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Mi última reunión con mi asesor de tesis

Mi última reunión con mi asesor de tesis

Con mi asesor de practica.

Mi nombre es Susana, estudiante universitaria en últimos semestres y agotada de tanta exigencia académica en prácticas en el hospital, tesis de grado investigativa , clases y mi labor en la EPS privada donde me desempeño hace ya año y medio.

Soy una mujer joven con figura esbelta, delgada, de caderas anchas, mis pecho son medianos y muy bonitos y me encanta que puedo usar blusas sin sostén que llaman mucho la atención tanto de hombres como mujeres; mis piernas son delgadas, largas, tonificadas y muy lindas que me permiten usar todo tipo de ropa y verme maravillosa en falda, en jeans, en leggins y ni que decir en traje de baño.

Todas estas ocupaciones me tenían agotada, ocupada y alejada de mi gran placer, el sexo, me encanta tener sexo y si no tengo la opción, lo recreo, lo imagino, me masturbo pero nada se acerca a la experiencia real.

Esta es mi semana final, ya he maquinado y proyectado mis próximos amantes así, en el hospital el Dr. Velez, un hombre de mediana edad que es un palo de hombre y me mira con una ternura que mueve mis deseos.

En la universidad, ninguno de mis compañeros me atrae, ya tuve sexo con varios de ellos y no ha sido nada del otro mundo, salvo el disfrute de tener sexo con hombres con novia, algunas de ellas amigas mías, el de tener sexo furtivo en las instalaciones de la universidad, pero últimamente me he sorprendido a mi misma mirando a mis compañeras, que hermosas son y que ganas de comérselas tengo y saborear sus chochos, también estoy fantaseando con mi asesor de tesis, un hombre normal con un intelecto superior y de un discurso fascinante.

En la EPS, uyyyyy, allá todos me encantan, los médicos, por ser entidad privada, visten muy elegantes, son de una amabilidad encantadora, buenos ademanes y cuerpos y sonrisas perfectas.

Pero, bueno, eso será luego. Por ahora toca enfocarme en la reunión que tendré en 5 minutos con mi asesor de tesis y supongo que va a ser una reunión dura, extenuante, larga y exigente.

Esto pensaba y que John, mi asesor me invitaba a seguir a su oficina, tome mis cosas y entré lo más pronto posible.

Ahí estaba él, con mi tesis abierta en su portátil y oh sorpresa, ya no tenía el sin fin de anotaciones rojas y comentarios negativos, había muchas anotaciones verdes y una bella sonrisa en su rostro que decía “Lo logramos”

¡Qué buen trabajo!

Al mostrarme los apuntes en su portátil tuve que acercarme mucho y pude notar que olía muy rico y que sus facciones son finas y lindas, al mostrar ideas puntuales movía sus varoniles brazos y oh Dios, cuan excitada me tenía pensar en esas manos alrededor de mi cintura y sus manos tomándome fuertemente y tocando cada parte de mi cuerpo.

En esas estábamos cuando me sorprendió mirándole los labios y de inmediato se giró, tomó mi rostro y me dio un beso apasionado, profundo, fuerte, luego de la sorpresa acepté ese beso y correspondí con mi lengua mientras acariciaba con una mano su Barba y con la otra sus fuertes brazos dejándome llevar por la emoción de ese beso apasionado empecé a humedecer mi diminuta tanga que consistía en un pequeño triángulo que cubría mi vagina y el resto eran hilos por doquier.

John me tomó del cabello, separo mi boca de la suya y me miró a los ojos, una mirada directa, profunda y provocativas que derrumbó cualquier opción de rechazo de mi parte. Le sonreí mientras mordía mi labio inferior y el sonrió con picardía mientras levantaba mi falda y tomaba mi sexo con la palma de su mano y uno de sus inquietos dedos se introducía en mi húmeda chocha, un gemido escapo de mi garganta, de mi ser y cual no sería mi sorpresa al sorprenderme tocando su paquete y explorando por debajo de su cierre, sentía como palpitaba su pene y despertaba creciendo aceleradamente ante mis caricias mientras le susurraba al oído, “¡quiero tenerlo dentro de mi”!

-“Lo tendrás”, me dijo.

