Terminaron dándome por el culo en las duchas de los vestuarios

En el bar donde paraba algunas tardes, tenían una peña de fútbol. Solían ir a entrenar 2 días a la semana, lo hacían en un colegio, en un pequeño campo de fútbol. Iban todos los martes y jueves sobre las 8 de la tarde. El entrenamiento se trataba de jugar un partidillo de fútbol entre ellos, unas veces eran más, otras menos, pero casi siempre se llegaban a juntar unas 18 personas.

Las edades de la mayoría rondaban entre los 37 o 38 años, aunque había algunos que rondaban los 50, y un par de ellos que estarían entre los 29 o 30 años.

Los que llevaban todo, eran 2 clientes y amigos del dueño del bar, se que uno de ellos trabajaba de conserje en el colegio, fue por la mediación suya el conseguir poder entrenar en aquel colegio. Ambos eran amigos y se llevaban muy bien.

Un día que les faltaba bastante gente, el que llevaba todo, me invitó a ir con ellos. Al principio le dije que no, que además no tenía ropa. No gracias, yo al fútbol soy muy malo, no es lo mío, además, aunque quisiera, no tengo ropa para poner.

Va, tú tranquilo, nosotros tampoco somos profesionales, solo se trata de jugar un partidillo entre amigos. Además, hoy somos muy pocos, nos vendría estupendamente que vinieras. Por la ropa no te preocupes, en la bolsa de deportes tengo ropa para varios.

Sí, pero es que, aunque quisiera, tampoco tengo calzado, y no voy a jugar con los zapatos.

Si es por eso no te preocupes, Fernando tiene botas en el colegio, me decía mirando para mis pies. No tienes problema calzas más o menos el mismo número que yo, y Fernando tiene de mi número y varios más.

Venga, anímate y ven con nosotros, me decía.

Tanto me insistió que terminé por aceptar. Además, así pasaba un rato entretenido. Está bien, pero mira que no tengo nada, ni siquiera tengo con que ducharme.

No te preocupes, yo llevo de todo, por eso no vas a tener ningún problema.

De esa manera aquel día fui con ellos a jugar el partidillo de fútbol.

Yo iba en el coche con Rafa, que era el que organizaba todo, y era el que me había liado. Nada más llegar al colegio, fue en busca de Fernando para que me dejara unas botas. Mientras tanto yo esperaba allí sentado en los vestuarios viendo cómo se cambiaban los demás componentes del grupo.

Estaba allí sentado esperando, y ya me estaba arrepintiendo de haber aceptado. Como hostias me había dejado liar, pensaba, viendo aquellos cuerpos desnudos. Además, que a la mayoría no los conocía, solo a unos cuantos, y tan solo los conocía de vista, ya que en alguna ocasión habíamos coincidido en el bar donde paraba por las tardes.

Estaba viendo aquellos cuerpos y me estaba empezando a poner malo. Joder solo me faltaba terminar empalmado viendo a aquellos tíos allí desnudos cambiándose delante mía.

Cuando apareció Rafa junto a Fernando, ya prácticamente todos habían salido. Traían 3 pares de botas junto a la ropa para poder cambiarme.

Toma, dijo Rafa, dándome un pantalón de deportes, camiseta y un par de calcetines. Mira a ver si te vale alguna de estas, me decía Fernando dejando en el suelo los 3 pares de botas. Miré las que me parecieron de mi número, viendo que sí me valían, por lo que me empecé a desnudar.

Empecé a quitarme la cazadora, colgándola en la percha que estaba fija en la pared de aquellos vestuarios, haciendo luego lo mismo con la camisa y resto de la ropa. Cuando terminé por sacarme el slip, dándoles la espalda a Rafa y Fernando, me puse rápidamente el pantalón de deportes, tenía miedo de que me vieran con la polla morcillona a media asta. Nada más ponerme el pantalón de deportes, sentándome en el banco, empecé a ponerme los calcetines, calzándome luego aquellas botas de fútbol.

