La mamá de mi novia
Mando un saludo a todos esperando que se encuentren bien. Esto me pasó en 1998, cuando tenía 20 años.
Tengo una novia llamada Andrea desde hace más de 3 años, por lo que mi relación con mi suegra (su mamá) es muy estrecha, además de tenernos mucha confianza.
Andrea es una niña muy hermosa, sin llegar a ser una supermodelo, pero no sé ustedes, creo que es más excitante leer acerca de niñas más «normales» y no las clásicas «90-60-90 rubia ojos azules » bla bla bla…
Bueno lo que voy a relatar es algo con respecto a su mamá, que la describiré a continuación: Ella es chaparrita como de 1.60, blanca y bastante joven, pues tuvo a su primer hija (mi cuñada) a los 18 años. Es de esas señoras que por ser tan crédulas, a veces lo excitan a uno sin que ellas lo quieran, por ejemplo, cuando se pone a hacer el aseo, sin querer se agacha a 90° y ¡¡¡wow!!! ¡¡¡Qué vista!!! Tiene unas caderas hermosasss, como las de Roció Sánchez Azuara (si son de México sabrán a qué me refiero), un busto no muy grande, pero la piel, tiene una piel perfecta blanca, pero lo mejor de ella son sus caderas… ¡¡¡AAAHHH!!! esas caderas en forma de corazón y siempre anda vestida de una forma ejecutiva, tu sabes, trajes sastre, blusas transparentonas y las faldas un poco cortas, más o menos a la rodilla… nada más de recordarla ¡¡¡uf!!! ¡¡¡Me pongo bien filoso!!!
Bueno, esto sucedió una vez que sus hijos se fueron con su tía a Monterrey (imagínense qué niñas) y mi suegra se quedó en su casa solita. Por la confianza que ya tenemos mi novia y yo, tengo llaves de su casa, para cuando no hay nadie, pues para cuidarla y así recíprocamente.
En esa ocasión yo llegué de la escuela un sábado como a las 11:00 AM y me fui a dar una vuelta a su casa, porque mi suegra iba a estar todo el día en casa de otra hermana.
Llegué, me serví un poco de agua, estuve esculcando en el refri para ver qué había de comer, me hice unas palomitas, me puse a ver una película en la recámara de mi suegra. Cuando terminó la película, fui a la recamara de las niñas (novia y cuñada) a hacer lo habitual: Revisar la ropa interior de las dos, masturbarme un poco, y lo que más me excita: dejarle una panti llena de semen a Andrea, porque eso le excita mucho. En eso de andar revisando, se me fue el tiempo, por lo que me quedé dormidísimo… como a las 6 de la tarde se escuchó la puerta, y ella mi suegra Julieta acababa de llegar. Rápidamente me asomé y me di cuenta de que traía el traje que más me excita: un traje sastre, color mamey, muy pegado a su cadera (lo repito, ¡¡¡qué caderas!!!) y se me ocurrió una idea…
Rápidamente me metí debajo de la cama, pero no sin antes haber dejado una nota que decía:
«Señora Julieta, estuve aquí toda la mañana y todo está bien le mando besos… Javier»
De la recámara de mi novia se ve muy bien la sala, por lo que vi cuando ella la leyó.
Yo ya me estaba emocionando porque ella se tragó el cuento, así que decidí seguir hasta las ultimas consecuencias. Escuché cómo abrió la ducha y rápidamente fui hasta el baño para espiarla…
Esa visión jamás la podré olvidar: Su cara de ángel con un gesto de cansancio, se comenzó a quitar la ropa: primero los zapatos, unos zapatos también color may que hacían que sus pantorrillas hicieran esfuerzo que por lo tanto, marcaban más sus músculos, miré cómo se quitaba el saco y se veía su cintura que es pequeña en comparación con sus caderas.
Se quitó su collar de perlas, la blusa y por fin veía sus senos aunque fuera en brassier. Yo no tenía muchas esperanzas, ya que por ser tan recatada, aunque esté sola, cierra el baño, pero ¡¡¡OH sorpresa!!! ¡¡¡No cerró la puerta!!! Por lo que yo estaba ya caliente atrás de su cama (me fui a esconder rápidamente ahí).
