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Lucia una mujer casada mantiene relaciones sexuales a través del teléfono

Lucia una mujer casada mantiene relaciones sexuales a través del teléfono

Eran las 4 de la tarde

Lucia estaba en el salón, tumbada en el sofá, adormecida viendo uno de esos programas insípidos de la tarde, mientras su marido se acababa de ir a trabajar.

De repente llamaron y Lucia se sobresaltó.

Hola Javier

Que tal dijo el?

Bien pues ya ves, descansando un poco.

Pues mira por donde yo me he dicho:

Voy a llamar a Lucia igual tiene ganas de pasar un rato agradable conmigo.

Pues la verdad es que te he echado mucho de menos y desde la semana pasada ya te tenia yo también ganas.

Bueno pues si te parece nos quedamos en tu casa hoy.

Vale, aunque tengo que decirte que el último día me puso muy cachonda hacerlo sobre la mesa de tu despacho.

Por cierto: Te he comprado un portalápices nuevo, este no es de cristal, así no podrá romperse.

¿Has echado la llave por detrás de la puerta?

Si claro no nos vayan a pillar

Sin más preámbulos Javier se sentó en el sofá junto a Lucia.

Esta se puso cómoda, se tumbó en el sofá apoyando su cabeza en el reposa brazos, mientras subía su pierna derecha al respaldo del sofá y reposaba la otra sobre la mesilla situada a su izquierda dejando así vía libre a todo su flanco central.

Iba ligerita de ropa: camiseta de tirantes bastante holgada pues era de su marido y unas preciosas braguitas blancas.

Javier sin pensárselo dos veces se sumergió entre sus firmes muslos y subiendo despacio hacia su entrepierna le dijo:

Umm que bien hueles me encanta tu olor.

Mientras apretaba firmemente con su mano sobre las braguitas de Lucia, sintiendo así traspasar su calor.

Javier dejó colar suavemente su lengua por el lateral de sus braguitas, rozando así su bello .

Se colocó de rodillas entre sus piernas y con las dos manos le tiró suavemente de sus braguitas con la intención de desprenderse de ellas mientras con un gesto le indicaba que subiera su culito para facilitarle la faena.

Javier empezó a comerle todo su sexo, mientras Lucia permanecía con la espalda arqueada, Javier mordisqueaba sus labios y con la puntita de su lengua jugueteaba con su clítoris.

Lucia empezaba a inquietarse, pues estaba cachondísima, este siguió jugueteando hasta ponerla a mil por hora, entonces se oyó gritar a Lucia:

Métemela toda hasta el fondo, no puedo más, me tienes cardiaca perdida.

Javier puso su lengua dura y se la metió lo más fuerte y dentro que pudo moviéndola a buen ritmo como si de un gran pene se tratara.

Hasta que notó a Lucia corriendo por su lengua, con ese sabor tan especial que la caracterizaba, delicado y salado a la vez.

De pronto Lucia cogió la cabeza de Javier entre sus manos y descansando ya la espalda sobre el sofá lo acercó a su boca y le dijo:

Bésame y déjame probarme.

Se fundieron en un gran beso, mientras parecía que Lucia intentaba recuperar son su lengua todos sus fluidos, mientras ella se reponía del clímax, Javier se incorporó para quitarse la ropa, una vez desnudos los dos prefirieron dirigirse al dormitorio.

Lucia de un pequeño empujón dejó a Javier sentado en el borde de la cama, mientras se le encaramaba con una pierna a cada lado de cara a el.

Se le sentó encima para poder sentir el calor se sus sexos rozándose, mientras este introducía sus duros y pequeños pezoncillos en su boca, succionándolos con suavidad y acariciándolos con su lengua.

Lucia empujó de nuevo a Javier dejándolo así tumbado en la cama, fue ella quien se puso entonces de rodillas en el suelo para comérsela, sólo que Javier la hizo retirar enseguida para no excitarse demasiado y poder así aguantar más tiempo sin correrse.

Lucia lo montó sin pensarlo dos veces, el cabezal de la cama era de espejos y a Lucia le ponía muy cachonda mirarse en el espejo y a la vez poder ver reflejada la imagen de esa enorme polla entrando y saliendo de su coño.

A veces se ponía en cuclillas para poder contemplar mejor, pero realmente su mayor excitación la conseguía rozándose contra el.

No pasó mucho rato pues Lucia ya iba muy salida, así que Javier enseguida escucho su típica frase:

Ummmmm no pares ahora, por lo que más quieras me voy, o Dios!!!

Que enorme placer!!!.

Al terminar ella, quedó tumbada sobre el escuchando su corazón palpitar.

Ahora fue Javier quién tomó la iniciativa.

La cogió por la piernas y arrastrándola por la cama la situó en el borde.

Este le dijo:

Ponte de pie en el suelo y apoya tu cuerpo sobre la cama ahora vas a gozar de verdad.

La agarró por las caderas y la penetró desde atrás

Lucia podía sentir así como esa gran verga dura le rozaba el clítoris vagamente y sus huevos golpeaban contra su culo.

Javier de vez en cuando le daba un cachete en los carrillos mientras ella le gritaba:

Más fuerte, más fuerte.

Javier le daba con todas sus fuerzas mientras tiraba de ella por la caderas, el tenía miedo a hacerle daño, sin embargo Lucia cada vez le pedía más.

Hasta que Javier sin poder contenerse más descargó toda su acumulación de placer en un enorme chorro de semen que ahora Lucía notaba correr por su interior.

Después de una intensa y larga hora de sexo se tumbaron en la cama sintiendo aún palpitar, permanecían de costado y Javier abrazándola por detrás volvió a introducírsela en la vagina quedándose así los dos dormidos.

Hasta que sonó el timbre de la puerta.

Lucia se sobresaltó y fue corriendo hacia la puerta.

Al ver que era su marido retiró las llaves de la cerradura y le dejó entrar.

Este se extrañó y le dijo:

Que haces desnuda cariño?

Tenia calor y me quedé dormida desnuda.

Jaime se dirigió al dormitorio para ponerse cómodo, sobre la cama aún deshecha encontró el inalámbrico.

Al cogerlo para dejarlo en su sitio percibió que estaba caliente, no le dio más importancia, de no haber sido por que a Lucia no le había dado tiempo de borrar la última llamada entrante.

Jaime vio que el número en cuestión empezaba por 91 y eso le mosqueó.

Jaime le preguntó:

Quien ha molestado a mi linda mujercita mientras dormía?

A lo cual ella respondió:

La pesada de mi madre como siempre.

Jaime no dijo nada

Pero en ese momento fue consciente de que su mujer le engañaba con alguien por teléfono.

Eso le excitó muchísimo pues nunca hubiera imaginado a su mujer capaz de hacer algo así y aprovechando que aún estaba desnuda se la folló allí mismo de pie contra la pared.

Joder con Lucia, quien le hubiera dicho unos horas antes que esa misma tarde se iba a correr cuatro veces?.

P.D: Por cierto: Esto es ser infiel?

¿Qué te ha parecido el relato?