Secretos

Me llamo Ana, soy morena, 27 años, 172 cm y 100-60-92.

La verdad, y aunque siente mal, soy muy guapa, no me faltan pretendientes y me encanta el sexo.

Durante estos 4 últimos años he tenido novio estable y formal, pero también he tenido mis aventuras con otros.

Trabajo en una gestoría y casi todos los fines de semana salgo mas con mis amigas que con mi novio, debido en parte a que vivimos a 30 kms de distancia.

La mayoría de mis amigas tienen novios, pero la verdad es que salimos casi siempre solas.

En nuestro grupo de amigas se encuentra Natalia, casada, ella es muy guapa, mas bien es la más guapa de nosotras.

Morena, 176 cm, talla 38 y una cara preciosa, vamos la típica andaluza, morena y muy guapa.

Ella está casada con Toni, de 30 años, más bien rellenito, no muy guapo, vamos normalito.

Es muy simpático, pero eso no quita que todas nos preguntemos que cuál es el secreto para que Natalia esté tan enamorada de él.

Ella siempre dice que es muy bueno con ella.

Una noche salimos de marcha por Puerto Marina (Benalmádena) en la provincia de Málaga, y nos encontramos con Toni, que estaba con unos amigos.

Después de los saludos de rigor, nos dijo que Natalia estaba en el pueblo de los padres y que no volvería en una semana.

El se fue con los amigos y nosotras cambiamos de bar.

Era verano, agosto para mas señas, y la verdad es que no se cabía en ningún sitio.

Yo llevaba un vestido negro, muy ceñido, ropa interior del mismo color, sujetador y tanga.

La verdad es que no paraban de piropearme.

Serían las 03:00h de la madrugada, cuando en la terraza donde nos encontramos apareció Toni con sus amigos.

Aprovecharon que nosotras estábamos en la barra y se pusieron al lado nuestra para pedir. Toni se colocó junto a mí.

Empezamos a hablar, la verdad es que me encontraba muy a gusto hablando con él, nos reímos mucho.

No sé en qué momento pensé en que no me importaría follarme a Toni, en un principio esa idea fue rechazada de inmediato por mi mente, pero, me imagino que con la ayuda del calor y con los efectos de alcohol, esa idea me volvía una y otra vez.

Pero Toni no daba el premier paso y yo no estaba dispuesto a darlo.

A la hora de estar en ese bar, mis amigas me dijeron que cambiáramos, miré a Toni y él dijo que me quedase con él, que si yo quería me acercaba después a casa, y acepté.

Seguimos hablando, en algún momento de la noche, sus amigos se fueron, y no me di cuenta.

Seguimos hablando y prácticamente estábamos abrazados, seguíamos hablando, pero mi calentura me hacía temblar, mis pezones parecían rocas, mi entrepierna destilaba flujos, y juro que si me hubiesen tocado, aunque solo fuera un roce en mi clítoris, hubiera tenido un orgasmo, estaba terriblemente excitada.

Y no sabía el porqué.

Nuestra conversación había sido de lo más trivial, como otras veces, el no me atraía físicamente y además era el esposo de una amiga.

Pero inexplicablemente, en ese momento, para mí era un Adonis, lo deseaba, me gustaría follarmelo o que me follase hasta caer muerta, me parecía el hombre más atractivo del mundo.

Cuando eran las 06:00h.

Con toda la naturalidad del mundo, me dijo que quería llevarme a su casa, que pasase el día con él.

Mi mente me decía que le dijese que no, pero sin pensarlo dos veces le dije que si, que lo estaba deseando.

En el trayecto a su casa pensaba que me moría, él seguía hablando, pero yo no le oía, estaba tremendamente caliente, mis pezones estaban duros como una roca, ni en mis mejores orgasmo me sentía como aquella noche.

Llegamos a su casa, puso música, bajo la intensidad de la luz y me puso una copa.

Nos sentamos en un sofá, de esos que tienen forma de esquina, y me dijo:

» Hoy vas a sentir lo que nunca has llegado a imaginar, durante horas vas a querer que no deje de tocarte.

Lo único que pude hacer es dar un suspiro y cerrar los ojos.

Se acercó y me besó, su beso era cálido, muy agradable, me hizo temblar, recorría mi boca con sus labios y lengua, pero no me tocaba con las manos.

