Soy Nadia. Tu chica misteriosa. Tengo pechos grandes y culito enorme. Una cintura delgada y mi esposo quien es muy honesto dice que soy la mujer más guapa que ha visto.

Y antes de compartir el relato, les dejo un breve mensaje:

Ustedes, hombres, acéptenlo:

Les gusta fantasear que su pareja se acuesta con otros… y, en algunos casos, cumplir tales fantasías.

Y ustedes, mujeres, acéptenlo:

Desean acostarse con otros hombres… y mujeres.

Mi esposo y yo somos como ustedes, por eso, les comparto mis historias sexuales con pasión, emoción y lujo de detalle. Algunas realmente pasaron y otras deseo muy profundamente que pasen.

Mi esposo y yo nos amamos infinitamente, pero eso no quita que disfrute que otro me tome de la cintura, me la meta por atrás y me de duro para yo gritar de placer recibiendo su abundante semen.

Les advierto inmediatamente que en estas historias NO encontrarás humillación o engaño de ningún tipo a ninguna persona. Mi esposo sabe todo lo que he hecho y llevamos nuestra relación fascinantemente en un marco de cuidado, consentimiento y amor.

Espero que disfrutes de mis historias tanto como yo. Puedes tocarte todo lo que quieras al leerlas. Solo te suplico: ¡Gózalas al máximo!

Puedes pensar que la protagonista soy yo, tu sexy chica misteriosa, o quizás, si quieres intensificar tu sentir, que es tu esposa quien tendrá el rostro cubierto de semen.

En el caso de que tú seas la esposa de alguien, te recomiendo que imagines que eres tú la protagonista de la historia…no te arrepentirás.

Por último, los invito a probar la libertad sexual consensuada con sus parejas, o al menos, que compartan sus fantasías entre ustedes. Recibirán y darán todo lo que su cuerpo y alma profundamente anhela.

¡Disfruten del día! No sabemos si mañana habrá otro igual.

Relato: Cuando no puedo ser más deseada.

Solo una persona sabe mi delicioso secreto de libertad sexual: mi amiga Laura. Ella es mi compañera en mis días de aventura y hoy es uno de esos días.

Es viernes y tengo planeado ir a bailar con mi amiga. Me encanta bailar, es una de las cosas que más amo… pero no tanto como una apasionada noche con un hombre guapo que sabe complacer a una mujer.

Estoy en mi casa esperando que llegue mi amiga cuando oigo tocar la puerta.

—Soy yo amiga —me dice Laura desde fuera.

Abro la puerta y escucho:

―Hola Nadia… ―se genera un silencio de 2 segundos mientras Laura me mira de arriba a abajo con una expresión de sorpresa― ¡Pero qué vestido más escandaloso, galla! ―me grita alegremente.

Me río y le digo:

―Lo sé, amiga. Ha sido una semana larga y necesito una noche intensa. Esto atraerá al indicado ―guiñándole el ojo.

―Si lo que quieres es un hombre bien caliente, con tal vestido querrá metértela hasta por lo oídos —me dice y nos reímos.

Tomo un abrigo, el cual tapa por completo mi vestido y, junto a mi amiga, tomamos un Uber para ir a la disco.

Ya en la disco, nos ponemos cómodas y decido sacarme el abrigo. En cuanto lo hago, inmediatamente los ojos de muchos hombres (y mujeres) se ponen sobre mí. Siento cierta vergüenza andar así, pero luego pienso: “Soy una mujer libre y puedo hacer lo que mi corazón sienta. Mi pareja me apoya infinito y ahora estoy acá dispuesta a pasar un buen rato”.

Laura me conoce y sabe que estoy un poco dudosa de lo explícito de mi vestido. Reacciona rápidamente y me dice:

—¡Vamos a bailar, amiga! Disfrutemos de la vida y olvidemos lo que pueda decir la gente.

Me saca una sonrisa y nos ponemos a bailar sensualmente entre nosotras.

Luego de una canción donde lo damos todo, dos hombres se acercan. Son muy guapos, altos y atléticos. Muy parecidos ambos, excepto que uno tiene barba, un aro en su oreja y un gran tatuaje en su antebrazo. Él me gusta. Se ve un poco malo y estoy con ganas de ser traviesa.

