Una partida de pádel

Me llamo Claudia y tengo 42 años, soy una mujer divorciada que por lo que creo todavía estoy de buen ver, como creo que comprobareis cuando leáis este relato.

El caso es que hace unos días quedé con una amiga para jugar al pádel, yo nunca había jugado y la verdad no tenía ni idea pero mi amiga estaba dando clases y lo cierto es que esta muy entusiasmada, así que acepté ir a jugar con ella, aunque hiciera el ridículo.

Empezamos a jugar la verdad es que hacía muchísimo calor era mediodía y no se podía estar, así que me quité la sudadera y el polo que llevaba y me puse a jugar solo con una camiseta de tirantes, lo cierto es que las dos tuvimos la misma idea y nos pusimos a jugar prácticamente igual vestidas.

Al poco de jugar llegaron unos chicos a la pista de al lado eran dos chicos altos morenos, fuertes, tenían pinta de deportistas, iban con pantalón corto y camisetas ajustadillas aunque cómodas, las dos nos miramos al instante y fue Marta, mi amiga, la que se lanzó. – Perdonad, ¿vais a jugar al pádel?-, los dos chicos se miraron y asintieron con la raqueta. –Si queréis podemos jugar los cuatro así es mas divertido-les dijo Marta. , – No sé lo que tu quieras- dijo el mas moreno a su compañero, el otro asintió entraron en nuestra pista.

Acordamos jugar uno con cada una ya que éramos muy malas, de hecho Marta dijo el que sea mejor que vaya conmigo y así Carlos el mas moreno vino conmigo, empezamos un poco a pelotear y Carlos parecía jugar bastante bien al igual que su amigo que iba con Marta.

Yo realmente era muy mala jugando y teniéndola lado a Carlos todavía mas, Carlos se movía rapidísimo incluso intentaba atrapar las bolas que yo fallaba.

Al rato de ir jugando estábamos todos empapados en sudor, a Carlos y a Víctor su compañero se le notaban todos los músculos de llevar la camiseta pegada el cuerpo, lo cierto es que tuve suerte porque Carlos tenía unos abdominales preciosos, yo también estaba sudada y llevaba ya un rato con los pezones durísimos, aunque no era la camiseta lo único que tenía mojado.

Al cabo de un par de horas de estar jugando acabamos el partido, Carlos y yo perdimos, pero Marta y yo decidimos que en compensación por haber jugado tan mal nosotras les invitaríamos a tomar algo, así que Marta decidió ir a mi casa que era la que mas cerca estaba y así podíamos ducharnos ya comer tranquilamente, los chicos aceptaron lo cierto es que parecían algo aburridos durante el partido y la idea de invitarles a comer les supo bien, llegamos a mi casa y les dijimos que si se querían duchar mientras hacíamos a comida Carlos dijo que sí que estaba empapado y que le apetecía ducharse, yo le acompañé para decirle donde estaba el baño, al instante me llamo y me dijo que si tenia una toalla que no había, yo fui al armario cogí una y echándole un poco de morro abrí la puerta, entonces pude ver a Carlos sin la camiseta bajándose los pantalones cortos y dejando solo unos calzoncillos azul oscuro slip, él no se inmuto y me dio las gracias, no os podéis imaginar lo cachonda que eso me puso el cuerpo de Carlos era maravilloso los abdominales que se le notaba no era nada con sus hombros o su pecho o lo que dejaba entrever ese calzoncillo minúsculo.

Yo me senté en mi cama y empecé a tocar mis pechos y mis muslos ese cabrón me había puesto muy cachonda, así que me quité la ropa y me metí en el cuarto de baño, la cortina estaba echada y el ruido del agua no le dejaba oír mis pasos yo llegué y cuando vi que estaba dado la vuelta entré, nada mas entrar pude ver sus espaldas y su culo un culo duro que enseguida me lancé a tocar en ese momento Carlos se dio la vuelta – ¿!Ey que haces?!- me dijo sorprendido, yo me acerqué a el hasta sentir su cuerpo pegado al mío y le dije – Bueno te echo perder el partido tengo que compensarte ¿no?- y sin dejar de mirarle a los ojos fui bajando mi mano por su cuerpo hasta llegar a sus muslos durísimos y a su pene que empecé a acariciar, tenía un pene precioso no muy grande pero lo bastante como para volverme loca, pasé la mano por el y vi como se empezaba a poner duro, la idea de tener aun chico de 22 años ahí y ponérsela dura es maravillosa, el empezó a tocarme los muslos y el culo cogiéndolo con fuerza, su pene estaba inmenso entonces él comenzó a tocarme las tetas lo hacía con maestría creando en mi una pasión y un deseo de volver a sentir sus dedos en mis tetas otra vez, entonces lo comencé a besar, él seguía agarrado a mis tetas mientras yole meneaba el pene, -vaya esto lo haces mejor que el pádel- dijo, – y sé hacer mas cosas que en el pádel – dije yo, – ¡ah si! muéstramelas- y diciendo eso me agaché lamiendo su cuerpo hasta llegar a su pene que vi lo tenía rapado se quitaba ese bello cosa que me puso mas y me lo metí entero en la boca, dios como me gustaba eso le cogí del culo y comencé a moverle para chupársela mejor endurecía el culo y eso me encantaba notaba como mi coñito se estaba empapando, luego mientras se la chupaba pasaba mis manos por sus abdominales y estaba muy duros eso y notar lo duro de su polla en mi boca que tenía totalmente abierta estaba cachondísima y empecé a tocarme a la vez, no os podéis creer lo que era tener esa polla en la boca, cuando él me vio tocarme me levantó aunque yo seguí masturbándole, y comenzó a tocarme, yo me abrazaba a él porque no podía mas, pero quería tener esa polla dentro de mi, como si él me hubiera oído me subió con facilidad y cogiéndome por las piernas empezó a follarme por fin la tenía dentro y dios era genial, ese chico follaba de maravilla, mis tetas no hacían mas que saltar una y otra vez y el las chupaba mientras su polla entraba y salía de mi, yo empecé a arañarle la espalda, entonces me bajo y me dio la vuelta y abriéndome las piernas empezó a follarme, me cogía de las caderas y me clavaba su polla, yo apoyaba las manos en la pared y me dejaba llevar estaba nublada por las sensaciones, no sé las veces que me pude correr.

Ni siquiera cuando me sacó de la ducha en brazos todavía con su polla dentro y siguió follándome en la cama mojados dejando todo empapado de sudor y fluidos, el caso es que me subía me bajaba me ponía de mil maneras que hacían que entrara hasta el fondo, hasta que se corrió él, yo no podía evitar perderme eso así que la saqué y empecé a comérsela su polla sabía a mi y estaba totalmente roja cuando se corrió deje que lo hiciera sobre mi cayendo por mis tetas mi cuello incluso mi cara.

Me tumbé en la cama y cerré los ojos en esa posición, él fue al baño se lavó y se dirigió al comedor, por lo que pude oír a Marta con Víctor le había ido bien aunque dudo que como a mi, los dos chicos se rieron y les oí cerrar la puerta, en ese momento dudé entre quién había seducido a quien si nosotras a ellos o ellos a nosotras yo solo sabía que había sido follada como nunca lo había sido.