Capítulo 2
- Oportunidades que te da el trabajo I
- Oportunidades que te da el trabajo II
Después de ese día comenzó una constante comunicación por medio de mensajes, como si fuéramos dos adolescentes, buen dia amor, cómo estás, besitos, etc.
Empezamos a vernos furtivamente, en diferentes lugares poco transitados en su camioneta, cada vez que nos veíamos, platicabamos de cualquier cosa, pero el punto central eran los apasionados besos que nos dábamos y ella me decia que deseaba nuevamente la cogiera, que le encantó como fue ese día.
La verdad siendo sincero ella fue la que hizo todo, ella me mamó el pene, se puso encima y se lo metió y se movió a su gusto, pero me agrada escucharla decir que le gustó como me la cogí.
Cada vez que nos veiamos eran momentos muy cortos, quizá solo media hora, no podía ser más, debido a que su esposo estaba en la ciudad y estaba en casa por las mañanas y por la tarde salía a su trabajo, asi que solo podíamos vernos poquito tiempo cuando iba por sus hijas a la primaria.
Lo que si lo aprovechábamos bastante bien, a parte de los besos apasionados metia mi mano debajo de su blusa y debajo de su bra para agarrar con firmeza sus pechos, ya no tan firmes como los tendría una jovencita pero que sin duda me provocaban placer, tambien metia mi mano en medio de sus piernas y sobarle su sexo aunque fuera sobre el pantalón, podía notar su grado de excitación debido al calor que mi mano sentía al sobarle esa zona.
En fin así pasaron varios días, obviamente no eran todos los días, por el mismo tiempo y además por mi trabajo, que a veces me encontraba muy retirado.
Hasta que un dia viernes me dijo, mi esposo va a estar fuera, se va el lunes que viene por la tarde y regresa el miércoles, sentí que algo me recorrió, estaba cerca nuevamente la oportunidad de volverla a poseer, no niego me gusto ese primer encuentro no solo por tener sexo, sino por lo decidida y fogosa que era ella, la forma en que explotaba al sentir su orgasmo, en fin, asi que a partir de ese momento mi mente se ocupó en esperar ese dia, y lo esperaba con ansias, ella me dijo, te espero como ese dia a la misma hora.
Como lo pensaba y lo sigo pensando, las oportunidades que el trabajo da, mi esposa confiada de que yo salía a trabajar, sin saber que que en el mismo trabajo me surgió esta oportunidad.
Llegó el martes, como siempre salí de casa al trabajo, ¿trabajo? ¿Cuál trabajo? Me iba a disfrutar esa mañana con esa rica mujer que me esperaba, me imagino que ya estaba húmeda al saber que yo llegaría y me la cogeria, lo bueno es que yo podía controlar las visitas a los domicilios con los clientes, es decir, yo concertaba las citas con los clientes, y obviamente el martes por la mañana no hice cita, así que tenía la mañana libre para darle a esa mujer lo que quería.
Como a una cuadra fuera de la colonia estacione el carro, le dije que ya había llegado, ella me dijo, ahorita bajo y abro, tu solamente llegas y empujas la puerta, procura no ser visto, donde ella vivía era una colonia, donde por sus calles casi no transitaban vehículos ni gente ya que era una colonia cerrada, es decir no se comunicaba con ninguna otra colonia.
Llegué a la casa, una casa de dos pisos, empujé la puerta y entré inmediatamente, la cerré tras de mí, había un espacio no techado para su camioneta y luego se encontraba la casa, y ahí estaba parada en la puerta de la casa, me miró y su sonrisa le iluminaba toda la cara, no podía ocultar su felicidad, yo me dirigí hacia ella, quedé frente a ella e inmediatamente me abrazó y me empezó a besar muy apasionada y exitada, asi abrazándome me introdujo a la casa y cerró la puerta, para ese momento mi pene ya estaba erecto, firme, esperando el momento de entrar a esa vagina.
Ella me dijo, sabes por un momento pensé que no vendrías, pero estas aquí, ven, y me tomo de la mano, me condujo hacia las escaleras y me llevó a su recámara.
No se si les haya pasado pero tiene algo de particular y de excitante hacerle el amor a una mujer en su propia cama donde duerme con su marido, ah y déjeme decirles que su esposo es de esas personas que se sienten superiores a los demás, el día que instalé la antena, me di cuenta, me mandaba como a su trabajador, de forma déspota, así que cogerme a su mujer y en su cama daba un toque de venganza.
Ahí los dos en la habitación nos abrazamos y nos besábamos muy apasionadamente, este encuentro era diferente al anterior, ahora los dos sabíamos lo que pasaría, así que le di vuelta para poder tomar sus pechos, y ella empujaba su cadera contra mi y sus nalgas se acomodaban para tener mi pene entre ellas, yo la besaba en el cuello, baje mis manos a su cadera para jalarla mas a mí, y ella me dijo, que rica esta tu verga, la siento grande y dura, yo aproveché y pasé mi mano a su entrepierna, pude notar que estaba super excitada, su humedad atravesaba el pantalón, subí mis manos y desabroché su blusa dejándola en bra, le di la vuelta y besé su rostro, su cuello y bajé besando lo que estaba desnudo alrededor de sus pechos, ella no podía contener sus tímidos gemidos.
