Mi profesor de educación física

La historia comienza hace 3 años, cuando yo estaba en el curso de COU. Estaba en un colegio de prestigio de mi ciudad, y una de las materias que impartía era educación física.

Yo admiraba la asignatura y al profesor, aunque sexualmente no me atraía, pues era heterosexual.

Mi profesor era alto, tenía el cuerpo muy bien formado, pues, además de trabajar en el colegio, regentaba un gimnasio.

Yo era el capitán del equipo de baloncesto de mi colegio y solíamos entrenar todos los días para seguir en lo alto de la clasificación.

Una tarde, estábamos entrenando y, cuando acabamos el entrenamiento, nos quedamos un amigo y yo tirando a canasta, pues teníamos un encuentro muy importante al día siguiente.

Cuando llevábamos media hora, apareció mi profesor con otro más, que salían de una reunión, y nos dijeron si podían entrenar con nosotros. Yo, evidentemente le dije que sí.

Seguimos casi media hora más, cuando el otro profesor decidió irse, y nos quedamos mi amigo, él y yo.

También, un rato más tarde (serían las 21h) decidimos dejar de jugar e irnos a los vestuarios a ducharnos y a cambiarnos.

Nos metimos en las duchas individuales, pero mi amigo se cambió y me dijo que si se duchaba, llegaría tarde a su casa, así que se fue, cerrando la puerta y dejándonos a los dos allí solos.

Nos estábamos metiendo cada uno en una ducha cuando notamos que alguien llamaba a la puerta.

Le contestamos pero, cuando intentamos salir, nos dimos cuenta de que la puerta estaba encajada, y que era imposible abrirla.

Llamó al guarda de seguridad, para ver si podía ayudarnos en algo, pero no lo consiguió.

Éste nos dijo que sería imposible sacarnos de allí a esa hora, que eran las 21.30h. y que no se podía hacer nada, que deberíamos pasar allí la noche.

Mi reacción fue de enfado, pues a la mañana siguiente teníamos el partido y yo no iba a estar en forma para el encuentro.

Cuando ya me calmé y me di cuenta de que no estaba solo, me metí en la ducha y me tiré un buen rato dentro.

Cuando salí, me encontré con mi profesor secándose.

Tenía un cuerpo perfecto, unos pectorales y unas abdominales marcadas, unas piernas fuertes, y una verga… impresionante, le medía, tranquila por supuesto, más de 17cm, era algo descomunal.

Me senté en el banco a su lado y comencé a secarme yo también.

Cuando estuvimos vestidos, me dijo que si quería comer algo, que él traía dos bocadillos, le dije que claro que sí.

Comenzamos a comer y se me cayeron unas migas en mi pantalón, cuando noté que su mano me sacudía la verga para quitármelas.

Yo le miré, pero él no paraba, me miraba y seguía, hasta que yo comencé a tocarle la suya.

Comenzamos a zarandeárnosla el uno al otro, hasta que noté que ya estaba erecto.

Comencé a desnudarle, y empecé a lamerle su pecho.

Notaba como él se calentaba, me pedía que siguiera, y yo, seguía.

Cuando se destapó, le pude ver una cosa enorme, más de cómo yo me lo imaginaba, y mi instinto fue metérmela en la boca.

Comencé a chupársela, lentamente, pero no me cabía en la boca por completo, tenía que poner formas muy raras para que entrase.

Él gemía, y yo gozaba. Al cabo de unos 10 minutos, me puse de culo, y le pedí que me la metiera.

Él dudó por un instante, pero me la metió.

Nunca había sentido nada igual en mi vida, notaba dolor y placer a la vez, fue algo bestial.

Sentía toda su fuerza y, cuando pasaron unos minutos, sentía que algo me inundaba.

Cuando acabamos, dormimos toda la noche juntos, abrazados y besándonos.

Yo no creía que una persona de unos 28 años fuese a estar así conmigo, pero me gustó.

A la mañana siguiente nos despertó un forcejeo en la puerta, nos apresuramos a vestirnos y se abrió la puerta.

Estaban los del equipo fuera, entrenando para el partido, y salí y jugué como nunca.

Seguí el curso con mi profesor, que a la clase siguiente a la suya siempre llegaba tarde, despidiéndome de él hasta la próxima.