El hombre que me gusta hace contacto visual conmigo a un par de metros. Levanta sus brazos de manera confiada como diciendo aquí estoy. Camina decidido hacia mi entre la gente bailando. Mi corazón comienza a latir más fuerte. A pocos centímetros de mí, se queda mirando mis ojos mientras bailaba levemente. Es muy atrayente. Yo sigo bailando y coqueteando con mi mirada. Espero ver lo que tiene que ofrecerme.

Después de bailar unos minutos de manera muy sexy y varonil y sin tocarme aún, me toma la cintura firmemente justo cuando deseo un poco de contacto.

Me susurra al oído:

—Eres la chica más atractiva y sensual de esta noche y yo soy lo más apasionado y complaciente que conocerás. Bailaremos, conversaremos y luego te irás conmigo a mi departamento.

Vuelve a mirarme sonriendo. Mi cuerpo se enciende y necesita su contacto. Le respondo con una sonrisa mientras miro sus labios de reojo.

Seguimos bailando y nos acercamos más y más. Sus manos fuertes se deslizan por las mías y toma mi cintura coquetamente al pasar las canciones. Me encanta. Ya más prendidos el uno del otro, toca mi cuello dulce pero firmemente con sus labios. Por momentos, siento sus manos en mi cintura para bajar hacia mi culito mientras acerca sus labios a mi boca. Yo ya estoy full caliente. Mis pezones están duros y mostrándose entre mi vestido ante él. Siguen pasando canciones y su cuerpo está pegado al mío. Su pene duro en mi entrepierna hace mi vagina lubricarse y no aguanto y lo beso apasionadamente. Luego de unos segundos, me da la vuelta de manera brusca aunque excitante para que su pene se pose en mi culito y poco más. Mi vagina se moja y deseo ser penetrada… quiero que me lo haga duro y profundo. “Ni siquiera sé el nombre de este hombre”, pienso y sonrío con cierta vergüenza.

Vi que mi amiga también lo está pasando bien con el amigo de mi hombre misterioso. Laura se acerca y me dice que nos vayamos al baño un momento y le respondo que sí. Vuelvo con mi hombre y le doy un beso apasionado con mis pechos encima de su torso y mi vagina pegada a su pene, para luego decirle en su oído:

—Vengo enseguida. Quiero un mojito cuando vuelva— y toco su oreja suavemente con mi lengua.

Ya en el baño con Laura, le digo:

—Amiga estoy que me voy a su casa para hacerle de todo y que me haga de todo —nos reímos.

Conversamos sobre lo “mino” que son estos hombres alfa y lo encendidas que estamos.

Me miro en el espejo y pienso: “nunca había sido tan provocadora en un lugar así de público… creo que está rindiendo sus frutos”.

Salimos del baño y los encontramos sentados en un sofá con un trago esperándonos. Fuimos con ellos y antes de sentarnos, hice contacto visual con mi hombre. “¡Es tan mino!”, pienso y me muerdo los labios. Él descaradamente mira mi cuerpo con cara de caliente. Si pudiera, se la chuparía aquí mismo.

Conversamos los cuatro por unos minutos, para luego hablar uno a uno con nuestros hombres. Supimos sus nombres.

Pasaron los minutos y mi amiga se va con su hombre. Yo me quedo con el mío. Nos reímos y nos calentamos más y más con nuestra charla, caricias y miradas. Pasamos a la pista de baile nuevamente. Luego de unas canciones y sentir su cuerpo, pene y lengua, estamos ya pronto a irnos a su depto., cuando de pronto me toma el pelo un poco brusco y me dice:

—Con ese vestido te ves bien puta. Te puedo tratar como una si quieres.

Mi calentura se corta y me siento ofendida. Atino a quitarle su mano de mi pelo y le digo que es un idiota. Me contesta de mala manera sin pedirme disculpas.

Me decepciona enormemente y me alejo de él. Escucho decirme a lo lejos:

—Vete, perra.

Me siento muy mal y hasta culpable por haberme vestido así. Me pongo mi abrigo y salgo de la disco a pedir un Uber.

La maldita aplicación de Uber no me funciona. No sé por qué.

Veo a unos chicos cerca mío. Al parecer esperando un vehículo. Se ven inofensivos. Les pido si me pueden ayudar con solicitar un Uber.

