Era de noche y mis tíos ya dormían, yo me revolvía en las sabanas de la cama imaginándome a mi tía desnuda junto a mí, mi tío marcharía temprano por la mañana y mis primos partirían igual de temprano a estudiar, al amanecer sentí un tibio beso en mi rostro y unas suaves palabras inundaron mis oídos
Lo sentó y arrodillada sobre una almohada, acaricio con sus labios ese falo que fue tomando forma de ariete, mamar como hace mucho no hacía , movilizo sus flujos, recostándolo sobre la cama en cuclillas fue ensartando su vagina
Ella gemía y apretaba mi cabeza contra sus pechos. Pero lo mejor estaba por llegar. Me deslice mas abajo aun, mientras apretaba sus duros pechos y le quite la maya que cubría su pequeño tanga.
Pocha tomó los tirantes de su camisón, deslizándose por los brazos, y se lo arrolló a la altura de la cintura. Dejó a la vista un par de enorme pechos, que pendían hermosos y se coronaban con dos pezones proporcionalmente inmensos.
Las edades en un ser humano marcan hitos en su conducta, su formación sexual a partir de la niñez, llega a la adolescencia donde varios caminos como el celibato, la autosatisfacción hasta llegar a la entrega total en forma liberal, dominación, es para el ser humano el sexo en todas sus formas una decisión que puede ser tomadas en etapas, situaciones, encontrando a los participantes en este juego en escenarios cambiantes con efectos diversos.
Cuando ella entro por primera vez clases no me atrajo mucho pero poco a poco fue atrayéndome fuertemente tenia una mezcla de juventud y sobriedad y un cuerpo que me traía loco, sobre todo esos pechos, los cuales quería tener entre mis manos.
Chateando en la red conocí a una chiquilla "39 añitos", después de distintos mails de intercambio y de alguna corrida virtual, decidimos dar el paso, los dos estamos casados, y no queríamos interrumpir nuestra vida familiar.
Todo empezó un sábado donde yo concurrí a negocio de mis padres que es un kiosco de diarios al cual atendiendo todos los días ese sábado se presento un auto importado en la puerta de mi kiosco y allí bajo un espectacular señora de unos 35 años con un cuerpo que más de un adolescente
Mi tía no pudo aguantar y saco de el primer cajón un consolador enorme y se lo introdujo a Ana por la concha. Miriam, saco de su cartera otro aun mas grande y lo mismo hizo con mi tía, y mi consolador (el verdadero) encontró entre los agujeros, el de Miriam, que comenzó a montar sobre mi pene.
Fui hasta mi coche y guardé las cosas, eran apenas las dos y media, tendría suficiente tiempo. La busqué con la mirada, traía una camioneta Windstar negra, casi nueva. Volteó a mirarme y se subió al auto. Llegué hasta ahí y ya la puerta me esperaba abierta.
Ella, al darse vuelta noto que mi pija estaba al palo, ni yo, ni ella, lo podíamos creer, creí que me iba a desmayar de la vergüenza, pero de repente, note que en su cara se dibujaba una sonrisa de picara, de calentona, que hasta ese momento no conocía.
Siempre comentábamos como le iba en la facultad, si estaba contenta, lo mucho que la echaban de menos... y de vez en cuando subía a su casa si es que se habían citado en Internet para charlar.
Durante el viaje no deje pensar en todo lo que me gustaría hacerle, pero también tenia miedo a que no me funcione debido a mi abstinencia. Bueno se las hago corta.
Tenía su departamento muy bien puesto en un piso veinte y era un placer extra contemplar la ciudad mientras te echabas un polvo o te hacía una impresionante mamada.
Mariana así se llama la mujer de la tienda, ella tiene unos 42 años, es rubia con un cuerpo espectacular, mide unos 1.75 con una cola firme y sus dos tetazas bien firmes. Yo siempre soñé con ella y mas de una vez me pajeaba pensando en ella.
Yo no dudaba que muy pronto se la devolvería y es que las mujeres maduras me encantan y me vuelven loco, las veo por la calle y me entran unas ganas locas de besarlas a todas.
Se quedó inmóvil con mi picha dentro y me ordenó que no me moviera, ella si en cambio con los músculos interiores de su vagina ordeñaba mi miembro, era tremendo no movía un ápice su cadera.
Me abrió la puerta la madre de socio y amigo, es una mujer, viuda desde hace casi 10 años, de unos 50 años aunque no lo se seguro que se conserva muy bien.
El señor de 65 años me empezó a preguntar por mi edad y cuando le dije que tenia 24 años me dijo que una nieta suya tenia esa edad y comenzó a hablarme de su nieta.