Un día bañándose en una alberca se fija en Scarlett una chica bien caliente
Esto sucedió hace tiempo, en un verano caluroso.
Mi amigo Fermín me invito a ir bañarme en una alberca que tenían en el campo, era una balsa de agua que utilizaban para regar mediante tubos unas tierras alrededor.
Llegamos sobre las 4 de la tarde bajo un sol abrasador, allí estaba Vicente, un hermano mayor de Fermín y Scarlett una hermana que tendría unos 18 años.
Al llegar, Vicente increpo a Fermín y le dijo que como llegaba tan tarde, que su papa les estaba esperando hacia rato en otro finca.
Fermín trato de disculparse diciendo que venia conmigo pero su hermano se enfado aun mas y le dijo que se subiera al tractor y se fuera con el, que no había tiempo ni de bañarse y cuando terminaran regresarían conmigo.
Así me quede a solas con Scarlett, que permanecía tumbada en una pared de la balsa sobre el cemento del canto de la pared tomando el sol, «báñate si quieres», me dijo, sin mucho entusiasmo, pues parecía ignorarnos a todos.
Así empece a bajar por la escalerilla, pero el agua estaba muy fría, ya que salia de un pozo subterráneo cercano y me senté sobre el poyete con los pies solamente en el agua.
Empece a mirar a Scarlett, hasta ahora nunca me había fijado en su físico pues era mas bien feota de cara y vestía ropa vieja y muy amplia que no le destacaba nada.
Ella estaba a unos dos metros de mi a mi derecha tumbada sobre uno toalla con los pies hacia donde yo me encontraba y boca abajo por lo que no podía verme.
Llevaba puesto un bikini, apretadito como si fuera de una talla menos y gastado, y movía las piernas distraida.
Entonces observe su culito redondito y cuando movía las piernas podía adivinar la apertura de culo como se abría paso hacia su sexo, me quede ensimismado mirándole sus piernas, su trasero y su espalda.
Era preciosa, vaya con Scarlett pensé para mis adentros.
Al ver que no me bañaba, me dijo «Que? esta fría, eh!. » Le dije que si y me dijo si le podía poner crema por la espalda, que ella no llegaba.
Asentí y ande los dos pasos hasta donde estaba ella, mientras se quitaba la tira del sujetador del bikini, me ofreció el botecito y empece a untarle en la espalda, mientras la calentura que estaba cogiendo hacia que mi verga aumentara de tamaño a cada segundo.
Seguí untando su espalda de crema y me dijo que le untara también las piernas, yo, muy cortado no me decidía a que parte de pierna untar y le miraba la braguita en los pliegues que hacia en la parte donde se unen el culo con el chocho.
Entonces se volvió creo que pare ver que estaba haciendo y vi el bulto que hacia en el bañador mi verga a punto de estallar, al volverse se le cayo a un lado un poco la parte de arriba del bikini mostrando una teta hasta la parte de la roseta, era preciosa, pequeñita, muy blanca y con el rosetón pequeñito y un pezón diminuto y puntiagudo.
Entonce sonrió, y mientras se reía me decía «Vaya! jeje, como estamos». Y llevo su mano a mi paquete y me palpo por encima del bañador. Entonces me dijo, «Ven».
Me cogió de la mano y me llevo donde había estado sentado yo antes pero ahora se sentó ella y me dijo que me pusiera en las escaleras que bajaban hacia el fondo de la balsa y hacia el centro, baje dos escalones hasta situar mi paquete frente a su cara.
Ella me bajo el bañador y me cogió la verga totalmente endurecida, tocándome con los dedos y haciéndome un suave masaje.
Hizo dos o tres movimientos de arriba a abajo con su mano y se la llevo a la boca empezando a succionar con gran maestría.
Yo creía volverme loco de placer y solo acerté con la mano derecha a palpar su tetita izquierda, que era muy suave tal y como había imaginado.