Acceden rápidamente. También están esperando un Uber. Me preguntan dónde voy y, sorprendentemente, mencionan que van en la misma dirección. De hecho, se dirigen a menos de una cuadra de mi casa. Uno de los tres amigos me ofrece irnos todos juntos por seguridad. Acepto porque se ven buenos tipos, y no como el tontorrón que había conocido.

Mientras esperamos, conversamos y me dicen que están en la disco por el cumpleaños de un amigo, pero que la verdad no son mucho de este tipo de fiestas. Piensan ir a casa a pasar un buen rato.

Al conversar, confirmo que son buenos tipos. Tienen alrededor de 25 años. Son bien ñoños, de vestimenta simple y aunque no hay buena iluminación no son tan guapos a excepción de uno de ellos quien si bien es el más callado y serio, él fue quien me ofreció ir juntos.

El Uber llega rápidamente, me siento adelante y los tres chicos, atrás. A los minutos, me saco el abrigo por el calor dentro del auto. El chofer reacciona un poco incómodo…probablemente excitado al verme. Este vestido era muy revelador. Los chicos no me ven desde atrás.

Todavía me siento un poco avergonzada y culpable por lo sucedido. Sin embargo, en el auto, se da un ambiente bien entretenido. Los chicos son bien graciosos y se lanzan bromas entre ellos. Los tres chicos son:

El hablador y bueno para tirar la talla, Seba.

El que se ríe por todo teniendo una risa muy contagiosa, “Bestia” le dicen, aunque era todo lo contrario, no podía ser más afable.

Y el que parecía más serio o callado, Toño, pero que se reían mucho de su forma de ser y él aceptaba las bromas con una sonrisa leve y aportaba detalles a las historias.

Nos vamos conversando y dicen que tienen ganas de comenzar un juego de mesa: Dixit.

—Me gusta ese juego— les digo y Seba ofrece invitarme.

―Que buena idea Seba. Si, Nadia ven con nosotros ―dice Bestia.

―No lo sé. Ustedes ya tenían pensado ir a jugar solos ―les respondo.

Toño replica seriamente con su tono de voz grave:

—Hemos estado alrededor de 10 minutos conversando y nos caes bien, Nadia. Conoces y te gusta el juego. El juego será más divertido si te unes.

Esa respuesta de Toño provoca cierta atracción por lo intenso y convincente. No logro decir que no.

Seba y Bestia pegan un grito de alegría al decir que iría con ellos. Luego, Seba agrega:

―Te agradecemos Nadia. Será la primera vez que Toño lleva a una mujer a su casa que no sea su madre.

Nos reímos a carcajadas y Toño suelta su sonrisa leve y añade:

―Y no olviden a mi prima también.

―Imposible olvidarla Toño desde anoche —responde Seba y nos reímos incluido el conductor.

—Excelente broma Seba. —dice Toño dándole la mano respetuosa y seriamente a su amigo.

Al llegar a destino, antes de salir del auto y para lástima del conductor, me pongo el abrigo. Ninguno de los tres amigos me ha visto con mi vestido provocador en el auto.

Entramos a la casa y Seba, Bestia y Toño siguen tirándose tallas, muertos de la risa. Yo estoy muy entretenida, integrada e increíblemente cómoda con los tres. Me saco mis botas altas en la entrada, ya que a Toño no le gusta que andemos con zapatos. Su casa está alfombrada con una tela suave y acolchada. Mis pies se sienten tan cómodos en esta casa.

Voy al baño, me quito el abrigo y me veo en el espejo, estoy sumamente provocadora. “Qué lástima que hoy no pasará nada y aun me siento un poco mal. No sé si quitarme el abrigo frente a los chicos. No creo que ellos me puedan decir algo tan feo como el idiota de la disco. Espero que no”, reflexiono mirándome al espejo. Decido ponerme el abrigo y vuelvo con los chicos quienes están muertos de la risa.

Nos ponemos cómodos con algo para tomar, algo para picar y con el juego en la mesa. Muy pronto siento el calor en mi cuerpo con el abrigo y las risas, pero no quiero sacármelo.

Ya con una mejor luz, una casa acogedora, además de lo bien que lo estoy pasando, puedo mirar detenidamente a los tres. Seba es el menos agraciado físicamente, pero su humor y energía lo hace atractivo. Bestia es el más alto y robusto con una bonita y amplia sonrisa. Toño si es guapo aunque rígido y un tanto tosco, pero observándolo a fondo junto a sus amigos, es bien gracioso y amable en su propia forma.