Después se quitó la falda… por fin iba a ver ese maravilloso secreto: ¡¡¡sus hermosísimas y redondas caderas!!! Se la quitó muy femeninamente, tu sabes, doblando la cintura, pero sin flexionar las piernas… vi su tremendísimo trasero cómo se salía por los lados… ¡¡¡aaaggghhh!!! Y eso que no usa panties pequeñas, sino del tamaño «aseñorado» de color blanco era su pantie, con unos olanes muy ricos que se levantaban y dejaban a la vista sus muslos… ¡carajo! ¡¡¡Qué muslos!!! Su brassier también era blanco de esos que se desabrochan por enfrente… su piel… su piel… si la vieran, me comprenderían… sus pezones estaban pequeños y rosados, tan rosados que no se percibía la diferencia entre los pezones y la aureola. Yo ya quería aventarme ¡¡¡y besarle hasta las muelas!!! Pero yo ya me estaba restregando mi pene con la alfombra…
Se dio un vistazo en el espejo, sumió el estomago, sacó las nalgas y el busto, lo clásico que la mayoría de la gente hacemos en el baño… hacernos los fuertes, revisarnos la grasa, etc…
Después se metió a bañar, más bien se metió en la tina por lo que eché una maldición, pues desde mi escondite no era posible ver nada y no me quería arriesgar… Yo ya estaba ansioso porque saliera, por lo que yo estaba demasiado cachondo… A los 20 minutos salió, pero ¡¡¡DEMONIOS!!! Ya traía su toalla, y lo peor, cerró el vestidor y yo me quedé con mi calentura…
Ya después salió con un camisón de esos muy aseñorados también, pero con una especie de agujeta en el busto, pero ella no había amarrado la agujeta, por lo que cuando se agachó para secarse el cabello, se le salió un pecho, cosa que me excitó mucho. Alcancé a ver más debajo y ¡¡¡wow!!! ¡¡¡No traía bragas!!! Lo sabía porque como dejó el baño prendido, ella estaba de perfil y se notaba perfectamente su figura sin ningún tipo de ropa interior.
Se acostó en la cama, prendió la tele pero ¡¡¡maldición!!! Había olvidado quitar la película de la video casetera no era una película porno ni nada así, pero sí contenía una que otra imagen medio fuerte.
Escuché cómo ella dijo «ah qué niño… dejó prendida la video», por lo que la vio un poco, recostada en su cama… yo ya estaba temblado de miedo -aparte de la excitación claro está- se hizo un silencio y como yo ya me había desabrochado el cinturón, sin querer hizo ruido la hebilla, pues pensaba meterme bien debajo de la cama hasta que ella se durmiera…
Cuándo me di cuenta del ruido me dije a mí mismo «¡¡¡pendejo!!!» por lo que me quedé inmóvil, y como a los 7 segundos vi la cara de mi suegrita viéndome con cara de enojo.
» ¡¡¡Pero Javier!!! ¿¿¿Qué haces ahí??? ¿¿¿No que te habías ido??? ¡¡¡Qué tratas de hacer!!! » por lo que yo con la cara hecha un trapo, me salí no sin antes pedirle disculpas y rogándole que no le dijera nada a Andrea…
«Ya para que te vas, ya me viste bañándome ¿o no?» lo que yo asentí y me dijo «ven siéntate», yo estaba muy nervioso, tenía los ojos llorosos y las mejillas muy rojas qué pena…
«Sabes Javier, esto que hiciste está muy mal ¿sabes? ¿¿¿Qué hubiera pasado si me hubiera tocado los senos y… tu sabes…» -¿¿¿si la hubiera visto masturbándose???- le dije sin pensar, un segundo después me di cuenta de mi nivel de pendejada que había dicho…
Ella dudo un poco pero al final asintió «pues sí, ¿qué más puede hacer una mujer divorciada con 3 hijos dos de ellos mujercitas eh? Tengo que darles un buen ejemplo»…
Yo solo podía decir sí o no, por los nervios, ya después ella me dijo que me tranquilizara, porque ya me tenía bastante confianza, y en el momento que me iba a sentar, vio como me hice a un lado el pene, que ya estaba hecho acero, por lo que preguntó:
«¡¡¡Ay Javier!!! ¿¿¿Qué te pasa eh???» con una cara como de asustada, pero al mismo tiempo le brillaron los ojos…
Ya le tuve que decir: «perdóneme señora Julieta, pero desde que la conozco, no hago otra cosa más que soñar con esas caderas, yo pienso que su marido fue un estúpido al haberla dejado… yo sé que Andrea va a ser como usted de grande, por lo que nunca la voy a dejar»
Ella quitó inmediatamente la cara de sorprendida, la cual cambió por una cara de ternura…
» Ay Javier qué lindo… mi hija tiene mucha suerte al tenerte» Cuando me dijo eso, abrió los brazos en señal de abrazo, por lo que yo nada menso, fui y la abracé… Tenia mi cara en sus pechos… ¡¡¡dios!!! ¡¡¡Si tan solo tuviera el valor para hacer algo!!! Cuando me di cuenta, ella ya me había dejado de abrazar, pero yo todavía no me quitaba… quería estar ahí por mucho tiempo…
Escuché que su respiración se empezaba a agitar, al igual que la mía…
» Mi niño Javo, no… hazte a un lado… esto no debe ser…» -«¡¡¡pero señora!!! ¿¿¿Sabe cuánto la deseo???»- «lo que sea Javier, ¡¡¡pero no!!!»
Lo único que se me ocurrió fue darle un beso en el cuello antes de quitarme pero… ¡¡¡sorpresa!!! ¡¡¡Al besarla, me volvió a abrazar!!! ¡¡¡No lo podía creer!!!
