Capítulo 3

Gloria, mi amiga de Puerto Rico III

Como recordarán del relato anterior, Gloria había quedado en la cama super caliente merced a mis artes excitatorias.

Cuando entraron Luis y Jorge se quedaron pasmados de ver semejante hembra, con un cuerpo increíble, una bellísima cara, y sus ojos irradiando pasión y lujuria, y devorándolos con esa mirada de hembra ansiosa de ser follada intensamente. Inmediatamente en sus pantalones se notó la protrusión de sendos bultos, que hablaban de su estado.

Chicos!!!!, Esteban!!!, que me has traído BB, que hermosos ejemplares, y que bien armados parecen, bieeeeeeen, quiero que me folléis hasta matarme de gusto, estoy en vuestras manos, seré vuestra «putaaaaa» toda la noche, haced conmigo lo que queráis, y se lanzó delante de ellos, con sus rodillas sobre la moqueta, y rápidamente les bajó a ambos los pantalones junto con sus boxer, desenfundando las enhiestas lanzas que devoró ávidamente, alternando entre una y otra.

Comenzó con Luis a quién recordaba de un ciberpolvo vía chat, lamiendo su glande con fruición, luego su tronco hasta llegar a los cojones que introdujo de a uno en su boca, haciendo que Luis estuviera a punto de correrse, volvió recorriendo el grueso tronco con la lengua, masajeando las hinchadas venas con ella, y al llegar al glande lo introdujo no sin esfuerzo en su boca, saboreando esa delicia, frotándola contra su paladar, y recorriendo toda su extensión, incluso su agujerito, que ya emanaba líquido preseminal, con la lengua caliente y húmeda.

Acá, ya Luis no aguantó y se corrió llenando esa volcánica cavidad bucal con su espesa leche, en forma muy abundante, a tal punto que pese a tragar bastante, una parte se derramó por las comisuras labiales de gloria, para chorrear por su barbilla yendo a caer sobre sus pechos.

No olvidaré esa imagen de Gloria, rezumando semen por sus labios, con sus pechos llenos de este, arrojarse ahora sobre Jorge, para repetir la faena.

Jorge estaba anonadado por lo que acababa de ver y su polla enorme y gruesa, por lo que a Gloria le costó algo más de trabajo introducirla en su boca, pero pese a eso terminó aspirando el aroma del pubis de Jorge, es decir, que se la tragó hasta el fondo.

Esta visión pudo casi costarme una corrida sobre la moqueta. Luis entre tanto no perdió tiempo y se terminó de desnudar por completo.

Gloria siguió succionando y chupando el falo de Jorge, gozando de esa, según ella, hermosura de polla, deliciosa como nunca había saboreado otra.

Pero no siguió hasta hacerlo correr, sino que lo dejó ahí e incorporándose, terminó de desvestirlo y enfiló hacia la cama, diciendo, soy vuestra chicos, hacedme sentir una verdadera puta, folladme, folladme, quiero correrme mil veces, quiero sentir vuestras pollas juntas horadando todos mis agujeros.

Jorge se acostó boca arriba y ella se montó, dirigiendo esa inmensa verga a su coño caliente y lubricado por mi trabajo anterior y su propia calentura.

Si se le veían los muslos chorreantes de flujo!! Luis se dedicó a chupar su culito maravilloso, y a prepararlo con uno, dos, tres ¡!!!dedos mojados previamente en su flujo, y literalmente la follaba con ellos, arrancándole gritos de placer a Gloria, que no cesaba de cabalgar sobre Jorge. Yo me paré junto a ella y le ofrecí mi verga caliente y lista para la batalla, que no demoró en devorar como una maestra del sexo.

Fue algo increíble sentir como sus labios hirvientes atrapaban mi tronco, lo recorrían de abajo hacia arriba, lamía mi glande, lo llenaba de su saliva, besaba mis cojones, lo hacía con gula, con desesperación, ávida de polla y sexo animal.

Luego se la introdujo poco a poco en la boca, disfrutaba cada cm, suspiraba, mientras movía sus caderas siempre con el pollón de jorge dentro de su vagina, con la lengua de Luis perforando su esfínter anal, cada tanto se sacaba mi polla de la boca y gritaba que no parásemos, que era nuestra puta, quería más.

Yo sentía que mi polla estaba a punto de estallar, notaba su lengua frotarme el glande, su garganta tragar gotitas de presemen que iba dejando mi verga en su lengua y ella primero saboreaba y luego tragaba, su naricita se hundía en mis vellos, sus manos acariciaban mis cojones y cada tanto me introducía un dedo en el culo, me gustaba; en eso que pegó un respingo, miré hacia atrás de ella y ví que Luis le acababa de enterrar su polla hasta los huevos.

Ahora su movimiento de caderas era frenético, adelante y atrás con ímpetu, buscando el placer de esas dos pollas invadiendo gozosamente sus entrañas, mientras seguí saboreando mi polla y masturbándome con los labios y lengua, mientras yo acariciaba con suavidad sus pezones y su espalda.

De pronto, pareció que nos habíamos puesto de acuerdo, porque los tres al unísono exclamamos, me vengoooooooooooooo, y simultáneamente nos corrimos llenando todas sus cavidades de nuestro caliente semen, y Gloria, abriendo desmesuradamente su boca, dejando caer gran cantidad de semen por sus labios, grito: y yoooooooooooooooooooooooooo, y comenzó a sacudir su cuerpo un orgasmo interminable, gritando a voz en cuello, SSSSSSSIIIIIIII

SSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, para caer casi inconsciente sobre el cuerpo de jorge, siempre con las dos pollas clavadas. La mía la había sacado y seguí corriéndome en su espalda.

