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Mi deseada tía

Mi deseada tía

Mi tía la hermana menor de mi madre, una hermosa y perfecta mujer de 42 años.

Desde niño me a gustado mucho, la he deseado siempre y es mi fantasía sexual.

Muchas veces me masturbé a su salud.

Es hermosa de color trigueño, pelo negro y chino, con una cara afilada, ojos negros y unos labios perfectos qué incitan a besarlos.

Es delgada, de cuerpo escultural, dónde le sobresale un sabroso, redondeado y bien formado culo.

Ese culo con el qué siempre he soñado, con algún día poder olerlo, lamerlo y penetrarlo.

No es muy alta, mide un metro 60 de altura y pesa unos 50 kilos.

Es un monumento de mujer, todo lo que un hombre puede pedir.

Hermosa y perfecta de pies a cabeza, sobre todo sus pies.

Son perfectos, lindos y muy sexis.

Cabe mencionar que tengo un fetiche por los pies, y los de mi tía me fascinan.

Desde niño me excitaba con solo verlos, y siempre fantaseé con poder tenerlos en mis manos, para acariciarlos, suspirar su olor, lamerlos y probar su sabor.

ahora les contaré cómo comienza está historia con mi tía.

En ese entonces yo tenía 34 años y mi tía 42.

Todo comenzó en una fiesta que avía en el barrio, donde esa noche mi tía llegó ala fiesta, robando la mirada de todos los hombres allí presentes.

Llegó Con un vestido muy provocativo, qué apenas y tapaban sus nalgas, de color rojo intenso, escotado y pegadito, qué le hacía lucir su esbelto y sexy cuerpo, y hacía sobresalir a un más su delicioso culo.

En el cual se le notaba que traía una tanga de hilo, se miraba bien buena. cuando la miré fui por ella, para traerla hasta la meza dónde estábamos sentados toda la familia.

Ya estando allí, le pregunté por su esposo y sus hijas.

Dijo que su esposo había salido a trabajar fuera.

Y sus hijas no la habían querido acompañar, así qué las dejó con su abuela.

Entonces supe qué mi tía después de la fiesta, se iba a quedar en su casa sola toda la noche.

Era la ocasión perfecta, y yo no podía dejar pasar esa oportunidad, para tratar de pasar la noche con ella.

Ya de rato no dejaba de mirar lo hermosa que lucía, y sonriendo me pregunto, qué por qué la miraba tanto.

Me sonrojé no supe qué contestarle y me quedé callado.

Después de rato le pregunté que sí quería tequila de la botella que yo traía, me respondió qué sí y le serví un vaso bien cargado.

En ese momento empecé a planear en emborracharla, para poder aprovecharme de ella.

Tratar de cogérmela, y hacerle todo lo qué desde niño había imaginado.

Ya qué ella pasaría sola la noche en su casa.

Después de estar charlando, bromeando y escuchando la música de la fiesta.

Ya con varios tragos de tequila mí tía estaba muy alegre, la fiesta estaba muy animada y se paró a bailar con unas amigas.

Yo me quedé mirando lo rico qué bailaba, sus sexis movimientos y lo sabroso qué movía ese culo. Me estaba excitando verla bailar de ésa manera, no dejaba de mirarla.

Sé dio cuenta que no le quitaba la vista de encima se acercó a mi, me tomó de la mano y me llevó a bailar con ella.

Y por supuesto qué no iba dejar pasar la oportunidad de bailar con tan buena vieja, y ser la envidia de todos. Yo Disfrutaba estar bailando con mi tía.

Ya después de varias canciones bailando regresamos a la mesa. platicábamos dé todo y seguíamos tomando, la estábamos pasando muy bien, y mi tía cada vez se me antojaba mas.

Sé miraba mas bonita ya con varios tragos encima. Tomaba trago tras trago estaba tomando mucho, yo nunca la había visto así. Mi plan estaba funcionando a la perfección.

En ese instante pusieron una canción que a mi tía le gustaba, y nos volvimos a parar a bailar.

Mi tía bailando pegaba su cuerpo cada ves más al mío, eso me ponía muy cachondo, sentía qué la verga me explotaba, de lo parada qué la traía. creó que a mi tía la tequila le estaba haciendo efecto, cuándo al querer dar una vuelta casi se cae, y aproveché para sostenerla y tocar su culo.

Pensé qué me diría algo por tocárselo, pero solo sonrió y me miró a los ojos con una mirada lujuriosa.

