Cuando llamé la anterior semana para tomar la cita con mi ginecólogo, le expliqué a la secretaria que me atendió el tipo de control que estaba pendiente, me dejó en esperando con la típica música de llamada en espera, después de varios minutos me dijo que me atendería un nuevo doctor porque mi ginecólogo habitual estaba en congreso médico y que lo que me dejó en espera fue para consultar al doctor los requisitos para el examen, entre los requisitos estaba que debía comer alimentos altos en fibra, tomar mucha agua y no tener sexo el día de la consulta.

Esa última indicación no me habían dicho antes y no voy a negar que no me gustaba la idea, ya que siempre tengo sexo en la mañana, ya sea con mi esposo o con alguno de mis dos hijos, además que la hora en la que me agendaron la cita médica fue a las 12:00. Entonces el día de la cita médica decidí salir a hacer algunos trámites desde muy temprano para tratar de bajar mi excitación matutina.

Aproximadamente a las 10:00 me llamó mi hijo menor para irme a ver a la casa y culiar un rato, le dije que no estaba en casa y que a medio día debía estar donde el ginecólogo, le conté acerca de los requisitos del ginecólogo que me atendería y se rió diciéndome que debo estar con muchas ganas de culiar y me preguntó qué opinaba mi esposo (su padre), le dije que él comprendió y que hoy le iba a compensar en la noche. Mi hijo se despidió diciéndome que le llame en la noche para saber cómo me fue con el nuevo doctor.

Finalmente llegó la hora de la cita médica, cuando llegué, la secretaria que me conocía desde hace mucho tiempo, me recibió y me pidió que tome asiento y que enseguida el doctor me haría pasar. Pasaron unos poco minutos y el doctor abrió la puerta de su consultorio, era un hombre bien atractivo, de unos 50 años y me llamó por mi nombre para que pase. Cuando pasé a su consultorio me dijo que me haría unas preguntas y que luego pasaríamos a la revisión.

Luego de las preguntas habituales, me dijo que me desnudara los senos para realizar la revisión manual. Cuando dejé mis tetas al aire, se le fue lo serio al doctor y no dejaba de verlas de manera morbosa, así que yo le dije, revíseme con confianza doctor y tómese todo el tiempo porque yo sé que mis senos son grandes. Comenzó a revisarme, yo me comencé a excitar inmediatamente porque además no había culiado en la mañana, mis pezones se pararon y sentía su revisión como caricias, cerré los ojos y puse mi cabeza hacia atrás, el doctor me preguntó si me sentía bien y yo le dije que sí y que no parara de revisarme, continué con los ojos cerrados pero cuando me topó los pezones se me salió un gemido y me volvió a preguntar si me sentía bien. Entonces le dije al doctor que esto le iba a parecer un poco extraño pero no quería que se sienta incomodo durante la cita y le conté que todas las mañanas tengo sexo y que al menos tengo dos orgasmos y que si por alguna razón no puedo tener sexo, me masturbo y que por esa razón estaba bien excitada con la revisión que me estaba realizando.

El doctor se puso un poco rojo y dijo que era normal que si soy tan activa sexualmente, tenga la incomodidad, pero al mismo tiempo que se puso rojo, noté como bajó su pantalón se le había parado la verga. Yo ya no podía más de la excitación y estar con las tetas al aire al frente de él hizo que mis pezones se pongan como pierdas y se me humedezca la vagina.

El doctor dijo “bueno Mariana vamos a continuar con la revisión de sus senos y luego vamos a pasar a la silla. Sus manos continuaron explorando mis tetas y me dijo “usted tiene unos senos muy bonitos, con buena forma, buen peso y las aureolas y los pezones están muy bien”. Yo me sonreí de manera coqueta y le dije que viniendo de un hombre tan guapo, me sentía halagada. Él se rió y me dijo que me quedara totalmente desnuda y que pase a la silla para revisarme la vagina. No perdí tiempo y me desnudé y me abrí de piernas en la silla, él se puso los guantes y cuando iba a comenzar a revisarme se puso rojo y me dijo “ya veo que se excitó un poco”, tomó un poco de papel y me secó. Yo estaba entre excitada y avergonzada pero tenía muchas nalgas de que me culiara. Luego me dijo “Mariana usted está un poco mayor a los 60 años y tiene una vagina muy sana, solamente le voy a recomendar que a pesar de que todavía se lubrica naturalmente, utilice un lubricante adicional ya que habrá menos fricción al momento de la penetración, también necesito saber si al momento de la masturbación, usted utiliza algún aparato o consolador”. Le dije que normalmente me acaricio el clítoris y me meto hasta cuatro dedos, que me habían regalado un consolador pero que casi no lo utilizo. El doctor me dijo que al masturbarme también debo utilizar un lubricante, ya que eso pude de disminuir el engrosamiento de los labios vaginales. Luego de decirme eso, tomó uno de sus aparatos para la revisión interna de mi vagina y no pude más de la excitación y un pequeño gemido acompañó un orgasmo. Estaba tan excitada que no sentí vergüenza pero aún así me disculpé. El doctor me dijo que no me preocupara y que la buena noticia es que mi vagina está sana. De pronto me preguntó “usted practica sexo anal?” Le dije que si y le pregunté en motivo de su pregunta, me dijo que ahí también sería utilizar lubricante y se rió.