Luego de unos segundos reaccionó, su cara estaba desencajada de placer, sus ojos destelleaban, su cara bañada de sudor y su cuerpo de semen.

Se giró en la cama desmontándose de Jorge y quedando de espaldas al colchón, nos miró con una sonrisa de lo más sensual: bebés, habéis estado fabulosos, en mi vida gocé tanto un polvo.

Que digo, un ¡POLVAZO!!!.

Dejadme que os limpie, y mientras Luis fue al baño a lavarse, nos chupó a conciencia las pollas a Jorge y a mí, que aunque más blandas todavía querían más guerra, hasta dejarlas limpitas y lubricadas con su saliva, pero nuevamente duras, entonces me hizo sentar en la cama y de espaldas a mí, con las piernas colgando hacia fuera de la cama, se montó sobre mi polla ensartándosela en el culo lentamente, lo que a mí me llevó a hasta el paroxismo de placer, y cogiéndola con las manos de sus pechos la ayudaba a subir y bajar por mi tronco, hasta sentir sus nalgas contra mis muslos, le cogió la polla a Jorge llenando con ella su boca ansiosa de más sexo, y esperó a Luis para que se la metiera por delante.

Cuando este llegó, se arrodilló ante la cama y comenzó a lamer sus muslos, repletos de flujo y semen, luego su volcán vaginal, que arrojaba flujo y semen cuál erupción, para finalmente prenderse con sus labios al clítoris como un bebé a la teta.

Succionaba y succionaba, lo cual junto a la follada que me estaba dando Gloria con su culo y la verga de Jorge en su boca,le provocaron a ella su segundo espectacular orgasmo, no menos violento que el primero.

Pero ahora yo sentía como su esfínter se contraía a mil por hora estrujando mi tronco casi ordeñándolo.

Creo que pocas veces disfruté de esa manera de un polvo multitudinario, cada gemido de uno de nosotros excitaba aún más a los otros tres.

Sus nalgas duras y calientes acariciaban mi vientre cuando se inclinaba hacia la polla de Jorge y a la vez envolvía con su pelvis la cara de Luis.

Este finalmente se incorporó y la clavó hasta el fondo en su vagina.

Ahora Gloria estaba otra vez con las tres vergas en su interior y esto la volvía loca.

Sentía su culo lleno con mi verga, que le daba calor y transmitía oleadas de placer al resto de su cuerpo; la vagina llena de la polla de Luis que la abrasaba por dentro y me transmitía su fuego a mi polla a través de las delicadas paredes de su anatomía y en la boca se deleitaba con la polla de jorge que deformaba sus labios y no dejaba casi lugar para su saliva y el juego de su lengua.

Antes de corrernos, salimos de su interior y cambiamos posiciones.

Ahora yo la follaba por la vagina, sintiendo su calor acogedor, mientras besaba sus pechos y mordía sus pezones suavemente, Jorge horadaba su culo arrancándole gritos de dolor/placer, ya que era la polla más grande de los tres, realmente morcillona, y a Luis le comí la verga con parsimonia, tomándose todo el tiempo del mundo para recorrerla una y otra vez.

Mientras nos llegaba nuestro orgasmo, que esta vez obviamente se demoraría más, ella se corrió tres o cuatro veces, siempre salvajemente, jadeando , gritando, pidiendo más, más fuerte, siiiiiiiiiiiii, y seguí cabalgando sobre nuestras pollas y tragando la que tenía en la boca. La habitación del hotel olía a sexo, sudor, semen, flujo!!!. El ambiente era realmente erógeno.

Finalmente nos corrimos los tres llenándola nuevamente pero esta vez no solo dentro de ella sino también sobre su piel abdominal, espalda, pechos, cara, estaba bañada literalmente en semen que esparcía con sus manos, para finalmente lamer sus dedos degustando la mezcla de nuestras frustradas simientes.

Quedamos los cuatro exhaustos, echados en la cama codo con codo, cadera con cadera.

Gloria se levantó y fue hasta el baño, dejándonos una alucinante imagen de su cuerpo bañado en semen que chorreaba por sus muslos y piernas, dejando un reguero sobre el piso de mármol negro del baño, y sus nalgas rojas del roce con nuestros vellos, igual que sus labios y mejillas.

Tal fue ese espectáculo que al volver nos encontró a los tres tirados boca arriba en la cama con nuestras pollas elevadas al cielo, duras como si nada hubiera pasado.

Ni corta ni perezosa se lanzó sobre ellas chupando cada una como si recién las probara, y follandonos con la boca hasta hacernos correr tragando todo ese semen que todavía increíblemente destilábamos.

Con la boca todavía llena de semen se levantó, tomó una copa de champagne y brindó por el mejor polvazo de su vida, jurando visitarnos para repetir experiencia.

Se vistió y se fue dejándonos a los tres muertos. Eran las 8 de la mañana, dormimos hasta las diez de la noche.

Nos bañamos, nos vestimos y nos despedimos, quedando en hacer lo posible para repetir aquello, con Gloria, en España.

Continúa la serie