Cachondeo en el FBI
Es un día como cualquier otro, de esos nublados típicos de Washintong en las mañanas de otoño… El edificio del FBI en Headquarters está bañado de una luz diferente o por lo menos eso piensa Mulder, quien hoy se ha levantado… ¿Cómo explicarlo? ¿un poco exaltado?…quizás para ser más francos, diríamos que se levantó con una erección más fuerte que las habituales…La causa era sencilla, en sueños, aquella maravillosa pero distante agente Scully se había entregado a él, después de tantos años lo había conseguido, pensaba que después de tantos desprecios, esa era la recompensa que debía otorgarle el FBI.
Mientras caminaba, pues había olvidado llenar de gasolina el tanque de su coche, recordó diferentes momentos en que él y Scully, habían estado a punto, casi a punto de entregarse, de olvidar responsabilidades, creencias, y razonamientos para entregarse a una ola de placer que hace mucho los dos deseaban y que parecía congelada en el tiempo. Scully siempre tan seria, tan arisca, impedía su acercamiento, aunque en su interior deseaba con todas sus fuerzas que un día en aquella oficina en el sótano del FBI donde una vez fue el salón de fotocopiadoras, Mulder la hiciera suya, la agarrara y no la dejara escapar…la hiciera sentirse nuevamente una mujer hermosa, atractiva…que podía gritar sin razón alguna y no como últimamente lo hacia: ¡Deténgase, FBI!
Al entrar el detector de metales pitó…tantos años entrando y aún se olvida sacar las monedas que lleva encima…el chico de la puerta ya no sabe si reírse o ponerse a llorar, Mulder es uno de esos seres que provocan sentimientos encontrados. Sigue el pasillo hacia adelante y decide bajar por las escaleras, justo al llegar al piso de su oficina, en la unión entre las escaleras y la puerta del ascensor, se tropieza con Scully. Al verla no puede dejar de evocar aquella imagen de sus sueños, Scully completamente desnuda cabalgando sobre él…acariciando sus senos, lamiendo sus dedos… Scully nota algo extraño en la cara de su compañero, pero para variar no amaneció con ese tono displicente tan común en ella, sino que por el contrario y muy extrañamente para Mulder, sonrió. preguntó: ¿qué pasa?, un qué pasa tan suave y dulce que Mulder sólo pensó en besarla, pero no, todavía no…pensaba en Scully, en su posible reacción, y prefirió que cualquier cosa que pasara, sería dentro de la oficina.
Justo antes de entrar, Mulder tomó la mano de Scully y viéndola a los ojos le dijo: hoy necesito hablar contigo… Scully entre risas preguntó: ¿Me vas a pedir matrimonio otra vez?
Él le contestó:
No, ya tu perdiste esa fabulosa oportunidad y se rió.
Al entrar Scully sentía una gran curiosidad por lo que Mulder tenía que decirle, pero para desgracia de ambos, se encontraron frente ellos a Skinner, con una cara de esas que significa: siéntense y escuchen… Scully se sentó frente a una pantalla en la que verían algunas fotos de un crimen, Mulder no llegó a sentarse. En realidad aunque aparecían fotos realmente macabras, no podía evitar la erección que comenzaba a resultar muy obvia, por lo menos pensaba él… Scully se encontraba diagonal a él, con un conjunto negro de falda y chaqueta tan común ella. A pesar de que intentaba prestar un poco de atención, no lo lograba se sentía observada morbosamente por Mulder y eso le gustaba, inmediatamente lo vio como para llamar su atención (y aumentar su erección) cruzó sus piernas, colocando la mitad del dedo índice dentro de su pequeña boca. Después de un rato, Skiner partió, y en aquella oficina, el ambiente que reinaba era muy distinto al habitual… En los ojos de Mulder había deseo y en los de Scully el placer de ser deseada…
Apenas Skinner cruzó aquella puerta, Scully se levantó y acercándose a Mulder le dijo:
Dime, ¿de qué me querías hablar?. ¿es de eso (mirando hacia su entrepierna) que te tiene así de mal?
Mulder mientras tanto no lo podía creer, era ella, justamente ella, quien comenzaba todo…parándose frente a él, comenzó a desabrocharse la chaqueta, y con cada botón que se abría Mulder sentía que su polla no paraba de crecer, de endurecerse. Aquella chaqueta tan cerrada desapareció…sólo quedo un cuerpo con una piel tersa, bañada de pecas, que le daban un aspecto como de melocotón, que era inevitable no desear comer… sus senos, aunque no muy grandes, se veían muy bien, dentro de un sujetador negro, que demostraba la excitación de sus pezones… poco a poco se fue pegando a Mulder, y este sólo logró agarrarla por las caderas, mientras esta le hablaba de cuestiones que Mulder jamás pensó que de la boca de ella pudieran salir… malintencionadamente rozaba su falda, su coño contra mi polla, y mientras lo hacía sonreía. Mis manos subieron y lograron desabrochar aquel sujetador, no sé cómo hizo, pero en cuanto yo terminé arriba, ella había terminado abajo, sus bragas y su falda yacían en el suelo. Frente mí, aquella hermosa mujer, aquel objeto prohibido durante tanto tiempo, entregándose… quería moverme, pero no podía. Ella notó lo nervioso que estaba y con suaves y prolongados besos hizo que perdiera el temor… su lengua parecía abrazar la mía, y yo como un desesperado, besaba toda su cara, su pelo, su cuello, ella gemía… y aún no podía creerlo, de repente se me vino a la mente aquel caso de los hongos y las alucinaciones, sentí un miedo terrible de que eso no fuera real. ¡Dios mío! ¡follarme a Scully! entre una cosa y otra mi camisa desapareció…y Scully que no paraba, fue bajando, me besó las tetillas y luego comenzó a pasar su lengua por el caminillo…qué excitación tan grande, cuando la vi justo en frente de mi hebilla, sentí que explotaría, la desabrochó con una rapidez que me sorprendió… y en nada, ya sus labios tenían completamente rodeada mi polla, la sacaba y la lograba meter hasta el fondo, parecía que le llegaba a la garganta… me tenía a mil, y me puse peor cuando la observé que mientras lo hacia, con la otra mano se masturbaba, era impresionante la coordinación que tenía. Como pude me me quité zapatos, pantalones, medias, y apartando todo del escritorio, la paré ahí…mis dedos tocaban su entrepierna muy mojadita, podía sentir sus pelos ahí mojados, y sin pensarlo mucho, se la metí, se la metí hasta el fondo y ella gritó, no paraba de sonreír, de gritar, de gemir, de revolcarse como una zorra, eso me gustaba…su voz era un simple hilo, que me costaba entender, pero entre una cosa y otra, logré captar una frase: Por detrás Mulder, por detrás. No lo pude creer pero no perdí la oportunidad, y ahí estaba yo follándome por el culo a Scully, moviéndola a mi antojo, metiéndosela hasta ahogarla de placer…de repente ella se corre, se corre una y otra vez, tan fuerte que es casi magia que pueda mantener la polla adentro, así que le doy fuerte, sé que me queda poco, y cuando me siento total, me corro, le mojo el culo por dentro, las nalgas, y jamás olvidaré aquel gemido cuando lo sintió sobre su espalda…
Ambos después de todo aquello nos tiramos al suelo, la quiso abrazar pero ella no se dejó, simplemente se levantó, se vistió y como si acabara de tomarse un café salió de la oficina, sin abrir mucho la puerta, ya que Mulder aún estaba echado, para incorporarse como cualquier otro día en su jornada de trabajo. después de todo Scully seguía siendo para todos, aquella fría, controlada y excelente agente del FBI.