La llevé a sentar, y ella siguió tomando más tequila, lo cual a mí me parecía perfecto.

Ya cuándo la fiesta iba terminar, le dije qué la llevaría a su casa qué ya había tomado mucho, me dijo que sí, qué le hiciera el favor pero qué esperara un poco en lo qué se despedía de la familia y sus amigas. ya iba algo borracha y la tuve qué ayudar a subir al coche, la tomé de su pequeña cintura y acomodé sus piernas. ya en el coche de camino a su casa, tenía las piernas abiertas y su vestido se le subió aún mas.

Se le miraba qué traía tanga blanca.

Ella notó que estaba mirando entre sus piernas y pensé qué bajaría su vestido y las cerraría, pero solo sonrió.

Cuando llegamos a su casa la tuve qué ayudar a bajar del coche y a entrar a su casa, le era difícil poder sostenerse. Y yo aprovechaba para tocar su cuerpo, y ella solo reía. me invitó a pasar, para que le hiciera compañía por un ratito y no estuviera sola, ya estando en la sala cómodamente, mi tía sacó una botella de whisky para qué siguiéramos tomando.

Después de rato puso música para qué bailáramos, y ya estando bailando comenzaron canciones románticas.

Puso sus manos alrededor de mi cuello, y yo la abracé por la cintura.

Me puso muy cachondo, estar tan pegado el uno al otro, que la verga de nuevo se me paró, y cada qué dábamos un paso aprovechaba para arrimársela toda, creo qué mi tía la sentía, por qué me abrazaba mas fuerte para pegarse mas a mi cuerpo, ella solo me miraba a la cara y sonreía.

Después de bailar por un buen rato nos sentamos para servirnos otro whisky, y seguir platicando, mientras nos terminábamos la botella.

En ese momento, mi tía comenzó a quitarse los zapatos para estar más cómoda, diciendo que ya no aguantaba los zapatos, qué le dolían los pies por los tacones tan altos qué traía y por lo mucho que había bailado.

Yo me deleité mirando esos lindos pies con uñas pintadas de color rojo. no quitaba la mirada de ellos, y me preguntó qué si le podía dar un masaje en sus pies.

Según yo me hice del rogar, para qué ella no notara lo mucho qué me excitaban y me gustaban. En un tono de broma le dije qué si no le olían feo, lo cual le causó risa y me puso los pies cerca de la nariz, dijo qué los oliera y comprobara que no le olían.

Con una sonrisa los olí profundamente y le contesté qué le olían rico, qué solo estaba bromeando.

Se recostó en el sofá y tomé sus pies, para qué le diera el masaje.

Yo no lo podía creer, por fin tenía en mis manos sus pies con los que tanto soñé.

Los empecé a masajear muy suavemente y los puse cerca de mi cara para seguir respirando ese delicioso aroma que desprendían. sus pies eran suaves y sus plantas eran de un color amarillo, además estaban sudados como a mi me gustan, por tanto haber bailado.

A mi sé me hacia agua la boca para poder lamerlos y probar su sabor.

Los masajeé suave y lento todas sus plantas y dedo por dedo, se sentía muy bien tenerlos en mis manos.

Mi tía solo me miraba tomaba su whisky y decía, uff que rico, qué rico me los masajeas mi hijo. Mientras se los masajeaba, noté que abría las piernas, empecé a mirar en medio de ellas y miraba su abultada tanga, y se miraba húmeda.

Se notaba que tenía un enorme cocho.

Volvió a notar que le estaba mirando esa parte, pero no decía nada y no cerraba sus piernas, solo sonreía un poco. creo que mi tía estaba algo excitada. Después de un rato me dijo que parara un momento en lo que iba al baño.

Me preparé otro whisky y mientras esperaba, solo pensaba en que esa noche mi tía tenía qué ser mía.

Cuando regresó se volvió a recostar en el sofá, me dio sus pies, y dijo qué continuara con el masaje.

Seguí dándole el masaje en los pies, cuando ella notó lo excitado que yo estaba y la pasión con qué lo asía, y me preguntó, qué si me gustaban sus pies.

Le contesté con un poco de vergüenza que si, que los tenía muy bonitos y bien cuidados.

Ella me dijo que se notaba por como los trataba, y qué si tanto me gustaban qué le demostrara cuanto.

Yo la miré y un poco nervioso, comencé a ponerlos en mí nariz respiré profundamente su olor por unos minutos, los besé por todas partes y lamí todas sus plantas. Lo qué tanto había anhelado se estaba haciendo realidad.