Mientras me estaba calzando, pude ver a Rafa totalmente desnudo. Joder, pedazo de polla que tenía el cabrón, no es que fuera enorme, sería aproximadamente de unos 16 centímetros, lo que me llamó la atención además de lo bien formada que tenía la polla, eran los huevos. La hostia, le colgaban un montón. Quedé mirando medio hipnotizado, cosa que él vio perfectamente como le miraba. No dijo nada, pero vio como mi cara se enrojecía, empezando a ponerme yo nervioso, No sabiendo para donde mirar.

Dios, aquella visión me había puesto malo, notaba como mi pobre polla se empalmaba cada vez más. No sabía como ponerme, muerto de vergüenza empecé a calzarme las botas, mirando de reojo para Rafa. Veía como estaba allí delante mía, totalmente desnudo, el cabrón parecía que se estaba exhibiendo delante mía. No tenía prisa por vestirse, apoyó un pie en el banco, empezando a vendarse el tobillo. Joder, aquello era demasiado, ahora podía ver perfectamente lo que le colgaba del medio de las piernas. Ver aquella polla y aquellos huevos que le colgaban, me tenían tan pero que tan excitado que no era capaz de levantarme del banco, si me levantaba, Rafa, vería el tremendo empalme que yo tenía en esos momentos.

Rafa que era perro viejo, se había dado perfectamente cuenta de mi sonrojo al verle los genitales. Sabía que me había puesto nervioso al verle y que me había excitado, el cabrón no decía nada, pero su cara reflejaba una leve sonrisa al ver el mal rato que yo estaba pasando, el muy cabrón sabía que me había puesto cachondo.

Cuando por fin se terminó de vestir, sin perder aquella socarrona sonrisa, salimos ambos para el campo de futbol. Nada más salir por la puerta del vestuario, Rafa, dándome una palmada en el culo, me decía que me relajara. Te veo muy nervioso, no estés tan tenso hombre, relájate que solo es un partido entre amigos.

Ufff, eso es lo que trataba de hacer, pero ver aquella verga con aquellos huevos colgando me habían puesto malo. Y si seguía dándome palmaditas en el culo, me iba a poner más cachondo.

Al llegar al campo, organizaron 2 equipos, éramos en total 14, por lo que jugamos un partido de 7 contra 7. Menos mal que el campo no era muy grande si no, hubiéramos quedado asfixiados.

Cuando terminamos de jugar el partido, Rafa me pidió que me quedara con él. Iba a realizar unos ejercicios y necesitaba que uno le ayudara, como yo era el que iba con él en el coche y tenía que esperar por él, me pidió a mí que me quedara, cosa que no me importó.

Estuvimos cerca de 30 minutos, dando por finalizado cuando empezaban a salir del vestuario ya duchados la mayoría de los otros componentes del grupo.

Cuando entramos Rafa y yo al vestuario para ducharnos y cambiarnos, solo quedaban 4 que estaban ya vestidos, terminando de recoger la ropa, metiéndola en las bolsas de deportes.

Me senté en el banco empezando a descalzar, cuando Rafa me pasó una toalla de las que traía él. Toma, usa esta toalla, el jabón ya lo llevo yo para la ducha, me decía mientras yo me desvestía.

Nada más desnudarme, dejando la toalla en el banco, fui para las duchas. Eran 5 duchas corridas, entre ellas no había nada que las separase, por lo que poniéndome en la que quedaba en la esquina, abrí la llave, dejando que empezase a caer el agua por mí.

Me puse mirando frente a la pared, no quería que Rafa viera mi polla, la muy cabrona volvía a estar a media asta. Estaba volviendo a estar excitado, a ver si al contacto con el agua, aquello se calmaba.

Cuando Rafa llegó a las duchas, me pasó la botella de gel, para que pudiera enjabonarme. Toma, usa este gel, decía pasándome la botella. Me giré para coger la botella que me pasaba, y cuando estiré la mano, pude volver a ver aquella verga que me atormentaba.

Dios, si aquella verga que veía me tenía hipnotizado, ver cómo le colgaban aquellas pelotas, me hacía estremecer.

