Capítulo 1
La reunión familiar estaba llegando a su fin, la bebida había corrido tupido sobre nuestros cuerpos, lo que no impidió ver a mi mujercita, mirar a un pariente de mi cuñada de manera «rara», esa fue mi primer duda, las miradas se habían cruzado y ese «algo más» carcomía mi espíritu,! eran celos! , mi mente pasaba imágenes de llamadas «equivocadas» , de preguntas sin respuesta, de paseos de compras, todo me llevaba a que !era cornudo!, la zorra se cagaba en sus tres hijos, en mi amor, mi cuidados de trato recatado, !No lo quería creer!, dormí con bronca a su lado, levantando temprano organice en mi taller, instrumentos de control sobre el teléfono, grabadores, buscador de números entrantes, me dieron la prueba, la zorra se había entregado, se seguía entregando.
Comentando a Laura (una amiga de Internet) me dio algunas ideas, igual le hice las recriminaciones del caso , a las cuales en llanto me pedía perdón, hasta llegar a echarme la culpa por hacer el amor por compromiso, que no lo iba hacer más.
No le pegue, esa noche, la cogí como a las putas, sin asco le hice mamar la pija, extrañándome la profesionalidad en hacerlo, lamiendo y chupando como un gran zorra, me daba la pauta de que lo era y hacía rato, quede extenuado, pensando en que hacer con la madre de mis hijos, puta de cuidado, el control me marco las llamadas y en las grabaciones salían las pruebas de que continuaba con el asunto por lo menos con el de las miradas «raras» , le rompí las entrevistas con visitas a destiempo en casa y a la noche la refregaba como lo que era, primera vez que escuchaba en gemidos de aprobación y orgasmo de goce la empalada , aprobando mi trato de puta que le hacia, llegando a tragar mi semen con deleite , con esa cara de satisfacción, que las putas ponen cumpliendo su tarea.
Nada quedaba de la recatada madre, se prestaba a todas las posiciones, su culo se abría con mis dedos y aceptaba la enculada, por cuestiones de trabajo no pude llegar a cortar su salida del viernes, sabiendo donde era el lugar, llegué a verlos salir del motel, !seguía de puta!
Mi consentimiento al no matarla, era evidente, !cornudo ! !consciente!, ¿ahora que diría? la espere en el living, recriminándola, negaba todo, en llantos hipócritas, culpándome de celoso, se encerró en el baño, mientras desde la puerta le indique cada orden grabada por el «pata de bolsa» en cuestión , aceptada por la puta zorra madre de mis hijos, el cruce indicado, el motel indicado, la pieza indicada, el auto que salieron, le pedí antes de irme que se lavara bien.
Con cara de sumisa se presento en la pieza, un papel a su medida de gran actriz , desarrollado excepcionalmente, bajo mi ira, convencido de que era el culpable por no atenderla, culpable por no refregarla fuerte, !culpable! por no querer usar anticonceptivos y medir las relaciones, en definitiva era !CORNUDO Y CAUSANTE DE SERLO! , razonando un poco me di cuenta que podría haber sido culpable, pero ahora ella era una puta y zorra, no le veía posibilidades de evitarlo, como me dijo Soledad calme mis ánimos y la hice mamar, ella creyendo que estaba en sus manos lo hizo como lo que era, una zorra profesional, acabar en su garganta y hacerle limpiar, exalto mi ego, trate de evitar la imagen en mi mente de que lo había echo con su amante, bajando la erección la acosté, le pedí el gel anticonceptivo que ella tenia en la cartera a lo que puso cara de sorpresa, rápidamente borrada por su cara de sumisa absoluta, ella misma se lo puso en sus vagina, mientras mis dedos entraban y salían de su gran cueva , acariciando con el pulgar su clítoris , sintiendo en su cuerpo la ebullición de una calentura , que hizo a mi falo elevarse nuevamente, resbalando en sus labios (como me enseño Laura) la fue calentando, puesta en cuatro patas, mis testículos golpeaban sus nalgas, practicando el entre y saca al limite del retiro total y entre al fondo, pensé en su culo que apretaría más mi falo, puesto que pese a hacerle cerrar las piernas su concha enorme podría aceptar otra pija más sin inmutarse, tome mis dedos y le fui dilatando el esfínter que a mi sorpresa se fue abriendo , igual la satisfacción de culearla era mejor y el gozo en mi falo también, no lo hice como la vez anterior de «pura bronca» lo hice calmado buscando mi goce, enculada tomaba sus senos refregándolos , pensando que era la piba de la casa vecina, una pendeja divina (lista para ser mujer), pensando en ella acabe dentro de esos intestinos de una zorra conocida (mi mujer).
