Fui su hembra

Empezaré diciendo que soy un hombre (de 30 años, mido 1, 70) al cual le gusta travestirse, cuando mis padres y mis hermanas se van de casa y me quedo solo, lo primero que hago es ponerme la ropa de mis hermanas, me encanta rasurarme, ponerme sus ligueros y sus tanguitas, braguitas y toda su ropa, luego me pinto y me lo pasó en grande con un amiguito que me he comprado que mide 22 cm, y se llama vibrador.

La experiencia que les voy a contar me ocurrió cuando tenía 18 años, ahí fue cuando empecé a darme cuenta de mis gustos sexuales, todo empezó un día que estábamos pescando un amigo mío y yo.

Él era tres años mayor que yo, de repente empezó a caer una tormenta con el resultado de una increíble mojadura para los dos, ya que ese fin de semana me iba a quedar a dormir en su casa, nos fuimos para allí con la intención de secarnos y esperar a que acabase de llover.

Cuando llegamos nos quitamos toda la ropa quedando solo con los slip y el me presto un batín, ese fin de semana sus padres habían marchado para su finca del interior y su hermana de 24 años había aprovechado para ir a casa de su novio, entonces la cosa empezó a ponerse interesante cuando empezamos a jugar al poker y ya habíamos bebido un poco más de lo normal, entre una tontería y otra quedamos que el que perdiera haría lo que el otro dijese, perdí yo, mi sentencia fue quedar jugando la próxima partida totalmente desnudo, así lo hice con un poco de reparo al principio, la segunda partida tuvo el mismo resultado y hache ya empezó lo que después fue una tarde-noche de sexo fantástica, mi próxima sentencia fue que fuese su hembra todo el DIA, con lo cual me tendría que vestir con las ropas de su hermana, al principio me negué pero después la idea de estar todo el DIA a sus órdenes me fascinaba.

Así pues me dirigí a la habitación de su hermana mientras el esperaba en el salón aquí apareciese su hermosa hembra, lo primero que hice fue escoger lo que me iba a poner así pues seleccione un liguero negro de encaje, un tanga de hilo que se me metía por mi rajita, una minifalda negra y una blusa blanca, me fui al baño y siendo mi primera vez, creo que no me pinte tan mal.

Salí en dirección al salón y cuando el me vio entrar, noté su cara de asombro y mas cuando me senté a su lado y le baje los clips para empezar a comerle aquel maravilloso nabo que me iba a hacer suya, antes de que se viniese en mi boca el me separo y me dijo al oído «ahora pequeña Victoria te voy a hacer mía, estás preciosa» lo primero que me hizo fue ponerme con las manos apoyadas en la mesa, levantarme la minifalda y separar el tanguita para un lado para así empezar a lamerme el ano, después con una crema hidratante empezar a redondear mi agujerito, en este punto yo ya no sabía donde me encontraba de lo mucho que estaba gozando, cuando lo tuve bien dilatado después de meterme incluso cuatro dedos, me puso tendida boca arriba sobre la mes del salon, me deslizó el tanga hasta el suelo y con mucha dulzura me subio mis piernas sobre sus hombros, así me metió su inmensa polla de una sola embestida, me hizo soltar un grito de dolor pero fue un segundo porque enseguida me invadió un placer fantástico, empezó a bombear y antes de que él acabase yo ya me había corrido salpicando todo mi pecho y cara, sacó su polla y yo me tire a mamarla como si llevase un mes sin beber y eso fuese lo único que iba a encontrar, me trague toda su leche y nos quedamos los dos acostados en el suelo, lo justo para tomar un baño juntos en el cual le volví a comer su nabo y vestirme otra vez para la cena con otro conjunto.

Esa noche dormimos en la cama de matrimonio, volvimos a hacer el amor antes de dormir y nada mas despertarnos, pero esa es otra historia para otra ocasión.