Capítulo 1
- Mi historia I: Mi primera vez
- Mi historia II
- Mi historia III
- Mi historia IV
- Mi historia V
- Mi historia VI
- Mi historia VII
Mi historia I: Mi primera vez
Mi vida sexual es bastante normalita, salvo algunos pasajes de la misma, que quiero compartir con vosotros mediante esta magnífica plataforma que nos brinda esta página web.
Pero lo primero es lo primero, me presentaré.
Me llamo Fernando y soy de una pequeña ciudad del sur de España, tengo 31 años y lo que voy a contar ahora es mi primera experiencia sexual:
Cuando tenía 16 años ya era bastante alto (ahora mido 1,94 cm) y no aparentaba la edad que tenía sino mucho más.
Era (y soy) alto como ya he dicho, delgado, moreno, tímido, no demasiado feo y tenía lo que yo creía un grave problema, mi polla.
Por entonces medía unos 20 cms (ahora 23) y aunque comparada con las que aparecen en los relatos que aquí puede uno leer, no es demasiado, a lo largo de mi vida y sobre todo por aquel entonces, he podido constatar que es mucho, muchísimo más de lo que la mayoría tiene (salvo los actores porno).
Como decía, cuando tenía esa edad tenía un amigo llamado Gustavo, era muy buena gente y como yo algo tímido, sobre todo con las chicas.
Este amigo tenía una hermana que se llamada Loli (aunque en el instituto todos mis amigos la llamábamos Gustava, por motivos obvios) que era una morenita preciosa, no tenía unas tetas tremendas, ni nada que la hiciera sobresalir de las demás, pero en conjunto era muy atractiva, con una naricita respingona que me volvía loco, además de ser muy simpática.
Desde que Gustavo me presentó a su hermana y esta empezó a entablar conversación conmigo, cada vez eran más frecuentes las visitas a su casa, con cualquier pretexto me presentaba allí, para estudiar, para jugar, cualquier cosa valía.
Pronto mi confianza tanto con Loli como con su familia fue en aumento, su madre era el paradigma de la sensualidad, debía de haber tenido los niños muy joven, pues no aparentaba mucho más de 35 años, era rubia de peluquería, tenía, esta si, unas enormes tetas, un magnífico culo, unos carnosos labios que daban ganas de morderlos al verlos, era tremendamente alegre y simpática y vestía siempre de forma desenfadada. Por el contrario el padre de Gustavo que se llamaba como el, era delgado, serio, estirado y daba la sensación de estar siempre ausente.
Durante el curso como ya he dicho, nos veíamos a menudo, pero como los padres de Gustavo tenían un apartamento en la playa, se fueron todo el verano y no los había visto.
La verdad no los había echado de menos mucho, para mis pajas había encontrado otros estímulos, como revistas y pelis, pero a finales de Julio, en el barrio vi a Dolores, la madre de Gustavo.
La saludé sin más, pero ella pareció alegrarse mucho de verme y me dijo que Gustavo me echaba de menos, que allí en la playa se aburría mucho, en definitiva que no se lo estaba pasando muy bien. Ella había venido a solucionar unos temas a mi Ciudad y se iba al día siguiente.
¿Por qué no te vienes unos días?, me dijo. No creo que me dejen mis padres, le respondí. Venga vamos a hablar con ellos verás como si.
Mis padres ya la conocían, y para mi satisfacción no pusieron ninguna pega.
Allí que me presenté el día siguiente con la alegría de mi amigo. Los primeros días fueron muy normales pero el tercer día de estar allí todo cambió. Serían las dos de la madrugada, y como el apartamento era pequeño, se oía todo.
Dolores estaba enfadada con su marido, y pensando que todos dormíamos le estaba reprochando a su marido la falta de «cariño» que le dispensaba.
Me tienes harta, decía, hace ya más de 20 días que no follamos, y cuando lo hicimos ni me enteré.
En la playa me miran 30 tíos todos los días y yo aquí como una gilipollas con ganas de polla todo el día, cualquier día te voy a poner unos cuernos que se van a ver en Pamplona, le casi gritaba. Yo me dormí pensando que vaya tío idiota, pero no le di más importancia.
Cuando me desperté esa mañana todos estaban preparándose para la playa, me aseé, desayuné, y me fuí con ellos.
Mi amigo se había ido con su padre a comprar algunas cosas y estaba solo en la playa con mis dos Lolis.
Un rato que estuve solo con la hermana de Gustavo, le pregunté si le pasaba algo, que casi no me había hablado desde que había llegado.
Lo que me contestó aun no me lo creo hoy en día. No me pasa nada contigo Fernando, es que cuando vinimos conocí a un chico, nos enrollamos, follamos casi todos los días y lo pillé poniéndome los cuernos a las dos semanas.
Lo pasé muy mal los primeros días pero ya se me ha pasado, pero me acostumbré a tener sexo a diario y hace casi un mes que no lo tengo.
Por que no quieras, me atreví a contestar pensando que con lo buena que estaba cualquier chico estaría loco por tirársela, pero ella entendió otra cosa.
Y con quien iba a tener sexo ¿contigo?, dijo riéndose.
Esto me molestó mucho y ya enfadado le contesté. Eso quisieras tú. Me besó en la mejilla y me dijo sonriendo.