Ella no aguantó mas y me desabrochó el pantalón, abrió el cierre, se puso hincada, bajo el boxer dejando libre y frente a su cara mi verga, lo vio, lo tomó con su mano y me dijo me encanta tu verga y lo metió en su boca, dándole unas mamadas como desesperada, yo fascinado pensé si sigue asi me va a hacer eyacular en su boca y me encantó esa idea.
Era tan rico como lo hacía que estaba a punto de echarle la leche, cuando ella me dijo quiero que me des tu leche, y continuó mamándomela que comencé a eyacular y ella recibiendo cada chorro, no lo dejaba escurrir, todo lo contenía en su boca, cuando mi verga dejó de eyacular ella lo sacó de su boca, con mucho cuidado para no derramar ni una gota de mi semen, se levantó abrió su boca para que viera que ahi tenia mi semen y se lo tragó, y me dijo, que rica leche me acabo de tragar.
Eso me encantó. Me quité la ropa, ella hizo lo mismo, se tendió en la cama dobló sus rodillas y abrió sus piernas mostrándome su vulva, y se agarraba sus pechos ofreciéndomelos, se dio la vuelta se puso a cuatro patas con las piernas abiertas y me dejaba ver todo su trasero y se meneaba como gata en celo, nuevamente se dio la vuelta se abrió de piernas y me dijo ven yo comencé a dirigirme hacia ella y me detuvo cuando mi cabeza estaba a la altura de su vulva, puso su mano encima de mi cabeza y la bajo para que yo le lamiera tan tica vulva, y así lo hice, era tan deliciosa, tan mojada, lamía y lamía su clítoris, para entonces mi pene ya se había recuperado y se ponía duro de nuevo.
Yo seguía lamiendo con firmeza y al mismo tiempo meti dos dedos en su vagina, ella gemía locamente, de repente quería separarme, pero yo no deje que lo hiciera, y me decía ven, dame tu verga en mi vagina pero yo no le hice caso, ahora yo tenía el control y le lamí el clítoris fuertemente y movía mis dedos vigorosamente dentro de su vagina ella trataba de cerras sus piernas al sentir lo que mi lengua y mis dedos le hacían y me decia ven por favor méteme tu verga la quiero dentro, pero no le hice caso y continué lamiendo y moviendo mis dedos en su vagina y de pronto gritó y comenzó a temblar toda, estaba teniendo un enorme orgasmo yo aún me empeñé más en mover mis dedos y lamerla.
A continuación de ese grito, siguieron una serie de gemidos que me hacian volar. Poco a poco se fue relajando y yo deje de lamerla y retiré mis dedos, y subi hasta encontrarme totalmente encima de ella y besarla, ella me dijo eres un cabrón te pedí tu verga y yo la interrumpí diciéndole a poco no te gustó y ella me dijo ¡siii! Nunca había sentido esto que me acabas de hacer sentir, lo que me iba a perder, graci ¡ahhh!, no deje que terminara de decir gracias cuando en un solo movimiento le meti la verga, eres un cabrón, avisame, pero no le hice caso y comencé a moverme y ella a responder pasando sus manos por mi espalda las bajó y se detuvo en mis nalgas y las jalaba para meterse aún mas mi verga, yo con movimientos metiendo y sacando de forma continua, empecé a ver como iba en aumento su sentir por lo que la sujete fuerte la cogí con fuerza y movimientos rápidos cada metida la hacia con fuerza que podía sentir que mi pene llegaba al fondo de su vagina, claramente podía sentir su cervix y en cada uno de ellos ella gemía con fuerza.
Me decía eres un cabrón pero que rico me coges, eres mucho mejor que el pendejo de mi marido sigue metiéndome tu verga me encanta.
Mis manos estaban debajo de ella sujetando sus hombros para impulsarme con fuerza y meterle mi vega hasta el fondo hasta que comenzó a temblar por este nuevo orgasmo que me excitó más y yo no paraba de empujarme contra ella y empecé a venirme y se lo dije, y ella me dijo, si dame todo, sigue así, dame tu deliciosa leche, me ¡encantaaaa!. Seguí con mis movimientos aún más fuertes a causa de eyacular.
Siempre quise hacer algo así, someter a una mujer y meterle la vega con fuerza, creo que es algo que todo hombre quiere hacer.
Nos detuvimos los dos con respiración agitada fue realmente una gran experiencia, ella me decía que nunca había sentido algo así, que ha tenido los dos mejores orgasmos de toda su vida. Me besaba tiernamente a manera de agradecimiento. Sintiendo ella aun mi verga en su jugosa vagina, de repente movia sus caderas para sentirla dentro, y no dejaba de decirme, que rica verga tienes, vas a tenerme que coger mas veces, yo solo sonreí, en eso estábamos recuperandonos de tan efusiva cogida…
El relato aún continúa, por que déjenme decirles que lo que pasó a continuación nunca pensé que me sucedería.
Continuará
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