Yo ya no me aguanté más y al momento de levantarme de la silla lo besé, él no hizo resistencia y nos dimos un largo beso y le dije que necesitaba que me culee, me dijo que él también me quería culiar pero que no podíamos hacerlo en su consultorio. Cerró su bata para disimular la erección y me dijo que me ponga atrás del biombo, abrió la puerta y le dijo a su secretaria que me nerviosa terminaría con la consulta y que cancele las citas de la tarde porque no iba a poder atender. Cerró la puerta y con más confianza me dijo “vamos a mi departamento, mi esposa no está y podemos culiar un par de horas”. Le dije que tenía muchas ganas y que yo le seguiría en mi auto. Él tomó una pastilla azul, me dijo que era Viagra, que normalmente no la necesita pero que quería hacerme disfrutar por haberme tenido toda la mañana sin sexo, también tomó un frasco de lubricante, fuimos al parqueadero del consultorio y salimos del edificio cada uno en su auto. Después de unos diez minutos llegamos al edificio donde tenía su departamento. Cuando entramos nos dimos un beso y nos desnudamos. Yo me quedé impresionada con su verga, era normal en largo pero era la más gruesa que había visto, nos volvimos a besar y después me dió la vuelta para abrazarme por la espalda, muestras me besaba el cuello y me manoseaba las tetas, sentí como su verga ya parada rosaba mi cuerpo, me tomó la mano y fuimos a su habitación, le solté la mano y sin pensarlo dos veces me arrodillé para mamarle la verga, no podía perder el tiempo ni la oportunidad de sentir esa vergota en mi boca, la lamí desde los huevos hasta la cabeza, solo me acuerdo de ese momento y me masturbo mientras escribo este relato.

Me la metía todo lo que podía a la boca, me retiró de su verga y me acostó boca arriba en la cama, me chupó las tetas con tanta intensidad que tuve un orgasmo delicioso, me mordía duro pero rico los pezones, me abrió las piernas y me dejó acostada en esa posición y regresó con un lubricante, me dijo que ese lubricante era especial porque también calentaba la vagina, me lo puso bastante en los labios y también me metía los dedos, la sensación era increíble, hasta que finalmente me metió la verga, yo grité tan duro de placer que el doctor tuvo que taparme la boca con su mano, me comenzó a culiar con tanta intensidad que tuve que morder una almohada para no hacer mucho escándalo. No sé si fue por la falta de sexo de esa mañana o por el lubricante que provocaba calor o por su gruesa verga o no sé por qué más pudo ser, pero era la culiada más rica que he tenido.

Mientras me culiaba me dijo “ahora te das cuenta por qué me tomé el Viagra? Eres muy rica y te mereces que te culee así”. Me dijo que me retire la almohada de la boca pero que o haga tanto escándalo pero que quería verga la cara mientras me culiaba. Sacó su verga y me puso más lubricante porque quería que siga sintiendo ese rico calor, me siguió culiando y de pronto sentí un ardor en el ano, entre gemidos le dije que me arde el culo, él sacó su verga y me dijo que se había chorreado el lubricante al ano, me dijo que me ponga en cuatro, pasó su mano por mi vagina y con sus dedos mojados, comenzó a meterme primero un dedo y después otro en mi culo, después tomó el frasco del lubricante para meter sus dos dedos más rápido y profundo, yo le decía que me ardía mucho el culo, era una sensación entre ardor y placer aunque más era ardor. Me dijo “ahora vas a sentir la mejor culeada que te han hecho Mariana”. De pronto comencé a sentir como me metía su enorme verga, me dolía mucho y me ardía, yo le gritaba que me no me gustaba, pero al mismo tiempo no quería que pare, sentía como se me desgarraba el ano con cada centímetro que metía, hasta que llegué a sentir sus huevos en mi cuerpo y supe que ya le metió toda. Poco a poco comenzó a meter y sacar su vergota hasta que el dolor se convirtió en placer pero todavía me ardía el ano.