No quería molestarte, machito.
Por la tarde, el padre de Gustavo, volvió a la ciudad durante un par de días por motivo de trabajo y por la noche en el apartamento la madre de mi amigo sacó unas cervezas y dijo.
Venga vamos a tomarnos algo que por un día no pasa nada.
Ninguno estábamos acostumbrados a beber, salvo ella, y a la tercera cerveza Gustavo estaba prácticamente KO.
Venga vamos a acostarlo. Lo metimos en es sofá-cama del salón donde dormíamos el y yo , y los demás seguimos la juerga.
Dolores empezó a decir y hacer tonterías, por el alcohol o por lo que fuese, empezó a decir que buena pareja hacíamos Loli y yo, que nos había visto hablando en la playa, que si había algo, etc.
Loli se enfadó, y entre la medio borrachera que llevaba y el enfado se fue a su cuarto a dormir.
Dolores me dijo, bueno será mejor que nos acostemos todos, aunque mi hija es tonta, he visto como la miras, sé que te gusta, y si yo fuese ella, con eso que se te adivina en el bañador haría malabarismos.
Y se fué hacía su cuarto moviendo exageradamente su impresionante culo y dejándome a cuadros.
No podía dormir con lo que me había dicho Dolores, y cuando ya me estaba tranquilizando, se acercó Loli a mi cama, y me dijo al oído.
Por que no vienes a mi cuarto y me demuestras lo que me dijiste esta mañana en la playa, machito?.
No me lo pensé y de un salto salí de la cama y me fui con ella, no sin antes mirar que Gustavo siguiese durmiendo.
Una vez en el cuarto Loli se desnudó, y me dejó ver en la penumbra mi primer cuerpo desnudo, era perfecto, unas tetitas pequeñas pero enormemente tiesas, un pubis muy cuidado, que dejaba adivinar un coñito precioso, y un culo, que culo, duro como una piedra y redondo como ninguno que haya vuelto a ver en mi vida.
Debido a mi nula experiencia me abalancé sobre ella y empecé a besarla muy bruscamente, ella se separó y me dijo. Todos los tíos son igual de brutos, y deja de babearme, ya te dije esta mañana que estaba cachonda y eso es lo único que quiero de ti, que me folles, nada de besos, abrazos, ni carantoñas, solo quiero ver tu polla y tener sexo.
Yo estaba más que cortado con lo que me había dicho, y cuando me quité el pantalón corto que llevaba, y el slip, se me había bajado la erección.
Loli al ver mi pene en reposo, me dijo. Vaya el machito se ha asustado, pero eso promete, déjame que te ayude.
Se acercó a mí y cuando pesaba que me besaría, me la cogía con la mano derecha y empezó a acariciarla muy dulcemente.
Mi polla empezó a crecer un poco y ella me susurró. Joder con Fernando, que bien armado viene, y agachándose se metió la cabeza en la boca, le daba suaves golpecitos con la lengua y a mí se me salía el corazón por la boca, mi polla empezó a crecer y ella empezó a no poder abarcarla toda con la boca, mientras me la meneaba frenéticamente de arriba abajo.
Yo no podía creerlo, ¡Me la estaban chupando!, y como me gustaba, no paraba de gemir.
Ella intentó hacerme callar con un siseo pero debido a que mi polla estaba ya en su mayor expresión dentro de su boca, se atragantó y empezó a toser escandalosamente.
Cuando se le pasó, incorporó la cabeza me la miró y dijo. Vaya pedazo de polla que tienes, lo siento pero eso no me lo metes ni loca, solo lo he hecho con el chico que te he dicho esta mañana y la tenía la mitad que tú.
Yo no lo podía creer, estaba ante la chica de mis sueños, desnudos, me la había chupado y meneado y ahora me decía que me la envainase. Y yo que hago ahora, le dije. Pues te la cascas, respondió, me miró a la cara y dijo, bueno está bien, ha sido culpa mía, te la toco hasta que te corras, mientras me masturbo y me dejas en paz.
Me la volvió a coger diciendo, joder que polla, y mientras me regalaba el espectáculo de su masturbación empezó a meneármela frenéticamente.
Al estar yo operado de fimosis, no tengo piel que me cubra el glande y me estaba haciendo algo de daño.
Lubrica un poco tu mano con saliva, le dije, que me duele. Ella no me contestó bajo la cabeza y empezó a chupármela todo lo que podía.
Cuando tenía todo mi glande en la boca le dije que me iba a correr y me dijo.
Hoy me he portado como una puta, y así quiero terminar, córrete en mi cara.
Me incorporé un poco le puse la polla en mi cara y mientras ella sacaba la lengua como había visto mil veces en las películas porno tuve la mayor corrida que había tenido nunca.
Satisfecho la miré con cara de salido y un escalofrío me recorrió la espalda cuando levanté la mirada y me pareció ver a Dolores asomada al cuarto.
No habíamos tenido la precaución de cerrar bien la puerta y seguramente la tos de Loli la había despertado.
Dolores al verse sorprendida se metió hacía su cuarto, lo que me dejó bastante perplejo.
Preferí no decirle nada a Loli de que su madre nos había visto y me despedí de ella con un beso en la boca que ahora si me aceptó.
Continuará…