Mi primera noche
Yo soy Sole, y al leer alguna de los relatos de esta pagina me anime a contar mi historia, yo tengo 17 años y estoy de novia de un chaval que es muy majo.
La verdad es extraño en estas latitudes encontrar un muchacho así.
Soy de Madrid pero estoy temporalmente viviendo en Santa Fe, Argentina…
Este año termino la escuela y volveré a mi casa. Pero para eso falta un año.
En la escuela, me hice de un grupo muy guapo, me paso los días con ellos, vamos a escuchar música a la casa de alguno, nos quedamos dando vueltas por los bares del Bulevar…
Con las chicas hicimos una amistad que parece de toda la vida… los varones, salvo Emiliano, mi novio, son medio cuadrados, todo tiene que ser de una forma y hay alternativas…
Pero esta es una historia entre Mary y yo.
Al comenzar enero, los días cambian por la noche… es así que me despierto a las cuatro de la tarde, hago un desayuno almuerzo y después nos juntamos en la casa de alguna y ya empieza la jornada que termina a las cinco o seis de la mañana…
Pero esa noche fue distintas… Mary y yo salimos de casa, un poco mas tarde, ya que nos estábamos desencontrado con nuestros amigos…
Emiliano se había ido de pesca con su padre.
Cuando fuimos al Taller, un pub al que solemos ir, todos estaban ya medio pasados de copas y algunas de nuestras amigas se arrepentirá de haber estado en brazos de esos vagos… pero eso es otro tema…
No encajábamos en el ambiente, cuando una llega y es parte de la joda no se da cuenta lo decadente que ver ese espectáculo.
Decidimos volver a casa, en el camino compramos una botella de vodka y muy contentas llegamos a casa.
Como hacía calor yo conecte la manguera y Mary se dispuso a picar hielo… pusimos música y nos instalamos en el patio… con mucho cuidado de no despertar a mis padres…
Con la manguera nos mojábamos los pies, un vaso cada una de vodka con limón y azúcar pero el calor era intenso y el aire ni se movía… yo me saqué el pantalón y quedé con una liviana, remera blanca…
Subí la manguera y me mojé la cabeza… Mary hizo lo mismo y al rato estabamos las dos empapadas… Nuestras ropas insinuaban, claramente, nuestros cuerpos…
Mis pezones se endurecieron y mi tanga era casi transparente… Estaba vieja la pobre y pensé que era tiempo de darla de baja
Mary tomó la manguera y terminó de mojarme, luché para quitarle el mando del chorro de agua fría… y lo logré… casi nos matamos cuando perdí el equilibrio…
Nos tropezamos y caímos abrazadas al piso sin consecuencias graves para nuestros cuerpos, un tajo, irreparable, se hizo en la parte delantera de mi tanga, dejando sé ver toda mi pelambre…
Mary se rió como loca ya que su anillo había provocado es corte… en realidad las dos nos reíamos de la curda que teníamos…
Quiso remendar mi tanga con el pedazo de tela que le había quedado en la mano y al tocarme sentí un shock eléctrico desde las plantas de los pies hasta la médula.
Ella insistía en arreglármela y yo que no podía hablar…
Sus dos manos ahora estiraban mi calzón, se enredaban en mis pelos y los elásticos se me iban incrustado en mi vagina…
Tome sus dos manos fuertemente y nuestros cuerpos se chocaron.
Nuestras conchas se chocaron, nuestros pechos se chocaron y nuestras bocas se chocaron… No fue un beso, fue un roce leve de labios..
Las dos nos reímos, una a milímetros de la otra… Sentí su aliento mezclado con alcohol y ella inclinó su cuello y me besó…
O la besé, no podría culparla. Cerré los ojos y jugué con mi lengua en su boca, ella se dejaba explorar y nuestras manos empezaron a recorrer nuestras espaldas.
Prolongué ese momento todo lo que pude ya que no sabía qué hacer…
No tenía explicación para lo sucedido y me moría de ganas de seguir y vergüenza. Sin embargo fue ella la que me indicó los que debía hacer…
– Uuuy. ¡Qué loco!
Yo asentí ruborizada y perdí mi mirada en el piso.
– Nunca sentí esto… Fue el beso más suave y dulce que he dado y he recibido.
– Eso fue lo que sentí yo.
Nos volvimos a acercar y nuestros labios se encontraron. Nuestras lenguas se mezclaban como si fuéramos amantes y nuestras manos corrían por los pechos…
El agua corría por el piso hacia la rejilla, nuestras remeras cayeron y nuestras bocas buscaron otros destinos… las sensaciones eran tan fuertes que tuvimos que acostarnos para no caernos… El agua nos refrescaba pero nuestro calor la evaporaba.
Mary absorbía mi pezón y dentro de la boca lo mordía.
Con su mano libre jugaba en mi ombligo, como pidiéndome permiso para seguir bajando hasta mi pepa. Si su beso me había trastocado todos mis esquemas su mano allí haría estragos en mi pobre capacidad de asombro..
No le di el visto bueno hasta que yo me zambullí en sus pequeñas lolas.
Mi cuerpo hacia de dique, el agua dibujaba mis contornos y se agolpaba evitando su llegada a la rejilla. Su mano jugó con mis pelos, rozó con sus dedos mis labios y presionó con fuerza su palma en mi monte de Venus.
Cada minúsculo movimiento me erizaba y me disparaba hacia otro mundo.
Deje sus tetas cuando por fin se lanzó en busca de mi interior…
Mary se puso a explorar y miraba mientras agitaba mi clítoris… Yo me extendí en el piso, mirando las estrellas y dejando correr el agua con cada estremecimiento de mi cadera…
Tuve razón al pensar que esto era muy diferente a cualquier otro orgasmo…
Pude sentir un chorro de flujo brotar de mis entrañas y tuve que forzarme para no gritar con todo mi corazón…
Mary lo intuyó y sacó su mano para taparme la boca… su mano era un bálsamo, mis jugos impregnaban mi olfato y mi lengua se hizo aspiradora de su palma…
Ya respuesta y notando que ella estaba a mil… puse manos a la obra… imité sus movimientos con mi mano, con mis dedos en su interior pero todo me resultaba insatisfactorio.
Abrí sus labios, que rebalsaba de zumo mágico… acerque mi nariz para olerla y su sabor me atrajo y terminé introduciéndola…
Su cuerpo todo se torció y mi lengua comenzó a resbalar por su clítoris hasta acercarlo a mis dientes… estaba tieso y rico… su clítoris me pareció enorme y cuando acabó sentí que yo también acababa… y claro si la mano de Mary no dejaba de mimarme la vagina… solo me di cuenta cuando me venía…
Ambas buscamos nuestras bocas y yo largué todo el aire de mis pulmones en su boca, como un grito callado y profundo…
Las caricias ahora fueron de amor…
Nos quedamos un buen rato así sin movernos tiradas en el piso y el agua corriendo entre nosotras… luego fuimos al baño nos secamos y pusimos nuestras ropas a secar…
Dormimos cada una en su cama como lo hubiéramos hecho siempre…
No volvió a ocurrir pero pienso que volverá a pasar en cuanto nos encontremos solas la próxima vez…
No sé si está bien o mal… no sé qué pensará ella de mí…
La verdad es que yo la quiero y creo que nunca la voy a olvidar.