Metí sus dedos en mi boca y de 1 en 1 los succionaba, después metí los 5 dedos, para tener toda la punta de sus pies dentro, y di pequeñas mordidas en sus plantas. sabían delicioso, tenían un fuerte y rico sabor. Eran los primeros qué había probado, y mientras seguía degustando de sus pies, abrió más sus piernas y me quedé con la boca abierta, por lo qué estaba mirando.

Mi tía ya no traía la tanga, la muy puta se la había quitado en el baño.

Me dejó ver todo su gran cocho depilado, con unos labios preciosos de color rosado, su cocho sé le miraba delicioso.

Fue donde supe que mi tía estaba caliente y quería provocarme para qué pasara algo entre nosotros.

Miró qué no quitaba la mirada de su cocho y comenzó a jugar con su lengua, la pasaba por sus labios, se mordía el labio inferior, y sonriendo me preguntó

Qué si me gustaba lo que estaba mirando.

La voz sé me cortó y le contesté qué si.

Y en ese momento la cosa se puso mas cachonda, se acercó a mi, sacó mí verga del pantalón y con sus 2 pies, me comenzó a masturbar. Sus pies se sentían divinos en mi verga.

Después de un buen rato masturbándome casi me vengo, y volví a tomar sus pies, los empecé a besar hasta llegar a su entrepierna y allí le hice varios chupetones.

Olí su cocho y le pasé mí lengua, comencé a mamárselo.

Ya de rato, empezaron a salir sus jugos, sabían deliciosos.

Me tomó de la cabeza con fuerza y me pegaba más a su jugoso cocho, la escuchaba gemir y me decía, qué rico me lo comes mi hijo, sigue así, yo sentía como su cuerpo temblaba.

Levantó mi cara, me dio un rico beso y probó de mí saliva con sus jugos vaginales.

Se acercó a mi verga me dijo qué la tenía bonita y le dio un beso en la punta.

Me dijo vamos a la recámara, me tomó de la verga y me llevo sin soltármela.

Ya en la recámara estábamos junto a la cama, y nos empezamos a besar apasionadamente.

Yo mordía sus labios y los succionaba, ella metía su lengua en mi boca y la dejaba allí para qué yo la disfrutara. sus besos sabían delicioso.

Mientras nos besábamos, levanté su vestido del culo y le pasaba un dedo en medio de toda su rajada, Y ella. con su mano en mi verga me masturbaba.

Le quité el vestido le besé el cuello y bajé a sus chiches apretándole y mordiendo sus duros pezones, se las mamé por un buen rato haciéndole varios chupetones.

Sus chiches no eran muy grandes pero eran muy bonitas y sabrosas. Mientras le seguía mamando las chiches le metía y sacaba un dedo del cocho.

Le di la vuelta para que quedara de espaldas hacía mi.

Le mordí y lamí sus orejas mientras qué con la mano le acariciaba el cocho.

Empecé a bajar con mí lengua por en medio de toda su espalda, hasta llegar a su culo, tenía unas nalgas preciosas y bien formadas, se las mordí con fuerza, hasta dejar mis dientes marcados en ellas, se las lamí todas y también le hice chupetones. Mi tía solo gemía, la puse dé a perrito en la cama, le abrí las nalgas y miré su bonito ano sudado, con un bonito color y muy cerradito.

Ese ano con el cual muchas veces fantaseé con lamerlo, y por fin lo tenía frente a mi para probar su sabor.

Abrí bien su culo y le salió una exquisita aroma, la qué hizo que pasara mí lengua por toda su rajada, lo qué provocó qué ella dijera, espera no seas cochino está todo sudado, no está limpio.

Le dije qué no me importaba, qué yo se lo limpiaría con mi lengua. Le sabía delicioso, lo lamía, lo succionaba y metía toda mí lengua dentro de su ano. Mi tía solo gemía y decía uyy, que rico mi hijo. y se abría las nalgas, agarraba mi cabeza y con fuerza la pegaba en su culo.

Me preguntó qué si me gustaba su culo, qué si le sabía rico.

Yo le contesté que estaba delicioso y me dijo qué no parara de lamerlo, qué nunca nadie se lo había lamido, y qué le encantaba esa sensación de tener mi lengua en su ano.

Seguí comiéndole el ano como por 10 minutos, no quería despegarle mí lengua estaba exquisito, y mi tía decía uff, qué rico se siente, y le dí un gran beso tronado en el ano.