Apoyó una mano en mi nuca y me acercaba mi cabeza a la suya, como queriendo marcar los movimientos de los dos.

Me seguía besando, mi entrepierna parecía una fuente, nunca me había sentido tan caliente.

Posó una mano en mi garganta y empezó a acariciarme con las yemas de los dedos, la piel se me erizó y notaba como se me aceleraba la respiración.

De repente con una de sus manos y a través del vestido desabrochó el sujetador, me pareció increíble la destreza que tenía.

Con la otra mano se acercó a mis pechos y empezó a sobarlos por encima del vestido, estaba como en una nube. Empezó a besarme el cuello, pero más que besos parecían suspiros sobre mi piel, eran muy tiernos y suaves. Me estaba derritiendo, era increíble lo que sentía.

Poco a poco me fue quitando el vestido, yo ayudé levantando las caderas y él me sacó el vestido, quedando solo con el tanga puesto.

Quise quitarle la camisa, pero él no me dejó, simplemente me apartó las manos, hizo que me tumbara y se puso al lado mío.

Empezó a besarme los pechos y con sus dedos me acariciaba el vientre, muy suavemente, mientras su lengua se acercaba a mi pezón, instintivamente mis caderas se fueron moviendo buscando el contacto de su pierna, pero él no se movía.

Cuando con su lengua me toco el pezón, una descarga recorrió todo mi cuerpo, casi grito del placer, empezó a chuparme las tetas alternando una con otra, mientras que con una mano acariciaba la base de las mismas, con la otra seguía acariciando el vientre, cerca de mi monte de venus.

Quise quitarme el tanga pero él lo impidió, y comprendí que debería de estarme quieta y disfrutar, y vaya que sí lo estaba haciendo.

Después de llevar un rato besándome las tetas, me dio un beso en la boca, fue el beso más erótico que haya recibido.

Con una mano empezó a acariciarme la cara interior de mis muslos, rozando la tela del tanga.

A esa altura yo parecía una fuente, estaba muy mojada y notaba como el orgasmo se acercaba, pero de una forma diferentes a otros orgasmos.

Era más lento, más cálido, pero mucho más intenso, como si me fuese a cortar la respiración.

El cuerpo de Toni, o mejor dicho sus manos y su boca, parecía estar hecho para el arte de amar, era espectacular, la forma en que me tocaba y besaba.

Cuando por fin se fue acercando a mi entrepierna, mi respiración se aceleró, con mucha delicadeza apartó el tanga y me acarició los labios vaginales.

Un espasmo recorrió mi cuerpo y un gemido salió de mi alma, él acercó su boca a mi oído y de forma casi tímida, me dijo:

» Me encanta que estés tan mojada. Eso merece un premio.

Acto seguido se levantó… Me cogió en brazo y me colocó en la esquina del sofá, me quitó el tanga y se arrodilló ante mí.

Me abrió los labios y hundió su lengua en mi vulva.

Creí morir, ya no podía mas, su lengua encontró rápidamente mi clítoris y lo trabajó con una maestría sin igual, no llegué a los 20 segundos cuando noté que se me venía un orgasmo, era increíble y cuando estuve a punto de alcanzarlo, de repente dejó de lamerme, se detuvo, fue en el momento justo para que no llegase a tener el orgasmo, le pedí que siguiera pero él no lo hizo, sentía su aliento en mi clítoris pero no me tocaba, cuando de repente, volvió a hundir su cara en mi entrepierna.

No tardé ni 10 segundos en alcanzar el orgasmo más intenso que había sentido hasta ese momento.

Fue magnífico, increíble, creía que me desmayaba, comencé a gritar y gemir, tenía ganas de llorar y de reír, nunca pensé que se podía llegar hasta ese punto.

Como dije antes, me gustaba el sexo, pero ese orgasmo fue delicioso.

Acto seguido, se puso junto a mí y me beso, y uno de sus dedos se coló en mi vulva, y empezó un movimiento increíble, pero dónde demonios había aprendido a tocar así, era increíble, no hacía ni dos minutos que casi me muero de un orgasmo y me empezaba a venir otro, justo cuando me venía con la otra mano me pellizcó fuertemente un pezón y durante tres segundo detuvo el orgasmo, como si de una máquina fuese.

Cuando el dolor se pasó me sobrevino otra carga de placer, si cabe más intensa que la anterior, un rayo parecía que cruzase mi espalda.

