Tania II

Hola, soy Tania, de nuevo los saludos, gracias por los conceptos emitidos por mi anterior relato, sigo con mi historia, en esta oportunidad les voy a relatar mi segunda experiencia con Arturo, la cual fue muy especial y otras cositas más, espero les guste.

Después de una semana de mi primera experiencia, Arturo comenzó a insistir en mantener de nuevo relaciones, les soy sincera, quería hacerlo más que nada, pero temía por el dolor que me causaría, estábamos esperando el acto de graduación y la fiesta, y estábamos organizando la fiesta, buscábamos los fondos, entre los eventos, teníamos planificados una cervezada (pagas una entrada y bailas y tomas todo lo que quieras sin pagar nada más), y una rifa, entre otras cosas, nos pusimos de acuerdo para reunirnos una mañana, de esa manera, comenzaríamos los preparativos de tan esperada fiesta, eso representaba alcanzar el primer escalón en nuestro desarrollo personal, nos graduaríamos de bachiller y dejaríamos una etapa inolvidable en nuestras vidas.

La reunión comenzó a las 9:30 AM, termino una hora después, cuando salimos, luego de habernos despedido, Arturo me invito a su apartamento, me dijo que sus padres no estaban en casa, eso yo lo sabía, la mamá, trabajaba en un banco y salía súper temprano a laborar, el papá, no estoy muy clara en que trabajaba, pero era algo como vendedor, tenía cierta relación con artículos de ferretería, hoy pienso que mi novio le comento lo nuestro a alguien, me parece que lo aconsejaron o asesoraron, porque comenzó a prometerme hacerme cosas que aparentemente antes no sabía, por lo menos no demostró saber nada la primera vez, pero valga el comentario, la asesoría fue muy buena, jamás me dijo quien ni cuando le dio el «adiestramiento».

Llegamos a su apartamento, él verifico que realmente no hubiese nadie en casa, hizo dos llamadas telefónicas, una a cada uno de sus padres, esto para estar seguro de que no llegarían más temprano de lo normal.

Una vez seguros de que el terreno estaba libre, nos sentamos en el sofá y comenzamos a besarnos y cruzar palabra alguna, luego de muchas caricias, Arturo me convido a irnos a la habitación de sus padres, alegaba que su cama era muy pequeña, acepte tomamos las precauciones necesarias para no dejar ninguna marca, pusimos una sabana sobre la que ya estaba y procuramos no tocar nada para dejar todo tal cual estaba, recuerdo un poco de desesperación de mi novio al tratar de acariciarme, esto se debía a que tenia puesto un jean y las caricias eran muy superficiales, me propuso para una próxima oportunidad el uso de una falda.

Me sentía que hervía, cuando comenzamos a quitarnos la ropa, cada prenda mía era como un premio para Arturo y lo celebraba con caricias ardientes, cuando me quite la franela, paso sus manos sobre mi sostén, me beso la parte de mis senos que sobresalían, acariciaba mi cintura, al quitarme el sostén y que dar mis senos al aire, los beso con desesperación, los chupo con furia, en esta parte lance un gemido que nos sorprendió a ambos y comenzamos a reír, pero no paramos, el se quito la camisa, nos abrazamos y nos besamos, que rico fue sentir su pecho estrechándose con el mío, en un determinado momento logre ver mi rostro en el espejo de la peinadora, había un cambio en mis facciones que no sabía explicar, hoy se que era la cara de una mujer muy excitada.