Me acosté en la cama me quitó la ropa, me besó en la boca y me dijo qué sabían sabrosos mis besos con el sabor de su culo.

Me siguió besando en el cuello y el pecho, hasta qué bajó a mi verga y desesperadamente me dio barios besos tronados en la punta, se la pasó por toda su cara y se la metió toda en su boca.

Después me comenzó a succionar sólo la cabeza con mucha fuerza. cuando la sacó de su boca la cabeza estaba morada por la fuerte succión. Empezó a morderme la punta de la verga y casi hace qué me viniera en su boca.

Decía qué rica verga, qué sabrosa, besó mis huevos, se los metió de uno en uno en su boca y luego se metió los 2 juntos.

Era una sensación muy placentera, yo no quería que parará, se notaba qué tenía mucha experiencia y qué le encantaba mamar la verga. Agarré su cara, la levanté y le dije que hiciéramos un 69, se acomodó sobre mi, y le comencé a mamar el cocho.

Ya lo tenía muy mojado con sus jugos, tenía un sabor ácido y rico.

Ella seguía mamándomela y apalancándose de la verga.

Yo lamía desdé su cocho hasta su ano me encantaba y no quería parar de mamar.

Le dije qué abriera su culo y se sentara en mí cara, luego empezara a dar sentones, para qué mi lengua se le metiera en su ano.

Mi tía con gusto lo hizo y no paraba de gemir, decía, hay qué rico, qué rico mi hijo.

Era glorioso tener ese culo sobre mi cara. Después de rato, se dio la vuelta, se acomodó la verga. en su cocho y de un sentón se la metió toda. Empezó a cabalgar sobre mí fuertemente moviendo su culo en círculos.

Era una experta, toda una puta.

Mi verga estaba toda empapada de sus jugos. con mis manos agarraba sus chiches fuertemente y ella gritaba de placer, mientras nos mirábamos fijamente a los ojos.

Con una mano pasé un dedo por toda su rajada, hasta llegar a su ano para metérselo.
Metí el dedo y pensé que mi tía me tomaría la mano y se lo sacaría.

Pero no, mi tía gemía más y sonriendo me dijo te gusta picarme el culo mi hijo?.

Le dije que si y le pregunté qué sí le molestaba, dijo qué era una experiencia nueva y una sensación rica.

Saqué el dedo y se lo puse en la boca, lo lamió todo.

Se lo sacó y me besó, para que yo probara de su saliva con sabor a su ano.

Se dio la vuelta sin sacar mi verga de su cocho, y me dio la espalda para qué mirara su culo, mirara como mi verga. le entraba y qué yo pudiera meterle mas fácil el dedo.

Ya de rato, la acosté boca abajo, y mi tía con sus manos se abría las nalgas, mientras yo estaba encima de ella, se la metía fuertemente y mordía su espalda.

Mi tía decía qué la cogiera fuerte como a una puta, qué le dejara su cocho todo rosado y qué disfrutara tanto como ella.

Sus palabras me calentaban demasiado, y la cogía con fuerza como ella. pedía.

Después me pidió que me la cogiera de perrito, que esa posición le gustaba mucho.

La acomodé y le tallé los labios del cocho con mí verga, se la metí lentamente por un rato, después fui dándole con más fuerza, y ella solo clavaba su cara en la almohada y gemía a placer.

Solo se escuchaba como sus nalgas chocaban en mi cadera, por cada embestida qué le daba.

La jalaba del pelo y hacía qué volteara para besarla, la nalgueaba fuertemente, que mis manos quedaban pintadas en su culo.

Mi tía gozaba de placer y me decía, métemela, métemela hasta el fondo mi hijo. Yo le decía qué era una puta, que estaba bien sabrosa y que si le gustaba como me la cogía, mi tía me decía qué era mi puta, y qué le encantaba como se la estaba metiendo.

Después de coger en varias posiciones la cambié a la del misionero, para subir sus pies a mis hombros y metérsela por el culo, ver los gestos qué haría con su cara.

Puse mi verga en la entrada de su ano, y me dijo que por allí no sé la fuera a meter qué era virgen, qué nunca se la habían cogido por el culo.

Eso me fascinó y le dije qué a un mejor, por que yo iba ser el primero en rompérselo.