Dándole la espalda, abrí la botella cogiendo un poco de gel y luego de enjabonarme, le volví a pasar la botella a Rafa.

Toma, le dije pasando la botella, a la vez que miraba de reojo para sus genitales.

Alargó la mano sujetando la botella de gel, viendo como mis ojos se iban a lo que le colgaba en el medio de las piernas. El cabronazo sabía que yo volvía a estar excitado y nervioso.

Miró para mí, viendo cómo le daba la espalda tratando de que no viera el empalme que estaba padeciendo.

Lo que yo no sabía, era que él ya hacía mucho tiempo que sospechaba que yo era gay. Vamos, que más que sospechar, estaba seguro de que, a mí, me gustaban las pollas y aquello se lo estaba confirmando.

Viendo que la ocasión que se le presentaba era propicia tal y como lo había planeado, después de dejar la botella de gel en el suelo, viendo como resbalaba el jabón por mi espalda, llevó sus manos a mi culito, empezando a pasar sus manos por él.

¡Ehhh! Exclamé al notar como pasaba sus manos por los cachetes de mi culo, pegándose a mí, a la vez que daba un respingo, pegándome a la pared de azulejos.

Tranquilo que no pasa nada, tu no te muevas y déjame hacer a mí. Ya he visto como te pones al verme la polla, se que te gusta y excita, sé que la estás deseando, ¿Verdad que sí? Me decía pegándose a mi espalda a la vez que llevaba mi mano a su entrepierna.

Tócala, que sé que lo estás deseando, se que te gusta y mueres por tocarla, me decía manteniéndome pegado a él arrinconándome a la esquina de las duchas. Sin poder evitarlo, toqué con mi mano aquella verga que me excitaba, notando que se estaba empalmando. Muerto de vergüenza, empecé a palpar aquella verga, notando como le colgaban aquellos huevos, Dios, que estremecimiento me dio, sí ya estaba empalmado viéndole aquella verga y aquellos genitales, tocárselos, me hizo poner más duro. Sin poder remediarlo, empecé a acariciar aquellos huevos que tanto me habían llamado la atención, haciéndole soltar un gemido mientras yo se los acariciaba.

¡Ohhh que gusto! Te gustan mis huevos, ¿eh? Te gustan como cuelgan, verdad, me decía mientras me acariciaba mordiéndome el lóbulo de la oreja.

¡Bufff! Joder que culito más sexi tienes, deja que te enjabone yo, decía pasando sus manos por los cachetes de mi culito.

Yo que al principio me había asustado, ahora estaba inmóvil, pegado a la pared de azulejos, notando como Rafa, acariciaba frotando con sus manos los cachetes de mi culito.

Notaba cómo iba deslizando sus manos por mi culo, pegándose cada vez más a mí, pasando luego sus manos por mis piernas, llevándolas hasta mis genitales, donde empezó a magrear mis huevos, notando el empalme que tenía.

¡Ufff como estás! Decía palpando mi polla con sus manos. Así, así, deja que yo te enjabone, decía mientras acariciaba mi polla, a la vez que pegaba su cuerpo al mío.

Notaba su pelvis pegada a mi trasero y como sus manos acariciaban mi polla a la vez que la iba descapullando.

¿Te gusta?

¿Te gusta cómo te enjabono? Me preguntaba a la vez que llevaba su boca a mi nuca mordiéndola, mientras seguía acariciando mis genitales y polla, viendo como yo me retorcía de gusto, pegando mi culo a su pelvis.

Yo no decía nada, solo me dejaba hacer. Notaba como acariciaba mis genitales y polla haciendo que me inclinara a causa del gusto que estaba sintiendo, haciendo que mi culo se pegara más a él.

Notaba su pelvis pegada a mi culo a la vez que mordía mi nuca, haciéndome gemir mientras me retorcía de gusto.

Tú tranquilo que no pasa nada, que no te de vergüenza, me decía empezando a darme la vuelta quedando, mirando para él.