Comenzamos a jugar y siento el calor suficiente para pensar en sacarme el abrigo. Me doy cuenta que estoy un poco sudada y mi vestido estará más ajustado probablemente. Una parte de mí está dudosa si los chicos reaccionarán mal al verme con el vestido, pero otra parte, estoy encantada y hasta atraída de los chicos. Me doy un momento para pensar y decido sacarme el abrigo.

—Uf me dio calor con ustedes, chicos —les digo riéndome. Me levanto y me quito el abrigo lentamente.

Llevo un diminuto y ajustado vestido de malla traslucido de color crema. No llevo sostenes y, abajo, solo un bonito colaless blanco. Los chicos podrían ver mis pezones y mi culito si miran detenidamente.

A los chicos se les cae la cara.

Seba no pudo contener y desde lo más a fondo de su alma dijo:

—¡Guuuaaau!

Me río y los chicos también, aunque con cierta tensión. Luego, me miran en silencio por un segundo y vuelven a ver sus cartas y tablero.

En la mesa, parecen estar un tanto nerviosos. Creo que están excitados y ansiosos con mi presencia. Seba ya no habla tanto y le cuesta mirarme a los ojos. Bestia ya no ríe y tiene una expresión seria mirando sus cartas. Quien sí parece estar igual que antes es Toño.

—¿Qué pasa chicos? Están más callados. —les pregunto.

Hubo un breve silencio y luego Toño responde:

—Estamos desconcentrados, Nadia. Tu vestido, tu cuerpo y tu forma de ser son muy provocadores…en el buen sentido. Eres increíblemente hermosa —me dice con seguridad y amabilidad.

Me encanta cada palabra de Toño. No suele hablar mucho, pero lo hace en los momentos adecuados. Respondo sonrojándome y siento un despertar de pudor y excitación.

Les pregunto a los demás si es verdad.

—Es verdad, Nadia. De hecho, estaba recordando que, en la junta de la semana pasada, cada uno de nosotros creó su mujer ideal y tú cumples la fantasía de todos muy a la perfección —responde Seba.

—No les creo —les digo mientras suelto una sonrisa mientras escondo mi pelo detrás de mi oreja con cierta vergüenza.

Bestia vuelve a sonreír y dice:

—¡Si, Nadia! Te podemos mostrar nuestra descripción para que nos creas.

Bestia se levanta de la mesa para ir a buscar un par de hojas donde tienen guardadas a su mujer ideal. Pude notar que está un poco excitado ya que se nota un bulto en su entrepierna. De hecho, al pararse él lo nota y trata de disimularlo sin éxito. Yo me río por dentro y comienzo a excitarme cada vez un poco más.

Al traer las hojas y ponerlas sobre la mesa, puedo leer su descripción y es muy similar a mí físicamente e incluso mi forma de ser. Siento una ola de adrenalina y calentura cuando leo la cualidad: “Intensa y aventurera en la cama”.

—¡Esto es inédito! —les digo y río.

Ellos se ríen sorprendidos también.

Escondida entre las hojas, veo dos hojas con dibujos de una mujer sexy con un vestido. “¡Es increíblemente parecida a mi!”, pienso. El primer dibujo muestra a su mujer ideal de frente sonriendo coquetamente y el segundo dibujo muestra a la mujer en una pose un poco sugerente. La mujer está de perfil con sus manos y rodillas en el suelo. Esta posición es comúnmente conocida como “en cuatro” o estilo “perrito”. Es bastante sugerente la verdad, pero el dibujo está tan bien hecho que no llega a ser morboso. Mi excitación sigue subiendo.

—¿Quién hizo esto? —pregunto con una sonrisa.

Se genera un silencio de 2 a 3 segundos.

—Fue Seba —responde Toño— Seba dibuja harto.

—Me encanta tu dibujo Seba —le digo con tono coqueto.

Seba reacciona con una sonrisa y un gracias que parece sacarse un peso de encima.

Luego de unos segundos, se me ocurre algo. Les digo a los chicos:

—¿Les gustaría que posara para que Seba me dibuje? Han sido tan buenos conmigo, respetuosos y la he pasado tan bien que me gustaría hacerles este regalo. Así, gracias al talento de Seba, tendrán un recuerdo mío.