El sábado no fuimos a trabajar, las llamada del mediodía , era de su amante, como buena puta, ni siquiera considero cuidarse en lo que decía, muy suelta le pidió que esperara unos días, que después lo haría temblar como a él le gusta, esa tarde guarde el primer cassette , etiquetándolo , !¿Cornudo culpable?! .
Esa tarde los chicos volvieron cansados de la Colonia del Club, nos encontramos en la cama y fue ella (la muy puta) que empezó a acariciar mi falo y chuparlo, ahora se me monto sobre el y cabalgo , como las jineteras cubanas, su concha enorme dejaba a mi pene sin fricción , la que lograba refregando sus paredes, esta concha en verdad recibía a mi falo como un aperitivo, pare sus saltos y usando su culo nuevamente acabe en él (en definitiva quería gozar y eso me satisfacía) el Domingo la pasamos en familia, visitamos Chapultepec , al ver las camas francesas rodeadas de espejos, se me ocurrió comprar un consolador a la medida de la concha de mi esposa, saliendo del palacio, fuimos a la zona rosa donde conocía un Porno shop, allá fue la zorra conchuda llevando a los chicos a un negocio de golosinas, mientras hacía la compra del aparato en verdad grande , junto con otro denominado» el suplemento» que colocado sobre el propia falo , lo hacía un enorme pene a igual que el consolador vendido, eran mis juguetes.
Esa noche ella empezó el juego, zorra mamó mi falo con destreza de puta, mis juegos en su enorme concha la lubricaron, se puso en cuatro patas pidiendo que la culeara , está vez lo hice ya su culo se dilataba rápidamente, el «juguete» en su vagina fue entrando , ella misma lo ayudo a meterlo, ahora los gemidos eran de una «zorra satisfecha» siguiendo ella misma con el consolador en su vagina, puse «el suplemento» en mi pene y blandiéndolo le saque el consolador, un poco más grande en tamaño , su cara de satisfacción era inocultable, gemidos de alegría, brotaba de su garganta, hasta que ya totalmente fuera de sí, ante la inminente acabada, gritaba !Bien Carlos! !Así! !Así! , el tal Carlos era su amante, por lo visto que calzaba algo similar, igual Cornudo ese polvo, fue en verdad espectacular, todo era cuestión de Tamaño
Me intrigaba el «tamaño» del tal Carlos, organice una filmación y transmisión vía Internet en mi cuarto, dado que mi puta señora, estaba totalmente emputecida, creo con las ganas de hacerlo, más que con algún hombre en particular, invente un viaje a Acapulco por trabajo, yendo en verdad al taller donde desde la computadora registraba los movimientos del dormitorio, esa misma noche, a las dos de la madrugada, dos horas después de una conversación con mi señora, donde me decía cuanto me extrañaba , que no tuviera celos, que me esperaba pronto, para seguir estos momentos de sexos.
El tal «Carlos» entro a mi habitación por la ventana que da al patio, ella lo ayudo, cuando estuvieron de pie junto a la cama se desnudaron mutuamente, el falo dormido en verdad era más grande que el mío,
ella lo empezó a mamar , besándole los testículos y posando su lengua en la barra llegaba a la punta que acariciaba movimiento rápidamente su lengua cual víbora en busca de sensaciones, ahora en su plenitud, proporcionándolo con el pote del gel anticonceptivo que ella tenia en sus manos mientras el con sus dedos la lubricaba y protegía, era aproximadamente un veinte por ciento más que el mío.
El juego en su vagina empezó, bailaba esa pija, en la gran cacerola, un entre y saca por minutos, con las piernas cerradas , no la hizo gemir una sola vez, ella misma el alcanzó mi adaptador, que el desgraciado se puso sin preguntar, ahora si sentían los gemidos, la puta gozaba, la sorpresa mía fue cuando era ! Oscar! mi nombre el que resonaba , Zorra como pocas , el interrogante llego a mis oídos ¿mi mujer era una enferma de fiebre uterina?.
Por ahora soy cornudo y ella una gran puta, etiquete el CD , «En la cama del cornudo».