Mi excitación era tal que estaba a punto de correrme.
Ella se dio cuenta y se detuvo, pensó un momento y me dijo, claro, tu no llevas gomas, yo avergonzado dije que no.
Entonces volvió a reir y me dijo, «espera, vamos a hacer una cosa, métete entero en el agua».
Obedecí a pesar de lo fría que estaba y salí inmediatamente pues no se podía aguantar, entonces ella se estiro y cogiendo el bote de la crema y me embadurno toda la verga, entonces me agarraba la verga con una mano y jugaba viendo como se escurría por la mano como un pez.
Se quito la braguita del bikini y bajando un escalón se puso en pompa y ofreciéndome el bote de la crema me dijo que le untara con un dedo un poco el ojete.
Comprendí el juego y enseguida le embadurne el ano y un poco alrededor pero ella se agacho hacia atrás y agarrándome mi verga escurridiza se la acerco hasta el ojete, yo ya me lance, pero me previno, «ve muy despacito y con cuidado», entonces poco a poco empece a deslizar mi verga por su estrecho ano, ella gemía de dolor y se apretaba, como si fuera a cagar.
Así se fue deslizando poco a poco hasta que entro entera, ya ni notaba el agua fría que me cubría por encima de la rodilla.
Ella empezó a jadear ahora creo que de placer pues ya se había relajado y a mi me excitaba verle de refilón sus tetitas colgadas y me lamentaba de no podérselas chupar.
Ella acompañaba con sus movimientos de pelvis, marcando el ritmo, por lo que yo no hacia apenas trabajo, entonces se paro y me dijo que sin sacarla bajara otro escalón mas, yo pensé, esta loca, con lo fría que esta el agua entonces baje y aunque ella me acompañaba se escapo la verga resbaladiza de se refugio.
Ella también bajo su escalón y ya bajo el agua volví a meterla la verga grasienta de la crema y con restos de su culo, con tal calentura que ni el agua fría pudo aplacar mi calor, ella se estaba masturbando mientas se la metía pero enseguida me corrí antes de que pudiera hacerlo ella.
Saque la verga y pude ver bajo el agua como se expandía el semen y limpiándome la verga con la mano bajo el agua subimos el escalón y me dijo:
«Ahora, termina tu trabajo» y abriéndose de piernas todo lo que pudo me mostro ante mis narices el chochito que casi no había podio contemplar antes, y empece a lamerlo entero con mi inexperiencia hasta que me indico el punto exacto donde debía trabajar, su chochito estaba frio del agua pero despedía un olor magnifico, era néctar de mujercita, y tenia poquito pelo solamente había algo a los lados de la raja y pelón en las demás partes.
Así al poco tiempo Scarlett se corrió con mi cabeza entre sus piernas, gritando de tal manera que temí que alguien viniese a ver que pasaba, mientras gritaba me aprisionaba con sus piernas la cabeza pero yo seguía lamiendo su pildorita.
Por fin se relajo, me libero y limpiándose ante mi el chochito con la fría agua de la alberca se puso el traje de baño, al igual que hice yo.
Al poco tiempo vinieron sus hermanos en el tractor y Vicente me dijo que como es que todavía no me había bañado, pues no me había mojado la cabeza, yo pensado para mi «si tu supieras», le dije, no, es que esperaba a Fermín, mientras seguía en una nube, por la experiencia recibida.
Así transcurrió el día.
Ni que decir tiene que todos los días buscaba a Fermín para que me invitase a ir a su alberca, y de las pocas veces que conseguí ir de nuevo solo en un par de ocasiones coincidí con su hermana Scarlett, una de las veces estaba con una amiga suya y la otra vez que no estaba con nadie me ignoro completamente, ni siquiera un gesto de complicidad, creo que fue un día de calentura de Scarlett, o una fantasía o no se que fue, si puedo decir que aquella fue mi mejor experiencia de juventud por aquellas tierras.