Obviamente, los chicos aceptan felices.

Luego de encontrar papel y lápices y que las risas volvieran a nuestra noche, Seba me pide que me recueste sobre el sofá. Que encuentre una posición cómoda que pueda mantener. Toño y Bestia están mirando con cierta ansiedad aunque felices. Me gusta ver a Toño un tanto nervioso. Después de todo, yo sí le genero atracción.

Encuentro la posición y Seba comienza a dibujarme. Toño me dice lo afortunados que están con mi presencia y que están contentos con que yo me sienta respetada y cómoda. Y es verdad, lo estoy pasando excelente.

Por un momento, a Seba lo veo incómodo. Al parecer está dibujando mis pechos.

—Me siento un poco como Rose de Titanic. Ustedes son mis salvadores —les digo riendo coquetamente y luego me muerdo el dedo sensualmente para provocarlos un poco.

Bestia se ve nervioso y trata de acomodarse para tapar su erección. Seba logra contenerse y sigue dibujando. Por otro lado, Toño me mira sonriendo tiernamente y con admiración como si presenciara a su polola ganar un premio. Ninguno de los chicos tiene polola y yo no les dije que soy casada.

En este contexto, mi excitación sube lo suficiente y comienzo, de manera pausada, a recorrer mi cuerpo con mis manos y mover mis piernas. Seba dice muy cariñosamente que por favor no me mueva.

Le digo:

—No puedo evitarlo Seba —para luego tocar mis senos pegando un leve gemido.

Veo a los chicos mirándome atentamente. Cierro mis ojos y mis manos van a mi vagina. Me toco suavemente y gimo de placer por unos segundos.

Abro los ojos y veo a los chicos quietos y muy calientes mirándome. Seba aún sostenía el lápiz pero sin moverse un centímetro.

Les pregunto:

—¿Les gusta lo que están viendo?

Todos responden que sí.

—Entonces vengan acá —les declaro mientras me tocaba mis pechos y mi vagina.

Los chicos dudan por un segundo pero logran moverse y vienen hacia mí. Me pongo de rodillas en la rica alfombra mientras seguía tocándome. Les digo que abran su pantalón en tanto los miro directamente a sus ojos con deseo y calentura. Bajo el pantalón y boxer de cada uno, para que sus penes ya duros se muestren ante mí. Se ven exquisitos y sumamente duros. No puedo ser más deseada por estos hombres.

Comienzo a masturbar lentamente con mis manos a Toño y Seba que están a los costados y mi boca se deleita con el pene grande de Bestia quien se encuentra en el centro. Me fascina esta situación.

Les digo que esta era su oportunidad de hacérselo a la mujer de sus sueños. Ellos me miran calientes a más no poder.

Mientras sigo chupando y masturbando sus tres penes y escuchar sus gemidos que me calientan mucho, les digo:

—Me gustó que, en su descripción, su mujer ideal fuera intensa y aventurera en la cama…porque lo soy —en ese instante aumento el ritmo de mis manos en los penes de Toño y Seba mientras me meto el pene de Bestia todo lo que pueda dentro de mi boca.

Enseguida siento sus gemidos de sorpresa, los miro tiernamente y cambio de posición: comienzo a masturbar mi vagina con una mano y tocar mis pechos con la otra.

—Aaaahhhh. Que rico. Aaahhhhh. Aaaahhhh. Por favor, denme golpecitos con su pene en mi cara —les digo con una leve desesperación que lo hicieron inmediatamente.

—!Aaaaaahhh! Me encantan sus penes. Quiero que me den todo de ustedes, chicos. Pueden hacerme lo que sientan que quieran hacerme.

Toño toma la iniciativa. Me baja mi vestido dejando mis pechos al aire. Se humedece sus dedos con su lengua y comienza a tocarme. Primero mis pechos en general y luego mis pezones que están muy duros. Hace movimientos circulares maravillosos. En tanto, los chicos siguen dándome golpecitos con su pene y masturbándose.

Gimo de manera más intensa y les digo que alguien me diera su pene en mi boca. Ese fue Bestia sintiendo su presemen riquísimo.