Llevó su boca a mis pezones, empezando a mordisquearlos, subiendo luego hasta mi cuello, donde me hizo estremecer a la vez que empezaba a temblarme las piernas mientras gemía, teniendo que sujetarme a él.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía sin poder dejar de temblar, notando como el agua caía por nosotros, mientras él no dejaba de morderme el cuello a la vez que me iba acariciando con sus manos.

Subió luego su boca hasta la mía, empezando a morderme los labios, mmm, jadeaba mientras iba mordiendo mis labios, metiendo luego su lengua en mi boca. Chupó, succionó y saboreo toda mi cavidad bucal, hasta que, poniendo sus manos sobre mis hombros, empezó a empujarme hacia abajo, haciendo que me agachase.

No hizo falta que dijera nada, sabía lo que quería y estaba deseando al igual que yo, por lo que poniéndome de cuclillas mientras me sujetaba a sus caderas, llevé mi boca a su polla y a la vez que la sujetaba con una mano sintiendo como caía el agua de la ducha por nuestros cuerpos, empecé a pasar mi lengua por la cabeza de aquella polla que tanto me estaba trastornando desde que la había visto.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía notando mi lengua saborear la cabeza de su polla, volviendo a soltar más gemidos, cuando empecé a chupar aquel rico manjar, mientras con mi mano acariciaba aquellos huevos que tanto me habían sorprendido, por lo mucho que le colgaban.

¡Ohhh! Sí, sí, así así, gritaba metiéndome toda la polla en la boca.

Después de que me tuvo un buen rato chupándole la polla, levantándome por los brazos, me dio la vuelta poniéndome cara a la pared, fue a por el gel, y después de echar un poco sobre su mano, llevó esta hasta mi culo, empezando a enjabonar toda la raja de mi ano.

Así, así, decía lubricando mi hoyito con el gel, tu tranquilo que no pasa nada, tu solo relájate y déjame hacer a mí, ya verás cómo te va a gustar, me decía.

Presionó con un dedo en mi agujero introduciendo el mismo en él, repitiendo la misma operación, pero ahora con 2 de sus dedos, haciendo que mi agujerito se abriese a la vez que lo iba dilatando.

Así así, abre bien las piernas y deja que se vaya abriendo tu chochito para mí, decía introduciéndome 2 de sus dedos por mi culo.

Yo me abría todo lo que podía de piernas a la vez que me inclinaba apoyando las manos sobre la pared de azulejos, dejando totalmente expuesto mi culo para que lo fuese abriendo con sus dedos.

Así, así, ahora vamos a darte lo que tanto estás deseando, decía sacando sus dedos de mi culo a la vez que llevaba su polla a él.

Colocó la cabeza del glande en la entrada de ni hoyito, y mientras me sujetaba por las caderas, dio una embestida, metiéndome de una estocada toda la verga por el culo.

¡Ohhh! Grité al notar como metía toda su verga por mi culo, ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Volví a gritar al notar como aquella polla se enterraba totalmente en lo más profundo de mis entrañas sintiendo golpear su pelvis contra mi culo. Volvió otra vez a impulsar su pelvis clavando más a fondo su polla, manteniéndome fuertemente sujetado por las caderas.

Luego arrimó sus pies más hacia mí, y una vez me tuvo bien colocado, empezó a culearme.

¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba empezando a culearme, ensartándome una y otra vez su polla en lo más profundo de mis entrañas.

Al poco de empezar a culearme, dejándome ensartada la polla en lo más profundo de mis entrañas, separándome de la pared de azulejos, me llevó ensartado en su polla, poniéndose ahora el pegado a la pared de azulejos, quedando yo sin tener donde apoyarme. Ahora me tenía mirando para los vestuarios, pudiendo verme la cara cualquiera que estuviese allí, y el que estaba y ya prácticamente desnudo, no era otro más que Fernando, el amigo y conserje del colegio.

Por supuesto que Fernando, ya sabía lo que iba a pasar, los 2 lo habían planeado, y ahora venía a participar, no quería perderse esa fiesta.