No me lo creía. Intenté quitarle el pantalón y no puso resistencia, así que a la misma vez le bajé los pantalones. Cuando le vi su herramienta, no me importó que fuese grande, no es que fuese pequeña, pero entorno a los 16 cm, no era la más grande que había visto, pero cuando la toqué, si era la más dura, era una auténtica roca.

Sin pensármelo me la metí en la boca, y él con una fuerza y delicadeza increíble me colocó en postura de 69.

Esta vez, me concentraba en chupársela bien, para que disfrutara, pero me era casi imposible, ya que volvía a sentir la venida de un nuevo orgasmo.

Este tío es increíble.

De repente, noto como su lengua pasa de acariciarme los labios al agujero de mi ano.

Notaba como en un principio era suave, pero después de convirtió en un masaje con su lengua duro e intenso, mientras con unos de sus mágicos dedos «tortura» mi clítoris.

Lo que creí que no conseguiría, no tardó en llegar, de repente noté como su respiración de aceleraba y como su pene empezó a soltar chorros de caliente esperma, la verdad es que con la fuerza que eyaculó, aunque fuese dentro de mi boca, me sorprendió.

No dejé de chupársela y como he hecho otras veces la dejé muy limpia, pero a diferencias de otras mamadas, su pene pareció que se ponía más duro, en vez de quedarse flácido. Cuando quise levantarme, él me lo impidió y siguió con lo que hacía así que no tarde en tener otro orgasmo.

Y era el tercero y cada vez me lo hacía llegar de formas diferentes.

Cuando creí que pararía se levantó, se terminó de desnudar y me tumbó bocarriba, me puso un cojín en mis caderas y levantó mis piernas y se las colocó en sus hombros.

Se cogió su pene y lo paseaba por entres mis labios.

De repente y de un solo empujón me introdujo su pene.

En ese momento me cortó la respiración y empezó un movimiento suave pero constante.

Cada cierto tiempo la sacaba y la volvía a meter de un solo golpe.

Eso hacía que las sensaciones me llegasen de golpe, al igual que cuando me pellizco el pezón, de nuevo estaba en el cielo, me parecía increíble, él aceleró el ritmo y notaba como me llegaba el orgasmo, notaba como él elevaba las caderas y me rozaba la parte superior de mi vagina, estaba alcanzando el cuarto orgasmo de la noche y notaba como él llegaba al clímax y alcanzamos los dos el orgasmo al mismo momento.

No me importaba que se hubiese corrido dentro, aunque tomo pastillas, nunca lo permito, pero él era diferente, a partir de ahora, lo vería distinto a como solía verlo.

Nos quedamos abrazados y nos dormimos, cuando desperté, me encontraba en su cama y eran las 16:00h, él estaba viendo la tele.

Cuando le miré a los ojos me dio vergüenza. Me preguntó si quería ducharme y le dije que sí.

Me dio una toalla y comencé a ducharme, mientras lo hacía me puse a pensar y no me creía lo de la noche anterior.

Como Toni, hizo que me sintiese en la gloria, es increíble como me tocaba, como hacía que yo disfrutase, me pareció a parte del mejor amante que he tenido con mucha diferencia, el más generoso.

Mientras me duchaba, no me excitaba, simplemente me sentía llena y saciada.

Cuando me estaba secando, comprendí el secreto de Natalia y el porqué de su enamoramiento con Toni y me vino a la mente como un rayo de luz, una frase que dijo durante una reunión:

» Cuando encontréis a hombre que os haga disfrutar de verdad, guardarlo como el mejor de los secretos, ya que las mujeres somos muy envidiosas.

Todas nos reímos de aquella frase, pero la condenada llevaba razón y sabía de que hablaba.

Cuando salí de la ducha y me disponía a marcharme, Toni me dijo que si no le importaría tener un encuentro más con él.

Yo no lo dudé y le dije que cuando quisiera y me dijo que el lunes me llamaría e iríamos a un hotel, donde me trataría mejor de lo que lo había hecho.

Nos dimos un beso en la mejilla y me fui para mi casa.

¿Sería posible que me hiciese sentir mejor?

Yo creo que es imposible, aunque si el lo ha dicho, no tenía por qué no creerlo.

Así que esperé que llegase el lunes, pero mientras llegaba me sentía la mujer más feliz del mundo.