Mis gemidos se mezclan con su pene en mi boca y luego de unos segundos de intenso disfrute, agarro el pene de Seba y lo comienzo a chupar pudiendo esconder por completo su pene en mi boca y garganta mientras lo miro gemir. Él me da una caricia en mi rostro. Me gustó mucho ese gesto, lo que me impulsa a darle un besito en su pene y luego volver a metérmelo completamente en mi boca. Los bonitos gemidos de Seba me hacen calentarme mucho.

Decido levantarme lentamente mirando con deseo a los tres.

Subo sobre el sofá y me reclino quedando “en cuatro”. Les digo a los tres que se quiten toda su ropa y le digo a Toño:

—Ven Toño, quiero sentirte dentro.

Mientras Toño camina hacia mí, digo:

—Bestia y Seba sigan masturbandose que quiero sus penes muy duros en breve.

Toño se quita la polera y los pantalones de manera muy sexy. Se acerca a mí desde atrás mientras lo miro con deseo. Él levanta mi vestido y baja mi colales quedando mi trasero y vagina totalmente expuestas. Me da un gran beso en mi vagina para luego chuparme deliciosamente.

—Ay Toño. Sí. Uf. Sigue chupándome.

Puedo sentir su labios por todas partes y su lengua juguetona accediendo a mi vagina. Me gusta mucho. Cuando ya necesito un poco más, Toño se sube al sofá y comienza a besar todo mi culito, luego mi espalda baja, para después llegar a mi espalda alta. Finalmente, cuando llega a besar mi cuello pude sentir su pene penetrando mi vagina y suelto un grito delicioso:

—¡Aaaaaayyyy, si! —al mismo tiempo que impulso mi culito hacia su cuerpo para que entrara todo su pene en mí.

—Uuuuuffff —expresó Toño.

Toño inicia sus movimientos y gemidos. Son deliciosos. Tan varoniles y llenos de deseo. Sus movimientos son profundos y cuidadosos, explorando mi vagina con su pene como si quisiera recorrer cada espacio de mi ser. Luego de unos minutos, aumenta el ritmo y reacciono levantando mi torso para tomar su cuello con mis manos. Toño me abraza rodeándome con sus brazos sin dejar de moverse. Nos sumergimos en nuestros cuerpos tocándonos desesperadamente al mismo tiempo que Toño incrementa el vigor de sus movimientos. Fueron 2 a 3 minutos de placer, para luego, besarnos intensamente, lo que me hizo llegar al orgasmo.

Toño detiene sus movimientos aunque no deja de besarme, pero esta vez, lo hace suavemente. Estoy segura que ha sentido mi orgasmo. Nos miramos compartiendo el momento y luego de unos segundos, Toño saca su pene lentamente.

Veo que Seba y Bestia están maravillados mirándonos con sus penes sumamente erectos.

Eso me vuelve a calentar y quedando en la misma posición, “en cuatro”, sobre el sofá, le digo a Seba que venga conmigo.

—Hola mi artista cachondo —le digo con una risa coqueta— ¿me lo quieres hacer?

Sonriendo y un poco nervioso, me responde:

—Desde que te ví en este barco, Rose, solo he pensado en hacértelo, mi dama de primera clase.

Soltamos todos una gran risa que nos hizo tomarnos unos segundos antes de volver a la acción. Me siento tan deseada y a la vez tan cómoda y dichosa.

Seba me pide que se lo chupe un poco y accedo encantada cerrándole el ojo. Yo estando “en cuatro”, Seba se pone frente mío y empiezo a chupárselo. Su pene no es tan grande pero su glande circuncidado es bastante suave y cabezón. Además, su presemen es muy rico que no puedo evitar tragarlo felizmente. Le digo que su presemen es delicioso y me sonríe acariciándome el rostro con su mano tal como lo hizo anteriormente.

Luego de un minuto de chuparlo y sentir sus gemidos, le digo:

—Métemela Seba, por favor. Ponte atrás mío.

Seba se dirige hacia mi vagina y termina de sacar con mucho cuidado mi vestido dejando solo las medias. Luego, agarra mi cintura y me penetra. Su pene entra enseguida por lo mojada y caliente que estoy. Comienza a moverse y yo gemir encantada. Sus movimientos cortos e intensos estimulan mi punto G. Pronto siento la necesidad de más y le digo a Bestia que quiero su pene en mi boca.