Estando ella. boca arriba eché sus rodillas hacía su pecho y levanté su culo, para qué quedara cerca de mi cara, para lamerle el ano y dilatárselo bien, le metí mi lengua por un buen rato, le metí un dedo luego 2 y sentí como su ano se empezaba abrir mas. Tomé sus pies los puse sobré mis hombros, y volví a poner la punta de mi verga. en su ano.

Me miró seriamente, me tomó de mis manos. y entrecruzó sus dedos con los míos, me dijo que se la metiera despacito y con cariño.

No hice caso y en ese momento la embestí fuertemente, y de un sólo empujón se la metí toda.

Mi tía dio un gran grito cuando le entró, y apretó muy fuerte mis manos. La besé para callarla y se la dejé un rato dentro de su culo sin moverme, para sentir bien su ano como apretaba mi verga. Después comencé a cogerla lentamente, me daba trabajo metérsela, por lo apretado que tenía su ano.

Mi tía ponía cara de dolor y le salían algunas lágrimas. Después de rato se le comenzó a dilatar bien y mi verga entraba y salía con facilidad.

Quité sus pies de mis hombros y los puse en mí boca, para lamerlos mientras me la seguía cogiendo por el culo.

Mí tía gemía fuertemente, se retorcía y le pregunté qué si le dolía, qué si quería qué se la sacara. Ella me contestó, qué le dolía, pero qué le estaba gustando y estaba muy caliente, que aunque gritara no se la sacara, qué la cogiera mas fuerte aun qué después no pudiera caminar.

Me decía qué le reventara el culo, qué se lo dejara todo rosado y abierto.

Ya con su ano bien dilatado, sé le iba hasta el fondo fácilmente. mí tía no paraba de gemir y me decía, no pares dame más mi hijo, cógele el culo a tu tía, qué rico me la metes, qué rico se siente mi amor.

La besé en su boca y en sus chiches.

Le saqué la verga. y le miré lo bonito qué se miraba su culo bien abierto, con un color rojizo y metí la lengua dentro de su ano.

Le puse mi verga. en su boca y no le importó qué se la hubiera sacado del culo, la empezó a mamar apasionadamente y decía qué sabía rica con el sabor de su culo.

Se la volví a meter por el culo, ella. me abrazó por el cuello y sonrió.

Se la metía toda por su culo, la sacaba y la metía en su cocho, después en su culo y de nuevo en su cocho, se la metía por sus 2 agujeros.

Mi tía gozaba como nunca había gozado, después la abracé y me levanté con ella., yo quede parado y ella. abrazada de mí, con toda la verga dentro de su culo. empecé a cogerla en esa posición y la verga se le iba hasta el fondo.

Yo ya traía mi verga, toda colorada y rosada de cogerla.

Mi tía me besaba con mucha pasión y me preguntó, qué sí me estaba gustando cogerla por su culo virgen, qué si se sentía rico su culo, que si estaba disfrutando cogerme a su tía.

Le dije que sí, qué era delicioso, qué tenía un culo muy rico y apretado, dijo qué se lo metiera mas rápido, que le sacara los pedos y la dejara bien abierta.

De tanto estar cogiendo mi tía empezó a gritar, y sentí como sus piernas temblaban, se empezó a venir en ese momento le di unas embestidas mas fuertes con las fuerzas que me quedaban, y también me vine, terminamos juntos.

Le aventé bastantes chorros de mecos dentro de su culo.

La acosté en la cama y quedé sobre ella., me dijo que no se la sacara qué se la dejara un rato mas adentro. Yo sentía las palpitaciones de su ano en mi verga.
ya cuando se la saqué, mi tía la tomó y me la empezó a limpiar con su boca, y succiono hasta la última gota de mecos.

Me dio un apasionado beso y sonriendo me preguntó, que si disfruté cogerme a su tía.

Por qué a ella. le había encantado, y qué nunca había fosado tanto, qué no sabía lo placentero que era el sexo anal.

También me preguntó qué si me había gustado lamerle el culo todo sudado que si no sabía feo, por que nunca nadie se lo había lamido. Le regresé el beso y le contesté qué sí.

Qué siempre anhelé lamerle el culo, qué era lo mejor qué me había pasado, que su culo estaba delicioso.

Y me dijo qué su culo ya era mió por lo bien qué se lo traté.

Como era el primero en cogérselo, que iba hacer el único que se la iba a coger por ahí. Me quedé la noche con ella y seguimos cogiendo casi hasta el amanecer.

Por fin mi fantasía se había hecho realidad. después de esa noche cogemos cada qué podemos, y siempre me pide qué le mame y le rompa el culo.

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