujos mezclados de Laura y míos, limpiando mi pene de la corrida de su Laura.

Laura se tumbó a mi lado en la cama, apoyando la cabeza en mi pecho, y Ana acerco su boca a su coñito, dándole una mamada increíble, que yo tuve el placer de ver en un primerísimo plano.

Estaba a punto de correrme, así que empecé a acariciarme despacio el pene.

Laura lo vio y empezó a acariciarlo también, bajo la cabeza, y volvió a tragárselo entero, poniéndome al borde del clímax otra vez.

Ana movía su lengua muy rápido en el coñito de Laura, y no tardo en hacerla gemir de nuevo, llevándola hasta un orgasmo increíble.

Por la excitación y las ganas de que me corriera en su boca, Laura empezó a chupar mi pene a toda velocidad, entre los gemidos de su orgasmo, y no tardo en hacer que me corriera en su boca de nuevo, esta vez tragándoselo todo.

Nos quedamos abrazados un buen rato, y nos dormimos los tres.

Cuando me desperté, estaban las dos sentadas en la cama, aun desnudas, y sonriéndome.

No creas que ahora te libraras de nosotras fácilmente Jordi.

No creáis que tengo intenciones de hacerlo.- Les dije dándoles un beso en la boca a cada una.

Ese fue el principio de una relación que duro unos 2 años.

Años en los cuales seguimos haciendo el amor los tres, o de dos en dos, dependiendo de la ocasión y de las ganas.

Pero eso es ya arena de otro costal…