Bestia viene inmediatamente hacia mi rostro y me ofrece su tremendo pene, a lo que lo agarro y lo masturbo con mi mano mientras miro su rostro caliente y lleno de deseo. Abro la boca y saco la lengua. Esto hace que Seba aumente el ritmo. Me caliento tanto que meto el pene de Bestia en mi boca. Su pene es tan grande que llega a mi garganta atragantándome un poco, lo cual me hizo calentarme aún más y reacciono a chuparlo desesperadamente como si fuera el pene de mi esposo. Mi lengua, mi boca y mi mano se desquician y los tres gemimos fascinados.

En un momento, veo a Toño masturbarse con esta escena. Fijo la mirada sobre él, mientras Seba me daba intensamente y yo se lo chupaba a Bestia.

De repente Seba dice:

–Voy a llegar…

Ante lo cual me muevo rápidamente para que su pene salga y le digo que aun no llegue por favor. Que tengo una buena idea. La verdad es que no quiero que su semen quede en mi vagina. Era el de otro de quien lo deseaba.

Les digo que quiero que los tres se acuesten en fila mirando hacia arriba sobre la bonita alfombra.

—Quiero montarlos chicos. ¿Me dejan? —les digo con cara picara y caliente.

Los chicos obedecen en solo unos segundos y les paso un cojín a cada uno para que sus cabezas estén cómodas.

Primero comienzo con Seba. Me monto sobre él lentamente abriendo mis piernas. Pego un rico grito al ser penetrada. Toño y Bestia se masturban mirándome.

Comienzo a saltar sobre el pene de Seba con mis manos sobre su torso. Mis pechos quedaron totalmente expuestos, moviéndose de arriba a abajo.

—¡Ahhhh ahhhh ahhhh! Que rico Seba. Me gusta. —le digo.

Lo miro directo hacia sus ojos. Él gime de placer. Le digo que me avise antes de llegar que le tengo una sorpresa.

No pasa mucho tiempo y Seba me grita entre gemidos:

—¡Estoy por llegar, Nadia!

Ante lo cual, salgo inmediatamente, me agacho a masturbar y chupar su pene. Seba grita:

—¡Aaaaaahhhhh!

Siento su semen saltar sobre mis labios y mi rostro. Yo lo miro con mi boca abierta y una cara de sensualidad. Saboreo con mi lengua el semen en mis labios. Es delicioso. Seba me mira como si no creyera lo que está pasando. Con mis manos tomo el semen en mi rostro y me llevo a la boca para saborear más y luego tragarlo cerrando mis ojos.

Toño y Bestia se masturbaron durante todo este momento y siguen haciéndolo.

“Ahora voy por Bestia”, pienso. Me siento sobre él al igual que con Seba. Su pene se siente muy rico entrando en mí. Mi vagina se ensancha calentándome y lubricándome naturalmente.

—Uf Bestia. Tienes un pene increíble —le digo.

Atino a moverme circularmente y luego comienzo a darme unas estocadas profundas que me provocan tanto placer que mis gemidos se intensifican y mi espalda se arquea hacia atrás. Me es inevitable cerrar los ojos y entregarme a él.

Bestia agarra mis pechos y empieza a darme estocadas fuertes. Estoy a punto de llegar y le digo a Bestia:

¡Llega conmigo Bestia por favor! ¡Quiero tu semen! Ahhh ahhhh. Dámelo que voy a llegar. Aaahhh aaaahhh. ¡Aaaaaaaaaahhhhhhhhh! —le grito estando en una especie de trance.

—Aaaaahhhhh Nadia, aquí lo tienes. — grita Bestia penetrándome lo más profundo posible.

—¡Aaaaahhhhhhhh! —Reacciono gritando con los ojos cerrados.

Mis y sus palpitaciones se unieron, soltando su semen al interior de mi vagina. Maravilloso momento.

Después de unos segundos. Caigo rendida abrazando a Bestia y el me abraza a mí. Me siento muy satisfecha luego de tan rico orgasmo.

Abro los ojos y está Toño masturbándose aun. Toño es quien más me gusta y al verlo así quiero intentar seguir con él.

Salgo del pene de Bestia quedando sentada en la alfombra entre Bestia y Toño. Logro ver su semen gotear de mi vagina hacia la alfombra. Lo pruebo un poquito con mi mano. Me gusta aunque no tanto como el de Seba.