Me dijo:
» Javier… Vamos a hacer un trato… » » ¿CUÁL?» le dije… en eso ella me contó: «Hace mucho tiempo que un tengo relaciones y quieras o no, pues mi… mi… -¿¿¿vagina??? Alcancé a decir, por lo que otra vez me dije pendejo internamente-sí, pues eso mismo, mi vagina a veces se hincha y se pone muy rojita… pero ¡¡¡no cambiemos de tema!!! Lo que te quiero decir es que puedes hacer lo que yo te deje únicamente, y así no te corro ni le digo a Andrea… ¿Qué opinas?
Al oír esas palabras pensé que sólo me iba a dejar tocar un poco de senos y nalgas, pero pues era eso o nada…
» ¡¡¡Acepto!!!» le dije, por lo que ella me dijo: «ven bésame el cuello como lo hiciste ahorita».
Ya se me había bajado el palo por los nervios, pero al escuchar eso, se paró estilo catapulta (en .001 segundos).
La obedecí, la besé muy dulcemente en el cuello… ella aceleraba la respiración… y decía «así ay así qué rico besas» por lo que me aventuré y como traía el camisón como ya les dije, me aventé a besarle un seno de la misma forma que besaba su cuello…
-AAAAHHHH, qué rico me estoy agitando demasiado Javier- no se preocupe señora, no la voy a defraudar-aahh siiiii… bésalo… chúpalo.. aaahhh qué rico se siente… -¿qué siente señora?- como descargas eléctricas que van directas a mi vagina -¡¡¡qué rico señora!!! ¿Me dejaría tocar sus caderas?-Sí pero no me dejes de besar…
La puse boca abajo y poco a poco iba levantando su camisón… por fin iba a ver esas caderas que tanto me excitaban, las culpables de correrme a cada rato con su hija, pero pensando en esas caderas…
Lo levanté, miré sus pantorrillas… sus muslos… ¡¡¡aaaagggghhh!!! ¡¡¡Sus caderas!!! Y se veía claramente sus labios vaginales entre esos suculentos muslosssss… decidí hacer esto más lento, por lo que me enfoqué a su cuello, a su espalda… qué piel tan suave tenía… Iba bajando, acariciándole la espalda con la puntita de mi lengua… cuando llegué debajo de las nalgas, pensé en dar una buena lamida a sus labios… ¡¡¡de verdad que estaban hinchaditos!!! ¡¡¡Qué ricura!!!
Opté por separarle las piernas con mis piernas, por lo que ella volteó con una mirada un tanto sorprendida, pero se dejó hacer… miré su vagina por unos cuantos segundos… una vagina riquísima pensando » Me voy a comer tu primera casa Andrea». Di una rápida pasada de lengua en sus labios por lo que ella:
«Aahhhhhh… ya no me acordaba lo bien que se siente… sí, sí, sigue así ¡ay! ¡Ay! ¡¡¡Así!!!
Ella se volteó, con las piernas bien abiertas y me dijo «¿no te da asco?» -¡¡¡para naaaada!!! por lo que me dijo «¡¡¡cómetela!!! Yo no tardé ni un segundo, por lo que ella ya se arqueaba y pegaba su pubis a mi cara…
«Sigue, sigue, sigue… J-j-avier…»-¿mande?-hazte a un lado porque suelto mucho fluido. Mi repuesta fue pegarme más a su vagina y darle un masaje directo a su clítoris, por lo que ella me dijo «¡¡¡qué morbo me da!!!» estuve lamiendo unos 10 segundos más hasta que ella me dijo «ay… ay… ahí viene ¡¡¡AHÍ VIENE!!! ¡¡¡JAVIER!!!… AAAAAGGGGGHHHHHH!!! cuando se quedó inmóvil tirada sobre la cama… Yo ya quería sentir ese cuerpecito debajo, o enfrente o arriba ¡¡¡o como fuera de mí!!! Simplemente le levanté los muslos, la puse a la orilla de la cama y me dispuse a meterle el pene hasta donde llegara… nunca voy a olvidarlo… mis brazos llenos de sus muslos… mis manos pellizcándole los pezones mi pene dentro de ella, mis huevos golpeando sus carnes… ¡¡¡qué delicia!!!
Así estuvimos como hasta las 11 de la noche… ya exhaustos nuestra ultima corrida -la 6ª creo- Optamos por sólo masturbarnos hasta llegar al ultimo orgasmo… a ella ya le dolía un poco la vagina tanto como a mí el pene… Fue un orgasmo delicioso y doloroso…
Nos abrazamos….
-Ya me voy es tarde -bueno cierras la puerta ¿si? -¡claro!
Nos dimos el ultimo beso, se despidió de beso también de mi pene, y cuando ya estaba vestido y a punto de salir de su recamara me dijo:
«Javier» -¿sí? – las condiciones ya han cambiado – ¡¡¡pensé lo peor!!! Le iba a decir a Andrea- con un tono de miedo le pregunté «¿cómo?» -Sí ahora si quieres que mi hija no se entere de que estabas espiando tendrás que acostarte conmigo cada vez que yo tenga ganas; ni importa hora ni día ni nada, simplemente cuando yo quiera…
No me quedó decir otra cosa más que… ¡¡¡ACEPTO!!!