Al sacar su pene completamente, me arrodillé y fui jugando lentamente con su paquete, este es de buenas dimensiones, el largo de mi gusto, un grosor excitante y un olor y sabor exquisito. Me lo tragué todo, lo saboreaba, jugueteaba con mi lengua y su glande, el pene de John se ponía más y más grande y sus venas cada vez brotaban más y eran un manjar para mi lengua, tomé su pene con mi mano derecha y la movía armónicamente, al principio despacio y luego más rápido pero siempre con esa deliciosa cabeza de su pene en mi boca disfrutando de sus líquidos semanales, de sus venas, de su grosor y el largo apropiado que llenaba mi garganta.

Me excitaba tener esa venosa polla vibrando en mi garganta mientras alrededor se escuchaba el ir y venir de toda le gente en la universidad, el sustico de que alguien entrase y nos hallará en esa situación, eso me daba mucho morbo y opté por quitar los pantalones de John en su totalidad, él me miró, sonrió y me retiró la blusa en una especie de “si entran, que nos pillen a los 2”, sonreí y aceleré el movimiento de mi mano derecha mientras con la izquierda le acariciaba los huevos.

Sentí como se movía, acompañado de gemidos mal ocultados y la enorme hinchazón de su verga supe que su venida era inminente, lo saqué de mi garganta, la saliva colgaba y abrí mi boca para recibir toda su leche.

Él me tomó del cabello y hundió su verga en mi garganta, sin dejarme respirar mientras 3 corrientes de su leche salían para inundar mi garganta, la bebí toda, cuando John dejó de gritar, de gemir y de temblar, lo retiré de mi boca, y dediqué varios minutos a limpiarlo completamente y láser las comisuras de mis labios y saborear su cálido semen.

– “Ahora, sigues tú” me dijo mientras me llevaba al sofá de su oficina y me recostaba con delicadeza abriendo mis piernas y arrancando con rudeza mi tango. Acto seguido, dirigió su boca hacia mí pelvis y la llenó de besos y caricias que me hicieron entrar en calor nuevamente y llenaba mi vagina de abundantes fluidos míos que le daban la bienvenida a su lengua que ya se apoderaba de mi clítoris y labios superiores.

“Ohhhhh que placer!” Diossssss sentía que moría cuando la electricidad corría por todo mi cuerpo a cada lengüetazo que me daba, lamía, succionaba, mordisqueaba y yo, no podía gritar ni portarme como la loca que soy cuando de tener sexo se trata… mi cuerpo sudaba, gozaba, mis ojos se desorbitaban y mi cuerpo pedía más y más de ese maravilloso oral cuando ¡oh sorpresa!,
¿Qué sentía mi chocho?

Era un ilustre visitante que acariciaba, apretaba mis paredes vaginales y húngara todo mi ser produciendo maravillosas sensaciones, que hicieron que me viniera en múltiples orgasmos que cayeron en los labios de John, quien los saboreaba como si de un dulce se tratara.

Ahhhh que relajada me sentía, tenía mis ojos cerrados y sentí que algo penetraba, abrí mis ojos y fue maravilloso ver a John de pie frente a mi, totalmente desnudo con un color de piel bronceado, sudoroso y atlético tomando su pene entre sus manos y llevándolo a mi chocho húmedo, palpitante y suplicando por su verga.

Esto le facilitó su penetración y entró con fuerza de un solo empujón que hizo que me arqueara para disfrutar más de ese maravilloso pene, que se movía cada vez más y más rápido, mientras con sus manos oprimía mis pezones de manera sensual y excitante… nuestros ritmos aceleraron y escuché cuando dijo “me vengooooooo”, moví mi cadera y al grito de ambos nuestros líquidos fluyeron y se combinaron mientras empujabamos cada vez más y más fuerte y yo cruzaba mis pies amarrando su espalda sin dejarlo escapar y así disfrutar de su leche caliente llenando mis entrañas y de los brincos que su pene hacia descargando su semen…

Oí un ruido que me trajo de mi placer y era la voz de John, mi asesor de practica que me decía que podía entrar a su oficina, tomé mis cosas y entre presurosa, me dijo que me sentará a su lado, muy cerca y ahí estaba él, con mi tesis abierta en su portátil y oh sorpresa, ya no tenía el sin fin de anotaciones rojas y comentarios negativos, había muchas anotaciones verdes y una bella sonrisa en su rostro que decía “Lo logramos” ¡Qué buen trabajo!….

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