Dios, vaya pedazo de empalme que tenía el cabrón del conserje, se le podía ver la verga totalmente erecta y descapullada. El glande sonrosado y soltando líquido preseminal. Nos miramos a los ojos, viendo él, lo que yo estaba gozando con aquella follada que me estaban dando, y pudiendo ver yo en su mirada lo excitado y caliente que estaba.

Cuando por fin llegó a junto nosotros, sin quitar la vista de mis ojos, llevó su mano a mi polla, empezando a meneármela.

Miraba para mí viendo lo mucho que estaba gozando, y sin poder contenerse, llevó su boca a la mía, empezando ambos a devorarnos la boca uno al otro.

Pero él no se conformaba solo con aquello, dejando mi boca, se agachó delante mía para ir en busca de mi polla, la cual se llevó a su boca, empezando a chuparme la polla mientras su amigo Rafa, me daba por el culo.

Puse mis manos sobre su cabeza, notando como tragaba mi polla. El cabronazo no chupaba, el cabrón era como una succionadora, se enganchó a mi polla empezando a succionar, haciendo que mis piernas empezaran a temblar mientras yo gemía sin parar a la vez que me daban por el culo.

No tardé nada en empezar a correrme, aquello era demasiado placer el que me estaban dando.

¡Ohhh! Me corro, me corro, ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, gritaba eyaculando todo el esperma en la boca del conserje.

Dios, ahora más que temblar, era como un flan, no se como mis piernas me aguantaban, menos mal que Rafa me tenía bien sujeto por las caderas, y gracias a que yo me sujetaba a la cabeza y hombros del conserje, sino ya estaría tumbado en el suelo.

Apenas le dio tiempo a Fernando, el conserje a dejar de chuparme la polla, cuando empezó a gritar Rafa que se corría.

Ya, ya me vengo, ya me vengo, ¡ooohhh! ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh! Gritaba llenándome el culo de leche.

Noté como clavaba sus dedos en mis caderas, sus penetraciones eran más profundas y rápidas, y como su polla empezaba a palpitar dentro de mí, empezando a soltar varios chorros de semen dentro de mi culito, dejándome preñado.

Notaba como caía el agua mojando nuestros cuerpos, mientras seguía medio inclinado, siendo abrazado por Rafa, con su polla ensartada en mi culo, soltando sus últimos chorros de leche y al conserje de aquel colegio, agachado delante mía, terminando de succionar mi polla.

¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Jadeaba Rafa, manteniéndome abrazado a él, con su polla dentro de mi culo. Ya lo sabía, susurraba mordiéndome el lóbulo de la oreja, ya sabía que te iba a gustar, mmm, tienes un culito muy rico, que ganas tenía de follarlo, mmm, decía mordisqueando mi oreja.

El agua seguía cayendo por nuestros calientes cuerpos, mientras seguía en medio de ellos. Notaba como la polla de Rafa iba poco a poco saliendo de mi abierto y recién sodomizado culito, sin que ambos me soltaran.

Todavía estaba temblando cuando levantándose Fernando, el conserje de aquel colegio, agarrándome por la cintura, me dio media vuelta haciendo que le diera el culo. Me hizo inclinar sujetándome a la cintura de Rafa, mientras mi recién follado culo, quedaba expuesto y listo para ser sodomizado de nuevo. Ahora era la polla de Fernando, la que me iba a sodomizar, iba a darme por el culo y preñarme con su semen.

Así maricón, dame el culito que te lo vamos a dejar bien preñado, me decía pasando su mano por mi abierto y recién follado culito. Metió 2 de sus dedos viendo lo abierto que había quedado después de la follada que me había dado Rafa.

¡Ufff! Maricón que abierto tienes el chochito, este ya se ha comido muchos rabos, decía metiendo y sacando sus dedos de mi culo. Mira como te entran mis dedos por el culo.

Yo agarrado a la cintura de Rafa, gemía notando como Fernando metía sus dedos por mi culo hurgando en él. Los metía a fondo, luego los giraba y abría en forma de tijera, haciendo que mi agujerito se abriese deseando que le volvieran a meter una polla en él.