Como mi vagina ya está un tanto cansada y satisfecha, le digo a Toño:

—Toño te quiero entregar algo que no se lo doy a cualquiera. Quiero que me lo hagas por atrás. ¿Te gustaría?

—Claro, Nadia. Será un placer. —Me responde con una sonrisa.

Antes de comenzar, le pido a Seba si me puede traer mi bolso que está en mi asiento de la mesa.

Me lo pasa y saco un paño para limpiar el semen de Bestia en mi vagina, para luego pasarle una pequeña botella de lubricante a Toño.

—Por favor, pon en mi culito y en tu pene una buena cantidad. Quiero que entre completo y me des todo de ti —le propongo.

Me pongo sobre Toño abriendo las piernas, pero sin poder mirarlo ya que quedé con mi culito y espalda hacia su vista.

Pongo mi culito cerca de su torso y le digo que me lubrique con sus dedos. Toño ingresa uno de sus dedos ya lubricados con mucho cuidado. Suelto un leve gemido y Toño me pregunta si estoy bien. Es muy atento. Siento su dedo dentro de mi culito. Luego de unos segundos, ya estando más dilatada, me doy la vuelta para mirarlo y agarro su pene lubricado con mis manos y suavemente lo pongo en mi culito. Lentamente comienza a entrar mientras miro a Toño dándole un sostenido grito entre placer e incomodidad momentánea.

Su pene logra entrar un par de centímetros y luego de unos minutos de paciencia y cuidado, logramos que entre gran parte de su pene. Comienzo a moverme suavemente y Toño me da soporte con sus manos agarrando mi culito de modo de tener más movilidad y que no me canse. “Realmente es muy cuidadoso y atento”, pienso. Esto me hace calentarme más y desear moverme más rápido.

Reacciono con masturbar mi labios vaginales y clítoris con una de mis manos mientras empujo hacia abajo para que el pene de Toño me penetre completamente.

Está delicioso. Su pene se siente tan bien. Comenzamos a movernos en sincronía, lo cual nos hace conectarnos y sumergirnos mental y físicamente por varios minutos. Su expresión es de goce profundo y a la vez preocupado de mantener el ritmo y soporte con sus manos en mi culito.

En un momento, nos miramos apasionadamente y nos sonreímos por unos 10 segundos. Fue una sensación de conexión profunda entre ambos. Esto me hace aumentar la intensidad de masturbación y estocadas con su pene.

Luego de unos segundos, le digo entre gemidos:

—Toño, aaaaaahhhhhh, voy a llegar, aaaahhhh, con tu pene profundo, aaaaaaahhhh, sí.

—Yo también. Eres increíble, Nadia —me responde.

No paramos de movernos y en unos segundos ambos gritamos al mismo tiempo:

—¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhh! — yo con mi mirada puesta en los ojos de Toño y mi cuerpo recto y erguido a causa del intenso orgasmo al mismo tiempo que siento su semen llenarme el culito.

Segundos después de llegar, nos miramos y soltamos una leve sonrisa nuevamente.

Me siento plenamente liberada y satisfecha. Mi culito lleno del semen de Toño, mi vagina con semen de Bestia y mi boca y garganta con semen de Seba.

Pasaron algunos breves minutos, para después retirar el pene de Toño paulatinamente. Les pido que me ayuden a levantarme y todos soltamos una risa. Yo estoy bien, solo un tanto cansada de este inesperado y satisfactorio encuentro.

Les pido una toalla y secador de pelo ya que me quería bañar. Luego del baño, les digo que me encantaría quedarme a dormir en la casa si no les molesta. Los chicos acceden encantados.

Solo hay dos camas grandes, así que me quedo en la pieza de Toño que tiene la cama más grande y cómoda. Me presta una polera y me quedo dormida enseguida.

Antes de dormir, le mando un mensaje a mi esposo diciendo que todo había salido de maravilla.

Al despertar en la mañana, veo la hora y ya son las 11:00 AM, Toño aún duerme a mi lado. Se ve muy guapo. Empiezo a recordar todo lo que hicimos anoche. Me caliento rápidamente y no logro evitar masturbarme con mis manos bajo las sábanas…

Esta historia continúa en una segunda parte…

Puedes ver más sobre mis relatos en:

https://www.patreon.com/c/conquienyoquiera/about