Mientras me culiaba me decía “que mujer para rica que eres y ahora sabes lo que realmente es que te culeen”. Y era verdad, no me habían culiando así, estaba tan excitada que ya había perdido la cuenta de cuantos orgasmos tuve esa vez. Su verga no se bajaba y era por el Viagra, después me acostó de lado y se puso atrás mío, me levantó una pierna mientras se reía porque mi cuerpo estaba fuera después control y comencé a temblar. Me metió nuevamente la verga por el culo, sentía dolor y placer y ese ardor que era nuevo para mí. Culiamos en varias posiciones y la mayoría fueron por el culo. Finalmente me me llenó el culo de semen. Nos vestimos, nos besamos y le dije que quiero culiar siempre con él, me dijo que así va ser y que siempre va a estar disponible para culiarme. Cuando me subí al auto me dolía el culo, cuando llegué a casa, estaba excitada y adolorida, lo primero que hice fue llamarle a mi hijo menor para contarle lo que había sucedido ya que él sabe de mis otros amantes, él me decía que yo era bien puta y que le gustó lo que había hecho y que se estaba, como dice él “pajeando” mientras le contaba, pero le dije que estaba preocupada porque no me había dolido el culo de esa manera anteriormente, me preguntó a qué hora llegaba su padre del trabajo y le dije que llegaría a las 18:00, Entonces mi hijo dijo que como eran las 17:00, llegaría a mi casa a las 17:30 y que quería verme el culo y que pudiéramos culiar una vez. Le dije que por primera vez me había quedado sin ganas de culiar, mi hijo se rió y me dijo que el doctor me debió haber culiando tanto que por eso me dejó así.

Hasta que mi hijo llegue, preparé algo de comer para cenar con mi esposo. Cuando mi hijo llegó, me dijo que no me veía muy contenta y que si me sentía bien, le dije que sentía una sensación extraña ya que me sentía excitada pero al mismo tiempo adolorida, me dijo que me quería ver desnuda en la habitación para observar si mi culo estaba inflamado. Fuimos a la habitación, me desnudé y me puse en cuatro, mi hijo me dijo que estaba bien rica y me dio un chirlazo en las nalgas, le dije que no tenía ganas de jugar y que por favor me vea el ano. Mi hijo me abrió las nalgas y me dijo que mi ano estaba inflamado y que el anillo del ano estaba rojo y bien grueso pero aunque no es el momento, me excita saber que te culiaron tanto y se me paró la verga. Le dije que en este momento no tengo ganas y que me pase mi celular que estaba en la peinadora porque quería llamarle al doctor para preguntarle qué podía hacer para bajar la inflamación, pero cuando lo iba a llamar, escuchamos que se abría la puerta del garaje, entonces le dije a mi hijo “ahora que hago, tú papá va a saber que culié con otro hombre”. Mi hijo se desnudó y me dijo “culiemos y así no sospechará de nadie”. Mi hijo aprovechó que su verga estaba parada, me acostó boca arriba, me abrió las piernas y me metió la verga en la vagina, yo tenía una sensación de dolor, ardor pero la situación también me excitó un poco, no fue el mejor sexo que he tenido pero ayudó para disimular porque cuando entró mi esposo (su padre), dijo que se imaginaba que yo estaba excitada por no haber culiando en la mañana pero que no quería que nuestro hijo sea el único que disfrute y mi esposo se desnudó y se comenzó a masturbar mientras nos veía culiar, cuando ya tuvo su verga bien parada le dijo a mi hijo que ahora era su turno, me pidió que me ponga en cuatro y cuando me iba a meter la verga en la vagina, dijo asombrado “qué te pasó en el culo que está tan inflamado?”. Entonces mi hijo dijo que él me había estado culiando toda la tarde por el culo y que justo cuando él llegó le comenzó a meter por la vagina. Mi esposo no dijo nada y me comenzó a culiar por la vagina. La complicidad de mi hijo y la compresión de mi esposo me excitó mucho y comencé a disfrutar nuevamente de la culiada.

Nuestro hijo se seguía masturbando y le dijo a mi esposo que le avise cuando vaya a terminar para bañarme las tetas con semen. Después de unos minutos mi esposo le dijo “ya ven”. Yo me acosté boca arriba y me llenaron las tetas de semen.

Mi esposo se fue a bañar y le di un beso bien rico con lengua a mi hijo y le dije que lo amaba y le agradecí por lo que hizo. Nos comenzamos a vestir, mi esposo salió de la ducha y mientras se terminaba de secar, nos dijo que no estaba bien que culiemos tan fuerte, me quedó viendo y me dijo, no tienes idea de lo inflamado que está el ano y que no que fuera puta para tener que seguir culiando cuando está el culo tan inflamado, luego le dijo a nuestro hijo que no me olvide que está culiando con su madre y que por más excitado que esté, debo tener cuidado para no hacerme así. Finalmente mi esposo me preguntó si me iba a bañar y le dije que no, que quería dormir con el semen en mi cuerpo. Todo nos terminamos de vestir, mi esposo se adelantó a la cocina y le dije a nuestro hijo que lo amaba y que en recompensa a lo que hizo hoy, mañana va a ser el primero que me culee y que llegue temprano antes de que su padre se levante.