Nunca pensé que pudiera tomar el culito de mi cuñada

Eran las fiestas del lugar donde vive mi novia y su familia por lo que yo fui allí a pasar los días ya que vivo a 30 Kms. de distancia.

Uno de los días estábamos comiendo en casa de mis suegros, para que me entendáis, ya que los dos hermanos de mi novia tienen casas compradas en su ciudad, aunque no están viviendo todavía definitivamente.

Todavía no había llegado nadie mas que mi novia y yo, estábamos poniendo la mesa en lo que se abrió la puerta y aparecieron sus hermanos con las respectivas, y la verdad es que alguna vez me había fijado en ellas, una de ellas tiene unos pechos de muerte es la que mas me excita y ando detrás de ella pero todavía no he conseguido nada y no sé si lo conseguiré, y la otra no está mal es delgada, pechos tirando un poco a pequeños y un culo de infarto.

Nos saludamos y nos sentamos a comer en lo que a mí me tocó entre mi novia y mi cuñada la del culo precioso, se llama Eva.

Una vez comiendo noté como un pie se ponía encima del mío y empezaba a hacer piecitos, me pareció algo extraño y disimuladamente miré hacia abajo y vi que el pie era de mi cuñada Eva, la miré, me miró y me sonrió.

Yo me quedé un poco asombrado ya que no esperaba esta reacción de ella.

Una vez que terminamos de comer empezamos a tomar el café y la casa de mi novia es un dúplex y me levante para ir al baño pero resulta que el de abajo estaba ocupado y me fui al de arriba.

Estaba colocándome el pantalón y abrí la puerta abrochándome la bragueta cuando para mi sorpresa estaba Eva allí y me miró y dijo: «Estoy deseando estar un día a solas contigo para probar como funcionas que me han dicho que follas muy bien» a lo cual yo me quedé asombradísimo.

Volví abajo y no pasó nada mas interesante.

Pasaron los días y coincidió que teníamos una boda por parte de mi novia y era en la ciudad en la que yo vivo pero me dijo mi cuñado que no se iban a quedar que me fuera yo a dormir a su casa que tenía sitio y así nos quedábamos de fiesta en su ciudad, a lo cual accedí.

En la boda no pasó nada relevante respecto a mi cuñada pero sí hacia una invitada que ya contaré en otra ocasión.

Una vez de vuelta en la ciudad de mi novia nos fuimos a la casa de una hermana de mi cuñada Eva que vive allí, es un chalet con jardín y estaban todos los hermanos de Eva, una amigo de mi cuñado Pedro y nosotros.

Todo iba transcurriendo normal hasta que dijo Eva que quería irse para casa que estaba cansada al igual que mi novia. Bueno pues nos fuimos los tres ya que Eva vivía al lado de su hermana y a su vez Bea, mi novia, vive cerca de Eva.

Pasamos por casa de Bea a dejarla, me despedí de ella con un beso en la boca le dije que al día siguiente la iría a buscar para desayunar. La cuestión fue que Eva y yo nos quedamos solos.

Andando para su casa no pasó nada, ni siquiera salió el tema de lo que pasó hacía dos días.

Pero cuando llegamos a su casa yo me iba a echar en una habitación al lado de la su suya, nos despedimos con un hasta mañana y sin darme cuenta me había dado un beso en la boca y estaba sonriendo.

Yo me fui a la cama aturdido, sin poder dormir, noté que la puerta se abría despacio, yo me hice el dormido y vi que entraba mi cuñada, abría la cama y se metía conmigo en ella, me giré para donde estaba ella y nada mas darme la vuelta me plantó un beso en los labios a lo que yo enseguida respondí introduciéndole mi lengua en su boca.

Estuvimos un buen rato besándonos y mientras lo hacíamos deslizaba mi mano sobre su fina piel, al llegar a los pechos le levante el sujetador y empecé a monesarlos, a amasarlos, mientras ella me abraza y deslizaba sus manos sobre mi espalda.

Fui bajando poco a poco y le comí los pechos un buen rato y baje hasta llegar a su conejo y a quitarle de un tirón el tanga que llevaba, la abrí de piernas y le lamí su concha, que por aquel entonces estaba muy pero que muy mojada.

Nos dimos un revolcón en la cama y quedó ella encima de mi, me empezó a comer el pecho y fue bajando poco a poco hasta llegar a mi slip, que por cierto estaba a punto de romperse ya que tenía la polla a reventar.

Me lo bajó y me empezó a masturbar y cuando vio que estaba gozando bajó su cara y me la empezó a comer, nunca me habían hecho una mamada tan buena.

Le cogí la cabeza y la atraje hacia mí, la empecé a besar y se sentó sobre mi pene introduciéndoselo por su jugoso chocho.

Se movía a un ritmo tranquilo, soltando un gemido cada vez que se la introducía.

Me dijo que nunca había notado nada igual, era tal el estado de excitación de los dos que fue aumentando el ritmo, con ese ritmo no tardó mucho en llegar al orgasmo y yo casi, pero paró y me dijo que quería que se la metiese por el culo a lo cual yo accedí gustosamente, ya que como os había dicho antes tiene un culo precioso.

Se puso a cuatro patas en la cama, le comí la concha y me acerqué a su culo y se lo lamí, Bea no aguantaba mas y me estaba suplicando que se la metiese.

Me puse detrás de ella y poco a poco se la fui metiendo hasta llegar hasta los huevos.

Me moví al principio despacio, yo notaba que ella tenía sensación de gusto y de dolor al mismo tiempo.

Seguí metiéndosela pero cada vez mas rápido, ella no dejaba de gemir de placer a lo que aumente mas el ritmo, la agarraba por sus caderas y de vez en cuando le da un azote en el culo, a lo que la muy zorra respondía soltando mas y mas gemidos.

Después de un rato en esa posición me corrí dentro de su culo.

Me eche en la cama y ella al lado mío apoyando su cabeza en mi pecho y notaba que todavía estaba caliente ya que estaba jugando con mi polla.

Esta al poco se puso otra vez tiesa y se la empezó de nuevo a comer.

Yo no hacía mas que gemir y mientras me hacía la mamada yo de estaba metiendo los dedos en su chocho. Al final los dos llegamos a corrernos a la vez pero ella se comió todo mi semen e incluso estuvo lamiéndome la polla hasta no dejar ni una gota.

Sin más recogió su ropa interior y se fue a la cama.

A la mañana siguiente yo me levanté me fui a recoger a mi novia para desayunar y a la hora de la comida coincidí otra vez con mi cuñada en casa de mi novia. Estuvimos hablando normal como si nada hubiera pasado.