Vendedor de frutas

Soy Sisy tengo 21 años, vivo en Chile y a continuación les voy a relatar lo que me sucedió y que me cambio la vida.

Todo sucedió un día de verano cuando mis padres se fueron de vacaciones y yo me encontraba solita en mi casa.

En uno de esos días comencé a ocupar la ropa de mi hermana como juego, pero luego al pasar el tiempo utilizaba la ropa y me excitaba muchísimo, comencé a buscar información de transexuales en Internet, y me di cuenta que ese era mi destino ser una linda perrita, me encanta el sexo y más aun si ando vestida de señorita.

Fue así cuando un día paso un joven vendiendo frutas, plátanos, naranjas y manzanas.

Era alto 1.80 gran cuerpo de trabajador, unos 24 años y andaba con unos jeans apretado que insinuaba un gran bulto en su entrepierna, yo soy bajita pelo largo rubio ojos café claro y muy delgadita.

Bueno, este joven llamó a mi casa en el preciso instante en que andaba vestida de señorita con un vestido ajustado rojo y unos tacones negros, estaba arreglada incluso me había pintado y depilado.

Sin darme cuenta salí a ver que quería el joven y al verme se quedo paralizado, yo no me había dado cuenta, así que al momento trate de disimular mi voz y le dije que quería, él con una sonrisa me dijo:

No sabia que eras tan preciosa vestida de mujer ¡

Cuando oí esas palabras quede paralizada, no sabia lo que me decía, y luego comprendí que se había dado cuanta de mi identidad, le seguí el juego ya que me pareció bastante atractivo y le dije:

Si jeje – «me sonroje» – luego de unos minutos de conversación me dijo – ya es hora de irme – a lo que le respondí – y te veré de nuevo? – Él rió y me dijo con voz fuerte

Mira perrita sé lo que quieres y te traeré una sorpresa este viernes- y se fue

Yo espere los dos días para aquel viernes y me prepare de la mejor forma, y llego el gran día.

Hola, soy yo, te traigo tu sorpresa – me dijo el joven

Y cual es? – le respondí

Bueno recuerdas lo que vendo?, Me dijo sonriendo, me gustaría verte como te comes mis plátanos y entro a mi casa.

Saco un bote de vaselina y lo comenzó a untar en mi ano, yo estaba tan caliente que ni siquiera me daba cuenta de lo que hacia.

Él comenzó a meter la puntita de un gran plátano, que en realidad luego me di cuenta de que era un consolador, comenzó así un mete y saca frenético, yo le decía y gritaba que parara, que me iba a correr y el solo reía y reía, hasta que me corrí en la alfombra, ya que estaba a lo perrito con el consolador en mi culo.

Luego le replique:

Eso estuvo fantástico!!!, Gracias. –

El solo me miraba sentado y luego se dirigió a su bolso, yo le dije – que traes ahí? – no me contesto así que le volví a preguntar – pero dime que traes??!! – y él dirigiéndose a mí me dijo – dame tu mano – yo se la pase, luego me pidió la otra y llevándolas a su entrepierna me las puso justo debajo de esa increíble verga, no sabia que pasaba y comenzó a apretarme mis manos con sus muslos y luego saco unas esposas con sus manos y me las puso en la mesa que yo tengo en el living.

No entendía que quería hacer y luego le pregunte

Que haces papito?-

El solo me respondió
Ahora te traigo tu sorpresa-

Y abrió la puerta y aparecieron 4 hombres grandísimos frotándose sus enormes vergas, median casi 21 cm cada una, y estaban totalmente desnudos en mi patio, entraron raudamente y comenzaron a escupirme y decirme lo perra que era, yo estaba con las manos atadas y luego ellos comenzaron a atarme las piernas a cada extremo de la mesa, de forma que mi culito quedaba a su entera disposición.

Después de ensalivarme todo mi ano y a besarme y escupirme me dijeron – ahora veras la sorpresa-

Comenzaron uno a uno a culearme como una perra, uno por la boca y otro por mi culito, parecía toda una puta con tantas vergas que entraban y salían de mis orificios, cuando de repente veo al vendedor (que se llamaba Michael) que llamaba por teléfono y repetía una y otra vez: venga vengan!!! No importa si esta solita la perra, y parece que esta en celo – jajajaja- reía

Llevaba casi una hora siendo culeada y tragando todo el semen que me tiraba, y cuando no lo hacia me abofeteaban, mi culito chorreaba casi sin parar.

Después de una hora llegaron los 4 amigos mas de Michael y también me culearon como a una puta, uno de ellos casi me parte, era un negro africano con una pija del porte de un buque que encalaba en mi ano una y otra vez sin parar, su pene era casi de 26 cm y 5 de grosor, yo solo gemía de placer y dolor.

Al finalizar me soltaron y me ordenaron limpiarles las vergas uno a uno a los 9 machos que habían disfrutado de su nueva hembra.

Pero eso no era todo, después de lamerles sus vergas y huevos y dejarlos limpios, me afirmaron todos y abrieron mis piernas, de nuevo comenzaron a escupirme el ano y uno de ellos abrió nuevamente la puerta del patio.

En ese momento apareció un perro pastor alemán gigantesco, al cual le pasaron por su nariz el olor de mi ropa interior con lo cual el perro se calentó y corrió hasta mi ano.

Comenzó a montarme igual que una perra, y los hombres lo ayudaban a encontrar el potito de la hembra, que era mi culito.

Lograron meterme esa tremenda verga de perro a pesar de mis pataleos, y luego el dolor fue tan grande y el placer también que me rendí ante los lengüetazos de REX, el perro que me estaba culeando, todos se sentaron a ver el espectáculo y reían y me decían
vamos perrita, dale a tu macho lo que quiere-
eso es linda, ahora te llamaremos Sisy –

Y reían.

Después de 24 minutos de emboladas del perro este eyaculó en mi ano y sentí una gran pelota que se hinchaba en mi culito, el perro no se despego ni por 20 minutos mas y dejaba caer su baba en mi espalda.

Luego todos me lavaron en la ducha y me vistieron con ropa de mi hermana y me dejaron tendida en la cama y uno de ellos me dijo:

Si dices una palabra de esto, le contamos todo a tus padres –

vamos a venir cada dos semanas a buscarte, para una nueva ración, nosotros te compraremos ropa de dama y un collar de perrita, te daremos dinero para lo que quieras, pero serás nuestra hembra-

ENTENDIDO!!!

Y se fueron, después de eso, me dejaron tendida.

Ahora cada dos semanas, me dan como a una puta y como a una perrita, y cada vez parezco mas mujer.