Comenzamos a quitarnos los zapatos, nos separamos por un muy corto momento, acto seguido, nos sacamos los pantalones, quedándonos en ropa interior, mi pantaleta estaba totalmente mojada, y el, tenia una erección muy fuerte que el interior no podía impedir, quiero aclarar que pantaleta e interior llamamos acá en mi país a la ropa interior inferior femenina y masculina, respectivamente, nuevamente nos abrazamos, aumentaban lo gemidos y el ardor, decidimos desnudarnos totalmente, y la primera reacción fue ver y tocar nuestros órganos sexuales, yo tome y apreté su pené con mi mano derecha, el acaricio mi totona, le dije que tuviera cuidado, pues aún era zona prohibida, el acoto que solo la acariciaría, entonces lo deje, nos abrazamos de nuevo y nos besamos, en esta oportunidad él en principio acaricio mis nalgas, me erice, luego paso sus manos entre mis nalgas, como si me diera un masaje, todo esto me calentaba más, acto seguido, introdujo un dedo en mi culo, ya estaba como loca, Arturo propuso irnos a la cama, cuando nos separamos, note en el sitio donde su pene se rozaba conmigo un liquido transparente, parecía baba, me acosté en la cama y el salió un momento, me dijo que iba a orinar y buscar una cosa.

Cuando regreso traía un pote de vaselina, se acostó a mi lado, abrió el pote, y tomo un poco de vaselina en su dedo y la unto en mi culo, luego introdujo su dedo mientras chupaba uno de mis senos, cuando trato de colocarse sobre mí, el hecho de estar de frente me hizo pensar que trataría de penetrar mi vagina y le dije que no, pero el me aclaro que no era su intención, solo íbamos a probar sexo anal en esa posición, me hizo levantar las piernas y echarlas un poco hacia atrás, sentía que el corazón se me salía, por una parte la excitación, por otra un poco de temor por el dolor que iba a sentir, aunque ya en ese momento a decir verdad no me importaba mucho, se puso en posición, como todo un experto (dios bendiga al asesor), cuando coloco la cabeza de su huevo en el hoyito de mi culo, cerré los ojos, esperando la parte dolorosa de ese bello acto, pero sorpresa, aquel pené se introdujo totalmente en mi ano, sin nada de dolor, y cargado de mucho placer, en esta oportunidad, duramos mucho más que la primera vez, la sensación fue diferente, entramos casi junto al éxtasis, yo acabe primero, gemí de placer, pero cuando el acabo, mi satisfacción fue doble, al sentir aquel torrente de leche entrar en mis entrañas, nos quedamos un rato en la misma posición, luego el me lo saco, no dimos un beso, y nos quedamos acostados uno al lado de otro, en santa paz.

Pero pasado un rato comenzamos a hablar y volvieron los abrazos, los besos y un nuevo polvo anal, en esta oportunidad, me coloco en cuatro «patas», con mis codos apoyados en la cama, un nuevo ritual con la vaselina, y me lo empujo de nuevo, fue muy placentero, quizás por haber tenido con anterioridad un coito, este tardo algo más, pero igual de rico, me encanto sentir el chorro de lecho en mi culo a conciencia.

Fui al baño me bañe, me vestí sin ponerme las pantaletas ya que estaban aun húmedas, y Arturo también se vistió y me acompaño a la parada del autobús, muy satisfecha me fui a casa, pero antes de irme acordamos llamarnos telefónicamente, para cuadrar otro encuentro.

Nos pusimos de acuerdo para irnos a la playa el viernes, para la Guaira, nos fuimos tres parejas, todo compañeros del liceo, en esta oportunidad viví otra experiencia muy grata, cuando ya nos habíamos bañado un rato en el mar, salimos a llevar sol y los otros compañeros se quedaron en el agua, Arturo me propuso buscar un sitio donde hacer el amor, a mi no me parecía correcto, el insistió, comenzamos a caminar por la playa, el vio un sitio que le pareció bueno, yo mantuve mi palabra de no hacerlo, entonces me dijo que casi no aguantaba, me pidió que aunque sea lo ayudara a masturbarse, bueno acepte, me arrodille delate de el y comencé a frotarle el pené, el tomo mi cabeza y trato de acercar mi cara a su huevo, no puse resistencia, cuando me vine a dar cuenta, lo tenia en mi boca, y realmente Arturo estaba que no aguantaba, apenas comencé a chupar y sentir ese rico saborcito salado, acabo en mi boca y me hizo escupir, con la fuerza que salió la leche llego a mi garganta y me hizo toser, pero fue una bonita experiencia.