Yo estaba tan pero que tan caliente y excitado sintiendo como aquellos dedos me abrían el culo, que viendo la polla y genitales que colgaban delante de mi cara, no pudiéndome resistir, agarré con mi mano aquella polla que terminaba de darme por el culo, llevándomela a la boca. Abrí la boca empezando a chupar como si la vida se me fuera en ello.

¡Ohhh! Escuché como gemía Rafa cuando empecé a chupar aquella verga, ¡ooohhh maricón que gusto! Gritaba sujetando mi cabeza con sus manos.

Dios que puta nos saliste, maricón. Joder como chupas, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba sintiendo como le comía la polla, mientras Fernando me follaba con sus dedos.

Noté como Fernando sacaba los dedos de mi culo, se pegaba más a mí, me hizo abrir más las piernas y colocando la cabeza de su polla en la entrada de mi agujero, de un empellón, clavó toda su virilidad en lo más profundo de mis entrañas.

Sentí como la verga de Fernando entraba por mi culo, dándome un empujón cuando su pelvis chocó con mis nalgas, mmm, gemí mientras tragaba toda la polla de Rafa que estaba chupando. Dios, que hijo de puta, me había clavado la polla hasta los mismísimos cojones, dejándome empalado en ella.

Dios maricón que culo, que calentito y suave se siente, gritaba empujando más su pelvis tratando de introducir más su polla en mí.

Sujetándome por las caderas, se pegó todo lo que pudo a mí, empezando a follarme.

¡Dios que culito! Joder que gusto maricón, gritaba a la vez que me culeaba.

Solo se escuchaba el ruido del agua saliendo de la ducha, los jadeos que dábamos y el chof, chof chof chof, de la pelvis del conserje cada vez que esta golpeaba mi culo cada vez que metía su polla.

Yo estaba que me moría de tanto gusto que estaba sintiendo. Tenía los ojos en blanco, gemía y chupaba la polla de Rafa, a la vez que acariciaba aquellos cojones que tanto me gustaban, mientras el conserje seguía dándome por el culo en las duchas de aquel vestuario.

Rafa me sujetaba por la cabeza mientras yo le chupaba la polla, viendo este como su amigo Fernando me daba por el culo. Vaya follada que me estaban dando, nunca habían pensado que aquello que planearan, les estuviera saliendo tan bien.

Mis piernas cada vez temblaban más, hasta mi pobre polla empezaba a soltar gotas de semen de tanto gusto que estaba sintiendo, cuando noté como las manos de Fernando se aferraban fuertemente a mis caderas, este empezaba a apurar las culeadas, hasta que empezó a gritar, me corro, me corro.

¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh que gusto! Gritaba derramando todo su semen dentro de mi culo.

Dios que gusto me estaba dando, me abría de piernas todo lo que podía, notando como sus huevos pegaban en la entrada de mi ano, su polla se hinchaba dentro mía empezando a soltar varios trallazos de leche, dejándome preñado por segunda vez en la noche.

Cuando el conserje terminó de correrse dentro mía, sin sacar su polla de mi culo, llevó su mano a mi polla empezando a menearla hasta que hizo que me corriera de nuevo.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba yo mientras mi polla expulsaba el poco semen que quedaban en mis huevos, derramándose en el suelo de aquellas duchas.

Estábamos todos extenuados, yo con el culo abierto y preñado de leche, llevaba en mis entrañas el semen de aquellos 2 sementales que terminaban de darme por el culo en las duchas de aquel vestuario, y ellos con los huevos descargados y las pollas satisfechas de haberme sodomizado tal y como habían planeado.

Una vez recuperados, terminamos de ducharnos, nos vestimos y luego de despedir a Fernando el conserje de aquel colegio, Rafa y yo fuimos para el bar de la peña a beber unas cervezas y acordar otro encuentro. A los 3 nos había gustado y todos habíamos quedado satisfechos, ellos encantados de tener un culito al que follar, y yo a 2 sabrosas pollas que me dieran por el culo y me preñaran de leche.